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Así "surfea" Asturias la ola tecnológica

Directivos de Telefónica, Sekuens y CTIC destacan que la región tiene una buena base para crecer con la inteligencia artificial, que ya se utiliza para hacer quesos o prevenir suicidios

Por la izquierda, David González, Borja Sánchez, Gonzalo Martínez Peón, Manuel Ángel Alonso y Pablo Coca.

Por la izquierda, David González, Borja Sánchez, Gonzalo Martínez Peón, Manuel Ángel Alonso y Pablo Coca. / M.L.

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«La inteligencia artificial es una gran ola que nos viene y tenemos dos opciones: o surfearla o que nos pasa por encima». Pablo Coca, director de Negocio y Operaciones de la fundación CTIC resumió con esta frase –tomada prestada, reconoció– el reto que afronta Asturias en el embravecido mar de la revolución tecnológica. De cómo intenta Asturias surfear esa ola hablaron ayer en el Club Prensa LA NUEVA ESPAÑA el propio Pablo Coca, Manuel Ángel Alonso, director Territorio Norte de Telefónica, y David González, director ejecutivo de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación del Principado de Asturias (Sekuens), dentro de la mesa de expertos de la jornada Futuribles, organizada por Prensa Ibérica y LA NUEVA ESPAÑA con el patrocinio de Telefónica, CTIC y Caja Rural de Asturias.

Los expertos destacaron que Asturias tiene condiciones para aprovechar la ola. La Fundación CTIC, con sus 75 empleados y seis emplazamientos en la región, hace de «monitor de surf» para unas 1.500 empresas al año, según apuntó Pablo Coca. Por un lado, asesora sobre tecnologías que existen en el mercado (con criterios de neutralidad) y, por otro, cuando no existen esas tecnologías desarrolla los algoritmos de inteligencia artificial (IA).

Coca puso tres ejemplos de proyectos de IA desarrollados por CTIC para empresas de tres sectores claves de la economía asturiana. Dentro del sector agroalimentario se refirió al desarrollo de un algoritmo para la industria láctea que ayuda al maestro quesero a interpretar las analíticas de las cubas de leche y en función de las propiedades de esa leche las cubas se derivan a la producción de quesos de una calidad u otra. Dentro del sector metal-mecánico se refirió a un proyecto de visión artificial que se aplicó sobre un robot que realizaba tareas repetitivas y que, dotándolo de inteligencia artificial, de «ojos», incrementó su versatilidad. Y dentro del sector de la salud se refirió a un proyecto de desarrollo de un algoritmo de IA que toma datos de atenciones a pacientes en centros de salud y que es capaz de advertir de potenciales situaciones de tendencias suicidas. «Son tres ejemplos de cómo la inteligencia artificial está representando una revolución», señaló el director de Negocio y Operaciones de la fundación CTIC, que aseguró que esta revolución «es de mucha más magnitud» que la vivida hace 30 años con la llegada de internet porque «la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos es mucho mayor».

Manuel Ángel Alonso, director Territorio Norte de Telefónica, apuntó que «hace ya muchos años» que están disponibles tecnologías que son capaces de aprender. «Teníamos algoritmos que eran capaces de separar cosas y de clasificarlas. Les enseñábamos a identificarlas y lo hacían porque aprendían de lo que habían visto. Hace muchos años que las entidades financieras tienen algoritmos que son capaces de ver cómo se han comportado sus clientes y que son capaces de predecir como lo van a hacer en el futuro en base a lo que ocurrió en el pasado. La diferencia de esos algoritmos con la nueva inteligencia artificial generativa es que esta es capaz de generar información nueva, no basándose en lo que ha visto, sino que con lo que le hemos enseñado genera una respuesta absolutamente nueva y eso cambia el paradigma», resaltó Alonso. «La clave está en el uso que le queramos dar a esa tecnología, con qué principios éticos, con qué valores y con qué marco legal», añadió.

David González, director ejecutivo de Sekuens, señaló que en un contexto tecnológico en que países como China viajan en alta velocidad y EE UU redobla su apuesta por la inversión pública en I+D+i, «no queda más remedio que apostar por la colaboración público-privada». Según González, «o Europa va para arriba o va para abajo, es el momento de competir y si, por ejemplo, China tiene el 90% de las tierras raras con las que se fabrica la fibra óptica quizá haya que desarrollar tecnología sin tierras raras». Señaló que eso vale para Europa, pero también para Asturias. «Tenemos que imaginarnos el futuro», insistió el director de Sekuens, que destacó que Asturias tiene que aprovechar su peso industrial (21% del PIB) y atraer y fijar profesionales con su sistema sociosanitario y educativo, con sus ciudades seguras y bien conectadas, con sus centros de I+D, con su oferta de ocio, con la llegada del AVE... Afirmó que «hay que aprovechar la parte no tecnológica de Asturias» para competir en el nuevo escenario y que no hay que autoimponerse límites. Puso ejemplos de innovaciones en Asturias y citó, por el ejemplo, los avances en la invisibilidad de materiales. «Nuestra industria de la Defensa trabaja en ello engañando al ojo con la fotónica», destacó. «Tenemos que tener presencia donde ocurren las cosas y mostrar lo que tenemos en Asturias para captar inversiones», señaló David González.

