ENERGÍA

España ordena de urgencia parar fábricas durante tres horas para reducir el consumo de luz

Red Eléctrica fuerza un parón obligatorio de grandes consumidores industriales para evitar un desajuste entre la producción y el consumo de electricidad en todo el país

Una torre de transporte de energía perteneciente a red eléctrica, con la ciudad de Bilbao al fondo.

Una torre de transporte de energía perteneciente a red eléctrica, con la ciudad de Bilbao al fondo. / EFE

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España tuvo anoche que activar de nuevo el sistema para reducir el consumo de luz de urgencia. Red Eléctrica de España -el gestor del sistema eléctrico español- ordenó la parada obligatoria de grandes fábricas industriales para recortar rápidamente el consumo de electricidad nacional y evitar un desajuste importante por no disponer de suficiente producción eléctrica para cubrir con garantías toda la demanda y tener suficiente margen de reserva.

Red Eléctrica (REE) lanzó la orden a las factorías de que detuvieran su consumo de luz a las 21.14 horas y se prolongó durante tres horas para evitar un problema provocado por la parada no programada de la central nuclear de Ascó, en Tarragona, por un fallo interno, y que coincidió con una menor aportación de la producción de parques eólicos de la esperada, según apuntan fuentes del sector eléctrico.

Es la segunda ocasión en que España tiene que activar su nuevo sistema de respuesta activa de la demanda (sólo se había utilizado hasta ahora en la noche del 4 de septiembre del año pasado). El mecanismo fue aprobado en plena crisis energética por el Gobierno como parte del Plan +Seguridad Energética y sirve para reducir de manera rápida altos consumos de electricidad (especialmente de la gran industria) para evitar desvíos graves en el funcionamiento del sistema eléctrico.

Desde Red Eléctrica se niega que en ningún momento hubiese riesgo de apagón, y se subraya que lo que busca el sistema es hacer ajustes en el mercado eléctrico para mantener un margen suficiente de reserva para cubrir todas las necesidades de consumo. “La continuidad del suministro no se vio en ningún momento comprometida, siendo el objetivo de la orden de activación, que se aplicó durante aproximadamente tres horas, el que establece la normativa: garantizar los niveles de reserva establecidos en los procedimientos de operación en respuesta a una situación puntual en la que se vieron reducidos los recursos disponibles en el sistema”, apuntan fuentes oficiales de la compañía, que confirman la información adelantada por El Economista.

Máxima potencia prevista

El parón de actividad obligatorio utilizó el máximo permitido por el sistema de gestión de la demanda para este año, forzando el freno de actividad de los 609 megavatios (MW) potencia de grandes industrias que participan voluntariamente en este mecanismo, y sirvió para ahorrar casi 1.685 megavatios hora (MWh) de consumo eléctrico, según los datos del Sistema de Información del Operador del Sistema Eléctrico (E·sios).

España empezó a aplicar durante la crisis energética un nuevo sistema para reducir el consumo de luz de urgencia en caso de desajustes graves entre la producción de electricidad y la demanda que se necesita cubrir en cada momento en todo el país. El nuevo mecanismo de protección del sistema eléctrico, que vino a sustituir el antiguo servicio de interrumpibilidad que funcionó durante más de una década con un coste milmillonario, permite la parada forzosa obligatoria de fábricas industriales para recortar el consumo de electricidad.

Red Eléctrica celebró el pasado diciembre una subasta en busca de factorías industriales o compañías energéticas dispuestas a parar si es necesario durante 2024 en caso de emergencia eléctrico a cabo de una retribución. Las compañías tenían que ofrecer en la subasta una cantidad de potencia eléctrica que pueden dejar de utilizar durante unas horas y el precio al que están dispuestas a dejar de funcionar.

El resultado de la puja del denominado servicio de respuesta activa de la demanda es que casi una veintena de grandes consumidores percibirán durante el este año una retribución fija de casi 143 millones de euros, un 52% más que en el año anterior, a los que se sumarán pagos puntuales cada vez que sean obligadas a dejar de funcionar en función del tiempo de parada y del precio del mercado eléctrico del momento.

Los adjudicatarios ofrecieron 609 MW de potencia y confirmaron su disponibilidad para parar en un total de 5.745 horas (alrededor del 65% de todas las horas del año) a un precio medio de 40,82 por su disponibilidad para dejar de funcionar. En la parada de anoche, el precio medio de la electricidad que percibirán las factorías es de 63,29 euros por MWh, cobrando la diferencia en relación al precio ofrecido en la subasta.

La vieja interrumpibilidad

El sistema de respuesta activa de la demanda está diseñado para aplicarse sólo en momentos puntuales para asegurar la continuidad del suministro en situaciones de escasez de energía en servicios concretos de ajuste del mercado eléctrico (como la reserva de sustitución o la regulación terciaria). Las paradas de las fábricas sólo pueden tener una duración máxima de tres horas al día por cada compañía adjudicataria del servicio y se ha de hacer un preaviso a las empresas con al menos 15 minutos.

El actual servicio de respuesta activa de la demanda vino a sustituir al antiguo programa de interrumpibilidad que estuvo vigente en España durante más de una década, desde 2008 y a 2019. El nuevo sistema busca evitar desequilibrios entre generación y demanda en el conjunto de España integrándose en los propios servicios de ajuste del sistema, mientras que la anterior interrumpibilidad era un escudo para situaciones de seguridad de carácter local tanto por falta de suministro o por grandes subidas del precio de la electricidad. En el actual servicio participan apenas una quincena de compañías, el antiguo sistema retribuía a más de un centenar de grandes factorías.

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Durante el primer año de vigencia del nuevo sistema el coste ha sido de poco más de 94 millones y se ha utilizado en una ocasión, y este año costará en principio 143 millones y de momento se ha utilizado una vez. El servicio de interrumpibilidad tuvo un coste que se cargaba en los recibos de la luz de un total de 5.258 millones de euros durante los doce años en que funcionó (en 2019 el importe fue de unos 200 millones de euros, pero en ejercicios previos se superaban de manera permanente los 500 millones anuales e incluso en 2014 se rozaron los 660 millones de euros.

Entre 2008 y 2017, toda una década, Red Eléctrica casi no utilizó el sistema de interrumpibilidad, ordenando en todo ese tiempo el paro forzoso de fábricas durante sólo cinco horas (aunque las factorías debían atender de manera obligatoria a paradas para realizar comprobaciones de que el sistema funciona bien, a razón de unas 88 horas por año). En los dos últimos años en que estuvo vigente, una reforma legal impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy facilitó la activación del sistema por motivos económicos, para evitar fuertes subidas del mercado eléctrico por desajustes entre oferta y demanda. En 2018 la interrumpibilidad se activó en 50 ocasiones, en 2019 sólo funcionó tres veces.