CRÍTICA

Crítica de 'La forma de la multitud', de Agustín Fernández Mallo: el mundo sin atributos

El escritor aborda el desmantelamiento de las estructuras sólidas del tiempo y halla un punto focal

El escritor Agustín Fernández Mallo

El escritor Agustín Fernández Mallo / Zowy Voeten

Lorenzo Luengo

¿Tras el siglo de la imagen, el tiempo de la vaporización? La suma de procesos que calificamos como historia ha ido aumentando su velocidad hasta el punto de que ella misma, como la estela de humo de los dibujos animados, se está dejando atrás. Lo que podríamos llamar sus elementos pesados o referenciales -personas, acontecimientos, objetos-― empiezan a perder, si no lo han hecho ya, su definición.

Esta licuefacción de lo que soportaba las "estructuras sólidas del tiempo" (palabras de Alphonse de Lamartine para aludir a las instituciones derrumbadas en 1793) se manifiesta sobre todo en el lenguaje, en la identidad, en lo que no hace tanto tiempo recibía el nombre de noticias y ahora el calificativo de relato.

La historia ya no se cuenta a sí misma: todo lo que podríamos definir como acontecimiento, o simplemente suceso o hecho, nos es narrado por una multiplicidad de voces omniscientes y ubicuas procedentes ya no de los cuerpos próximos, o de sus voces residuales -el libro, la cinta magnética-, sino de satélites artificiales y procesos electrónicos, con su porosidad falsificable. Del mismo modo, los cuerpos no se cuentan a sí mismos mediante el recurso a los consensos biológicos, sino que difunden la narrativa de una historia personal y subjetiva donde la identidad se pierde como supuesto para transformarse en un mero punto de partida, en un proyecto que empieza y termina en su propia deconstrucción.

Las fake news no son nada en comparación con los acontecimientos fake que giran en torno a lo que ha iniciado el proceso de convertirse en una humanidad fake, vaporizada, translúcida, disociada de las coordenadas fijas que un universo también falsificado ya no puede proporcionar a los espectros que lo habitan.

FULGOR DE REALIDAD

Esa velocidad cada vez mayor tanto en el terreno de la investigación tecnológica como en el plano de los sucesos que constituyen los materiales para la historia, la extraña familiaridad de contenidos que es posible percibir entre, digamos, la aparición en el mercado de los sucesivos modelos de un móvil y las actualizaciones a que se ve sometida la narrativa de los acontecimientos mundiales (como una aplicación del modelo Netflix al presente histórico, lo que justificaría la sospecha de guionización, de un constructo fake que orquesta guerras, atentados, magnicidios y epidemias), es parte -no todo: imposible resumir un libro semejante en un puñado de líneas- del inmenso trabajo emprendido por Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967) para esclarecer este fulgor de realidad, por incomparecencia de la realidad misma, que ya es menos real que marco espacio-temporal soluble.

Lo mismo sucede con el individuo en calidad de ciudadano: la vida entendida como la superación de unos tiempos de mejora no se aprecia tan solo en la figura del corredor urbano, en la proliferación de los gimnasios, en los informes y los cálculos urgentes o en los restaurantes y oficinas con salones habilitados para los encuentros de speed-date; también se encarna en el volcado de los elementos identificativos del tulpa electrónico, en la digitalización de la propia identidad.

RELÁMPAGOS

Cada clic en ese territorio digital nos convierte en relámpagos precipitados por una red de cables y vías de información, un rayo hiperlumínico, un haz que se va fracturando en la dirección hacia la que, de camino a su destino, lo arrastran empresas de mercadotecnia, granjas de hackers, monopolios gigantescos y start-ups tecnológicas, nubes de almacenamiento y consultoras de sondeos que devoran en forma de nanoscópicas obleas nuestro cuerpo convertido en un fantasma de datos.

No es casual que en esta trama de reflejos acelerados tenga una aparición fulgurante la imagen cultural de la resurrección de los cuerpos, el autosacrificio y la pérdida del yo en el seno de una totalidad trascendente, ni que nuestro avatar hiperespacial se vea interceptado por una presencia devoradora, un nada inocente Cookie Monster― en los templos y santuarios de un culto cibernético a la captura de datos.

Fernández Mallo (el mejor en su arte y uno de los más grandes autores que tenemos) se echa sobre la espalda la tarea de explicar ese desmantelamiento de las estructuras sólidas del tiempo que Lamartine solo llegó a describir. Consigue, nada menos, hallar un punto focal, un asidero, una pausa necesaria entre las grietas del derrumbe. Resitúa lo que desde siempre ha identificado a lo humano y nos devuelve nuestro rostro con sus líneas definidas, más concreto y menos nebuloso de lo que la velocidad digital ha hecho de él.

'La forma de la multitud'

Agustín Fernández Mayo

Galaxia Gutenberg

304 páginas

21,50 euros