Opinión | EL OBSERVATORIO

Inmunización, vacunas y salud global

Es el momento de hacer balance sobre las diferentes estrategias adoptadas, analizar la eficacia de instrumentos solidarios, obtener lecciones aprendidas y sembrar la nueva estrategia para el futuro

Desde el año 2016 la vacuna contra la varicela está disponible en España.

Desde el año 2016 la vacuna contra la varicela está disponible en España.

De las diferentes lecciones que nos deja la pandemia del covid 19 hay al menos dos de ellas de las que deberíamos aprender y podrían ayudarnos a prepararnos mejor para las posibles crisis que están por venir. Cuando todos los actores globales trabajan juntos de forma compartida y coordinada con una misma misión (por utilizar el concepto de Mariana Mazzucato) como pasara años antes ante la misión a la Luna, los resultados son espectaculares. Jamás hubiéramos logrado obtener las vacunas del covid 19 en tiempo récord si los grupos científicos no hubieran cooperado y compartido información, el sector privado no hubiera arriesgado con su innovación e inversión y si el sistema público no hubiera adelantado la inversión de la compra de vacunas cuando aún no eran inyectables, con unas cláusulas ventajosas para la industria. 

Esta experiencia parece haber quedado clara. De lo que no parece que hayamos aprendido tanto es del hecho de entender que una respuesta eficaz pasa necesariamente por una inmunización global y que el acceso a las vacunas no puede volver a ser profundamente desigual como lo fue durante la última pandemia. Las vacunas se han convertido en algo más que un instrumento decisivo de salud global. En el tablero geopolítico multipolar que vivimos hoy, las vacunas se convirtieron en un instrumento de diplomacia de la salud, ejerciéndose una fuerte estrategia de influencia de aquellos países como China y Rusia en regiones de interés geopolítico (América Latina y África, por ejemplo). Es el momento de hacer balance sobre las diferentes estrategias adoptadas, analizar la eficacia de instrumentos solidarios como Covax, de obtener lecciones aprendidas y de sembrar la nueva estrategia de inmunización para el futuro. 

La otra gran lección de la pandemia en términos de salud global es el impacto generalizado que sufrió en 2020 la inmunización en diferentes regiones al reducirse el acceso a los servicios de salud y el alcance de la vacunación. Según Unicef, "el número de niños que no recibieron ni siquiera sus primeras vacunas aumentó en todas las regiones. En comparación con 2019, 3,5 millones más de niños no recibieron su primera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP-1), mientras que 3 millones más de niños se quedaron sin su primera dosis de la vacuna contra el sarampión". Datos que arrojan una fuerte alarma en la inmunización de los niños contra las enfermedades infantiles prevenibles y que disparó brotes generalizados de sarampión y otras enfermedades

El Gobierno de España ha comprendido bien su rol en el tablero de salud global en los últimos años, supo compartir sus vacunas con regiones clave como América Latina en plena pandemia y retomó la apuesta y el compromiso decidido con los diferentes fondos multilaterales de salud (fondo global, Gavi, Cepes, etc.) que había emprendido en el año 2006. No es casual por tanto que varios mandatarios mundiales, organismos internacionales, expertos y sociedad civil de todo el mundo se reúnan en Madrid esta semana convocados por Gavi (Alianza para la Vacunación Global) en una reunión de alto nivel para discutir su estrategia de futuro y aumentar los esfuerzos en preparar mejor el camino para responder a próximas crisis, disponiendo de mayor capacidad de generar ensayos clínicos en África, de fortalecer los sistemas de salud y de construir mecanismos que garanticen un mayor acceso a la generación y producción de vacunas y medicamentos por parte de los países más pobres.

Hace unos días, la fundación princesa de Asturias hacia público su galardón anual en la categoría de cooperación internacional a DNDI, una organización que nació precisamente para incentivar la investigación y propiciar el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades olvidadas. Todo ello apuesta por una mejor salud global que no es otra cosa que la mejor garantía de un mundo más equitativo y geopolíticamente más seguro, que esperemos siga teniendo la atención y el protagonismo de España más allá de cuál sea el resultado electoral el próximo 23 de julio.