Manuel Ángel Alonso coincidió con el director de Sekuens en que «quizás Europa esté perdiendo el tren del desarrollo porque ha dejado de soñar». Señaló que Telefónica tiene en marcha 36 proyectos de inteligencia artificial generativa (en las carteleras de televisión, en la automaquetación de contenidos, en la gestión de infraestructuras...) y que en Galicia ha aplicado la inteligencia artificial en los servicios de empleo para casar las ofertas y demandas de trabajo y las necesidades de formación. El directivo de Telefónica apuntó que el proceso de digitalización debe ir acompañado de un cambio en la educación. «Ahora la información está disponible para los alumnos y saben acceder a ella. El modelo debe pasar de la memorización al uso de los conceptos», señaló.

Los expertos coincidieron en que en esta nueva era de la IA no solo se necesitan perfiles tecnológicos, también los de humanidades –por como se usa esa inteligencia artificial–, y que los avances pueden llegar a todos los ámbitos. Pablo Coca habló de lo que en CTIC denominan Inteligencia Artificial Territorial y que tienen su punto de mira en el mundo rural. Ahí se detuvo en el proyecto del centro tecnológico del Valle de Arroes, Peón y Candanal. El propio valle y sus 1.000 habitantes son un centro de demostración. Con una red sensórica con 50 puntos en pomaradas, huertos, bosques, ríos... se obtienen grandes cantidades de datos para lanzar algoritmos con los que se puede recomendar al agricultor sobre el tipo de riego a utilizar, sobre los cultivos que serán más favorables en un determinado terreno dentro de 10 años con el cambio climático o para predecir incendios forestales. «Es una planta piloto que desde Asturias se puede extrapolar a cualquier parte del mundo», dijo Pablo Coca.

Borja Sánchez: «En tres años se han impulsado 12 centros de I+D»

Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo del Principado, señaló que con los nuevos desarrollos tecnológicos Asturias «tiene la oportunidad de afianzar la conexión entre la sociedad del conocimiento y la generación de empleo, y la creación y consolidación de empresas». Sánchez utilizó palabras de Ortega y Gasset para destacar que «sólo cabe progresar cuando se piensa en grande y sólo es posible avanzar cuando se mira lejos».

Borja Sánchez intervino en la jornada Futuribles tras la bienvenida a cargo de Gonzalo Martínez Peón, director de LA NUEVA ESPAÑA, que destacó el potencial innovador de la empresa asturiana y las iniciativas que se han puesto en marcha desde este diario como La Semana de la Ciencia o La Semana de la Innovación.

Borja Sánchez, durante su intervención. /

MIKI LÓPEZ

El consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo aseguró que para aprovechar el nuevo impulso tecnológico Asturias está bien posicionada pese a lo que señalan los índices de competitividad regional de la Unión Europea. «No hay que olvidar que somos una región de un millón de habitantes situada en una zona periférica», señaló Sánchez antes de lanzar una batería de datos que, a su juicio, indican que «partimos de una muy buena posición tras cuatro años de impulso». Destacó que en ese periodo se crearon en Asturias 6.000 puestos de trabajo en el ámbito tecnológico y que el 10% del empleo total de la región está vinculado a ese sector. También resaltó que el 4% del producto interior bruto (PIB) de la región ya es aportado por la tecnología, «lo que nos pone en el top 4 de las comunidades autónomas», afirmó Sánchez.

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El Consejero señaló que «hay que sentirse orgulloso» de esos datos, pero aseguró que el Gobierno regional no se conforma con ellos. Entre las palancas de futuro que, a su juicio, hay que accionar destacó la colaboración público-privada. «Las sinergias son muy importantes aunque las velocidades de avance no sean las mismas», destacó Sánchez, que puso como ejemplo los diez centros de I+D que se pusieron en marcha en Asturias hasta finales de 2022 dentro de un programa de colaboración público-privada. «Ahora ya son doce centros en los últimos tres años con la creación de otros dos, uno por parte de la ingeniería TSK», resaltó Sánchez, que apuntó que los diez creados hasta finales de 2022 generaron 400 empleos directos a los que hay que añadir indirectos.

Borja Sánchez destacó que se ha avanzado en conectividad con un plan que desde 2019 ha llevado la fibra óptica a casi 165.000 unidades inmobiliarias «pese a las dificultades orográficas» de la región. Y en el despliegue de la red 5G destacó la iniciativa que se puso en marcha con la Universidad de Oviedo bajo el formato de cátedra para que todo el campus de la Escuela Politécnica de Ingeniería sea una red 5G «cuyo objetivo es que las empresas utilicen el campus para poder desplegar nuevos prototipos de productos y servicios y al mismo tiempo favorecer la investigación de los grupos que están allí presentes».