La mortalidad y la desigualdad en la esperanza de vida son más altas en EEUU que en Europa

La mortalidad y las desigualdades en la esperanza de vida son más altas y han crecido más en los últimos 30 años en EEUU que en Europa, según un estudio que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y en el que ha participado la investigadora española Libertad González.

El estudio, que ha sido elaborado por 27 autores, entre ellos González, que es profesora del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y de la Barcelona School of Economics (BSE), ha analizado la evolución de la desigualdad en mortalidad en siete países desarrollados, uno de ellos España, entre 1990 y 2018, antes de la epidemia de covid.

El estudio ha analizado siete países desarrollados, uno de ellos España, entre 1990 y 2018

Los investigadores han hecho su análisis teniendo en cuenta el nivel de renta medio de los municipios para estudiar si las mejoras en la esperanza de vida a lo largo de los últimos treinta años proceden de mejoras en la salud y en la mortalidad en las zonas más pobres, o si, por el contrario, la situación ha mejorado tanto en zonas más prósperas como en las menos.

"Nos interesa tanto la evolución media de la mortalidad por grupos de edad a lo largo del tiempo (que determina la evolución de la esperanza de vida), como la desigualdad en mortalidad por niveles de renta (y cómo ha cambiado)", ha concretado, coautora del estudio, en el que también ha participado Ana Rodríguez-González, doctora en Economía por la UPF y actualmente en la Universidad de Lund (Suecia).

Mortalidad mayor en todos los grupos de edad

Según González, "en general, encontramos que la mortalidad es más alta en EEUU que en Europa para todos los grupos de edad y en todo el período analizado, y además, la desigualdad en mortalidad es también más pronunciada en EEUU".

Los países europeos estudiados presentan cifras de mortalidad muy similares entre sí en 2018

Los seis países europeos estudiados (Reino Unido, Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega y España) han evolucionado más positivamente desde 1990, por lo que la esperanza de vida en Europa, que en 1990 era similar a la de la población blanca de EEUU, en 2018 era varios años superior. Además, en Europa la desigualdad se ha reducido en todos los grupos de edad, pero especialmente en la mortalidad infantil y juvenil, que ha mejorado más en zonas más pobres.

Los países europeos estudiados presentan cifras de mortalidad muy similares entre sí en 2018, tanto en cuanto a niveles de renta como desigualdad, pero EEUU presenta desventajas en salud y longevidad respecto a Europa, incluso entre la población blanca que vive en zonas más ricas.

Según el estudio, en EEUU destaca también la gran convergencia que se ha producido entre la esperanza de vida de la población blanca y la negra (la brecha se ha reducido un 48,9% de entre 1990 a 2018), principalmente debido a la disminución de la mortalidad entre los estadounidenses negros, aunque en 2018 seguía existiendo una brecha de varios años entre los dos grupos.

Desigualdad en la mortalidad en España

González (UPF) y Ana Rodríguez-González (Universidad de Lund) también han estudiado la evolución de las tasas de mortalidad en España (por edad y sexo) con más detalle en otro trabajo, en el que han documentado importantes reducciones en la mortalidad para todos los grupos de edad durante el período 1990 hasta 2018, incluso después de la recesión de 2008.

La caída en la mortalidad es más pronunciada entre los hombres, que partían de niveles más altos, por lo que se reducen las brechas de género. "En 2018, la desigualdad en mortalidad entre zonas más ricas y más pobres dentro de España es baja para los jóvenes, pero más elevada entre las personas de más edad", según las autoras.

El estudio ha explorado el papel de las diferentes causas de muerte, y encuentra un aumento de la desigualdad por la mejora más pronunciada en la mortalidad por cáncer entre los hombres que viven en áreas más ricas. Estas mejoras, sin embargo, no se encuentran entre las mujeres, debido al aumento de la mortalidad en este grupo por cáncer de pulmón.