El detective olvidado

S. S. Van Dine fue el seudónimo que se dio el novelista norteamericano Willard Huntington Wright (1888-1939). Estudió en Múnich y París y se convirtió en crítico de arte para Los Angeles Times y en editor de la revista The Smart Set. Escribió varias novelas –The man of promise fue la primera– y algunos relatos cortos, pero en 1923 enfermó por su adicción a la cocaína, contraída para mantener el ritmo desenfrenado de trabajo, y le obligaron a guardar reposo. En ese momento comenzó la lectura de novelas de ficción criminal. El resultado fue el volumen Las más grandes historias de detectives del mundo, las famosas 20 reglas para escribir novela policial, publicadas en American Magazine, y la creación del detective Philo Vance, que hizo su primera aparición en El crimen de Benson, donde un agente de Wall Street es asesinado y el investigador pone su capacidad analítica al servicio de su amigo, el fiscal John Markham. Le siguieron otras 11 novelas entre 1926 y 1939: El crimen de la Canario, sobre el asesinato en Broadway de una actriz de variedades; después, El asesino fantasma, Los crímenes del obispo y Escarabajo sagrado, publicadas antes de The Kennel Murder Case, que en España vio la luz como Matando en la sombra y Reino de Cordelia ha rescatado como El caso del asesinato del criadero de perros.

Philo Vance fue un personaje que se trasladó a la radio y al cine en el periodo de entreguerras. Primero, para la Paramount en 1929, con William Powell de protagonista en The Canary Murder Case y The Green Murder Case. En 1930, la MGM se hizo cargo del personaje y Basil Rathbone –10 años más fue Sherlock Holmes– dio vida al detective sofisticado, pedante, arrogante, seductor, inteligente y, en ocasiones, justiciero por las calles de Manhattan.

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El caso del asesinato del criadero de perros fue llevada al cine en 1933 para la Warner Bros. por el húngaro Michael Curtiz –director de Casablanca y La carga de la Brigada Ligera–, con William Powell de nuevo en el papel. Hasta ahora, las publicaciones en español de las novelas de S. S. Van Dine se habían realizado eliminando toda la erudición que exhibe su protagonista, así como las profusas anotaciones que realizaba para demostrar su saber sobre ciertos temas o para ayudar al lector en la comprensión de la trama. La razón de este proceder no se conoce muy bien; posiblemente fuera para acelerar el ritmo narrativo o para ahorrarse la dificultad que entraña traducir textos cultos, propios de Oxford o Harvard. En esta edición se han recuperado esas anotaciones y los planos y gráficos que ilustraron la edición original.

En la novela, el viejo Archer Coe es hallado con un balazo en la sien dentro de su habitación, cerrada por dentro a cal y canto. Todo apunta a un suicidio, según las primeras apariencias observadas por el fiscal John Markham y el sargento Ernest Heath. Philo Vance no es de esa opinión y el primer indicio que le hace sospechar es que el fallecido se encuentre con bata y con pesados zapatos de calle, en vez de zapatillas. Cuestión que confirma el forense Emanuel Doremus cuando examina de mal humor el cuerpo, pues le han interrumpido cuando comía su plato favorito: salchichas. Al final, el detective resuelve el caso basándose en sus conocimientos de la cría de perros, la porcelana china y los crímenes notables del pasado, de las que hace un despliegue de erudición. Y, como radiación de fondo, la atmósfera del Nueva York del periodo de entreguerras, donde la alta burguesía comía en grandes salones, tomaba copas en los clubs de moda de la Gran Manzana, rendía culto al dolce far niente y a la que apenas tocaron las miserias del crack del 29.