NUEVO PACTO PARA LA CAÑADA

Aprobada la nueva hoja de ruta para la Cañada Real: 330 millones para realojar a 1.600 familias en la próxima década

Comunidad, Gobierno central y Ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas han acordado un plan de actuación para el asentamiento

La nueva hoja de ruta oficializa el protocolo de realojos consensuado este lunes por las administraciones involucradas

Incluye también medidas complementarias para mejorar la inclusión social de los residentes, como una Mesa de Empleo

El asentamiento de la Cañada Real

El asentamiento de la Cañada Real / José Luis Roca

Héctor González

Héctor González

A las 19 horas de este miércoles, al filo de la caída del sol, en la Casa de las Asociaciones del barrio Oeste de Rivas se ha proyectado 'Aunque es de noche', el cortometraje ganador de un Goya que retrata desde la ficción la vida cotidiana del mayor asentamiento irregular de Europa, la Cañada Real, en la que cerca de 4.000 personas llevan más de 1.250 días, más de tres años, sin luz. Esta misma tarde, apenas unos minutos antes, el Comité Ejecutivo del Pacto Regional para la Cañada Real Galiana ha aprobado una nueva hoja de ruta hasta 2028 que, entre otras cuestiones, da luz verde al plan extraordinario de realojos consensuado el lunes.

El Gobierno central, la Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas Vaciamadrid han sellado un acuerdo "único en la región" que permitirá  "acelerar entre todos la solución", en palabras del consejero de Interior, Carlos Novillo. El elemento central de la nueva hoja de ruta es la puesta en marcha del Plan Extraordinario de Reaolojos, ya que "estos son la única vía", junto con la "intervención social", para atajar el problema, de acuerdo con el delegado de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Madrid, José Fernández.

Con una inversión de 330 millones de euros a repartir entre los tres niveles de administraciones involucradas - nacional, regional y local-, el plan hará posible reubicar a cerca de 1.600 familias a lo largo de la próxima década. Estas se suman a las 286 familias y alrededor de 1.000 personas ya reubicadas desde que se rubricó el Pacto Regional de 2017, en cuyo marco el Gobierno regional y los ayuntamientos implicados han invertido ya casi 60 millones de euros.

Una vez oficializado el nuevo protocolo, se tienen que concretar los convenios correspondientes para los distintos procesos de realojo, por lo que todavía es pronto para poner fechas concretas sobre la mesa. Eso sí, el objetivo compartido es que para 2034, fecha de fin del plan, se haya logrado revertir por completo la situación de las chabolas e infraviviendas de la Cañada, tal y como ha señalado la subdelegada del Gobierno en Madrid, Trinidad Núñez.

Otras medidas para la inclusión social de la Cañada

Además de este protocolo, el Comité Ejecutivo ha acordado una serie de medidas complementarias destinadas a mejorar la inclusión social en la Cañada Real, entre las que se incluyen la creación de una Mesa de Empleo para fomentar la inserción de los residentes en el mercado laboral, entre otras actuaciones en materia de sanidad, educación y servicios.

También se consolidarán las que ya se venían realizando desde 2017 hasta ahora en estos ámbitos, como el servicio de rutas escolares, el tratamiento de personas con adicciones o la renaturalización del espacio ocupado por las chabolas. En este sentido, a medio y largo plazo la nueva hoja de ruta contempla recuperar el terreno y los espacios verdes donde ahora se asientan los poblados, una vez sus habitantes hayan sido realojados.

En la línea con lo expresado estos últimos días, los representantes de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid presentes en la reunión se han mostrado satisfechos por los compromisos alcanzados, al mismo tiempo que han vuelto a celebrar la inclusión del Gobierno central en la búsqueda de una solución definitiva para la Cañada Real Galiana.

Dudas entre los vecinos y la oposición

No obstante, no todo el mundo ha acogido la noticia con tan buen talante. De acuerdo con la diputada de Más Madrid Alicia Torija, defensora habitual de los derechos de los residentes de la Cañada, nadie les ha consultado su opinión sobre el plan de reaolojos ni la nueva hoja de ruta, de los cuales "se han enterado por la prensa". "¿Cómo puede pactarse el reaolojo de tanta gente y no hablar con los vecinos", se pregunta Torija.

Para la diputada de Más Madrid, estos acuerdos son "importantes, pero insuficientes". Y es que, más allá de cualquier otra cuestión, la verdadera prioridad es devolver el suministro eléctrico a la Cañada. "Hasta que se sustancien los realojos, qué van a ser, otros 5 o 7 años de vulneración de derechos", plantea Torija. Además, puntualiza, no todas las familias quieren ser realojadas; muchas lo que quieren es que se legalicen sus casas y se les devuelva el suministro.

15 kilómetros, 6 sectores y más de 7.000 personas

La Cañada Real Galiana es un espacio de 15 kilómetros en el que se han ido sumando asentamientos ilegales en el que conviven infraviviendas y chabolas con otras edificaciones prácticamente integradas en la ciudad. Son 6 sectores muy diferenciados entre sí, en los que, según el último censo oficial de 2017, viven más de 7.000 personas, y más de la mitad de ellas, 4.535 personas de las que 1.812 son niños, concentradas en el sector 6. Precisamente, una de las iniciativas de la administración ha sido lanzar una licitación que les permita antes del próximo verano tener un nuevo censo actualizado.

Según se acordó ya en 2017 en el Pacto Regional que firmaron todas las formaciones con representación en la Asamblea de Madrid, los sectores 1 y el 2, entre Coslada y el sur de Madrid (Vicálvaro y Vallecas, aproximadamente) se consolidarán con el tiempo e inversión por parte de las administraciones. En los sectores 3, 4 y 5 la consistencia de las viviendas varía de un lugar a otro, pero el problema, según las autoridades, es que se sitúan cerca de vías ferroviarias y viarias que ponen en riesgo la seguridad de los vecinos allí asentados. Y el sector 6, donde se ubican la mayor parte de las infraviviendas, está destinado a desaparecer. Pero aquí donde los realojos están claros para las administraciones, es donde los vecinos más se quejan.