El periodista descalzo

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Juan Cruz

Soy periodista desde hace sesenta años, y cuando me levanto ya soy periodista, y cuando me acuesta soy periodista igualmente, calzado y descalzo soy periodista.

Ahora me han pedido en El Periódico de España que siga así, sin dormir y descalzo, buscando en lo que ocurre aquello que se deba contar, y de ese modo voy por la calle, descalzo o calzado, pero buscando contar.

¿Por qué, después de seis décadas, sigo siendo aquel periodista descalzo? Porque las noticias eran la materia prima de vida. Desde que despertaba le preguntaba a mi madre qué cosas habían pasado en el barrio, un sitio de ocho casas donde supuestamente no sucedía nada, o lo que sucedía no se podía contar.

Como mi madre no quería dejarme sin hacerme el gusto me contaba exactamente todo lo que había pasado la tarde o la noche anterior, y quizá entonces fue cuando sentí que saber lo que pasaba era lo más divertido de lo que podía disfrutar un muchacho de ocho años que no se podía levantar de la cama…

Entonces y después fui un muchacho asmático al que al ansia de saltar de la cama para saber qué pasaba lo hizo periodista. Con igual entusiasmo sigo haciendo esa búsqueda, a los 73 años, y los amigos para los que ahora trabajo me abren las puertas para que aquella curiosidad que satisfacía mi madre me siga acompañando en este viaje al periodismo, que es un trayecto feliz que nunca tiene fin.

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Aquí me tendrán, contando la vida, ojalá que por muchos años. Y todavía descalzo.

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