Alimentación

Bruselas exige más fruta en las mermeladas y menos azúcar en los zumos

Los fabricantes tienen dos años para incorporar los cambios, pero las asociaciones de consumidores los ven aún insuficientes

Trucos para hacer mermelada de naranja.

Trucos para hacer mermelada de naranja.

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María Jesús Ibáñez

Dos años tienen los fabricantes españoles de mermeladaszumos leche condensada para adaptarse a las nuevas condiciones de las denominadas directivas del desayuno, unas reformas o retoques legales que el viernes se publicaron en el 'Diario Oficial de la Unión Europea' y que buscan, entre otras cosas, reducir el contenido de azúcares de estos alimentos. La revisión también afecta al envasado de la miel, que a partir de ahora deberá ser más detallado sobre el origen del producto. El objetivo es dar cumplimiento a la conocida como estrategia 'De la granja a la mesa', con la que Bruselas aspira a que la dieta de los ciudadanos europeos sea cada vez más saludable y sostenible. Y el exceso de azúcares es uno de los principales enemigos a combatir en esta batalla.

"Más que una reforma de calado, lo que ha hecho ahora Bruselas es pedirnos que la información al consumidor sea más clara y eficiente", comenta Javier Valle, secretario general de la asociación de Zumos y Gazpachos de España, la organización que agrupa a los productores de este sector, que factura anualmente en torno a 2.000 millones de euros, "una buena parte de ellos gracias a la exportación", subraya Valle. La directiva europea prevé una nueva tipología, la del zumo con azúcares reducidos, un producto que deberá tener "todas las características físicas, químicas, organolépticas y nutricionales esenciales para garantizar que se ofrezca a los consumidores un producto de calidad", señala la Comisión Europea, pero que deberá asegurar una rebaja de al menos el 30% de azúcares. "Esta es una nueva categoría, que se consigna en la directiva, pero que es muy incipiente todavía, ya que se encuentra a nivel de laboratorio y de I+D. Si algún día llega a desarrollarse este tipo de zumo y se introduce en el mercado, entonces sí podrá llamarse de esa manera", apunta el directivo.

"Pero la modificación que más incide en la industria del zumo es la relativa al etiquetado, ya que a partir de ahora se va a tener que informar al comprador de que el producto que está adquiriendo contiene solo los azúcares naturalmente presentes en la fruta", prosigue Valle. Los fabricantes habían pedido que se adoptara una medida más simple y que las etiquetas se limitaran a indicar que el zumo en cuestión no contiene azúcares añadidos, "algo que por otra parte ya está regulado desde 2016 y que precisamente distingue a los zumos de los néctares o las bebidas de frutas".

La organización internacional Foodwatch ha criticado, en todo caso, la solución adoptada por Bruselas, por considerarla engañosa, ya que todo el azúcar es, de hecho, "de origen natural", afirma la entidad, "pero esto no significa que sea bueno consumirlo". "Los únicos azúcares que son verdaderamente naturales son los de un alimento que está intacto. Una vez que la fruta ha sido exprimida y se le ha eliminado toda la fibra, se clasifica como azúcar libre y tiene los mismos efectos perjudiciales para la salud que el azúcar añadido", comentó la jefa de la oficina de Bruselas de Foodwatch International, Suzy Sumner, el día de la aprobación de las directivas comunitarias.

Mermeladas, mieles y leches azucaradas

Para las mermeladas, la nueva normativa establece que deberán aumentar el contenido mínimo general de frutas a 450 gramos por cada kilo de producto frente a los 350 gramos que exigía la normativa en la actualidad. Esta proporción estaba reservada hasta ahora para la 'confitura extra' y la 'jalea extra'. De este modo, se reduce, en consecuencia, "la cantidad de azúcar añadido necesaria para alcanzar el contenido mínimo de materia seca soluble en estos productos", constata la Comisión.

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Las etiquetas de los envases de miel deberán ser también "más transparentes, indicando los países de origen de modo bien visible y con los porcentajes de producto de cada lugar", dado que existe "un estrecho vínculo entre la calidad de la miel y dónde esta se ha recolectado", establece la normativa. Consciente de los problemas que tienen los apicultores en toda Europa, Bruselas se compromete asimismo a crear un sistema de trazabilidad y un laboratorio de control de este alimento, que tiene competidores importantes en países extracomunitarios, y evitar así el riesgo de que el producto final haya sido adulterado con azúcar.

Finalmente, la revisión de las directivas del desayuno indice también en el sector lácteo, en el que se elimina la distinción entre leche evaporada y leche condensada y se autoriza también la deshidratada sin lactosa.