Opinión | EL EDITORIAL

Apuesta por las renovables

Es urgente adoptar medidas drásticas, sobre todo por los países desarrollados, para descarbonizar la economía 

Complejo Energías Renovables Ecoener en Gran Canaria

Complejo Energías Renovables Ecoener en Gran Canaria / ECOENER

La COP28, que toca a su fin con resultados limitados, está poniendo de relieve las dificultades de armonizar los intereses de toda la comunidad internacional en un asunto tan complejo, en que se pide a los países en desarrollo que realicen cuantiosas inversiones para descarbonizar su economía cuando la contaminación insoportable que padecemos, y que obliga a tomar drásticas medidas, ha sido producida sobre todo por los países desarrollados.

La Unión Europea ha adoptado una posición puntera en la lucha contra el cambio climático, al frente de una causa que como asegura la comunidad científica no es una opción, sino el único medio de evitar una verdadera catástrofe climática.

En este ámbito europeo, en el que actúan todavía numerosos lobbies favorables al carbón, y en el que Francia apuesta por la energía nuclear, España se ha puesto a la cabeza del esfuerzo. En la actualidad, es el tercer país europeo con mayor capacidad de generación de energía renovable y el 14 más sostenible del mundo, según el último Environmental Performance Index de la Universidad de Yale. De hecho, según lo registros de Red Red Eléctrica de España (ahora Redeia) las energías renovables han producido este año un récord de casi 125.300 gigavatios, más que en cualquier ejercicio completo anterior, y han elevado hasta el 50,2% su peso en toda la generación de electricidad del país, según publicaba ayer EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Para la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, 2023 será el año del definitivo despegue de nuestro país en el conjunto de las renovables europeas. De momento, el Gobierno prevé recaudar 3.500 millones por derechos de emisión de las empresas más contaminantes.

La iniciativa política ha sido en este caso bien secundada por el sector eléctrico, desde Iberdrola a Naturgy o Endesa, pasando por Repsol, que han invertido en renovables con visión de futuro. Iberdrola ha manifestado que somos «el hub energético de Europa: no sólo porque contamos con sol, aire y agua que se pueden almacenar, sino porque, además, hemos demostrado que hacer energía con renovables es más competitivo que con fósiles».

Un documento de la Presidencia europea del Consejo de la UE fechado en agosto destaca que en nuestro país «no abundan el petróleo, ni el gas, ni los yacimientos de oro, pero tiene más horas de luz solar que ningún otro Estado miembro de la UE, uno de los depósitos de litio más grandes del continente y unas condiciones óptimas para el aprovechamiento del viento y la fuerza del agua». Ese mismo documento, que confirma el objetivo de la descarbonización completa de España en 2050, calcula que, con la sustitución de combustibles fósiles, España podría ahorrar más de 340.000 millones de euros en importaciones durante los próximos 30 años, lo que equivale al gasto público en educación de siete años. Un dato que demuestra que el esfuerzo de la descarbonización, indispensable para asegurar el futuro, vale también la pena por su rentabilidad.