Opinión

Dilema europeo

En la legislatura que termina han cambiado muchas cosas en el mundo y Europa debería adaptarse. Los Next Generation y los PERTE, por ejemplo, son un gran avance pero exigen cumplir numerosos requisitos

4
Se lee en minutos
Fábrica de coches eléctricos en China

Fábrica de coches eléctricos en China

En breve, los ciudadanos europeos volveremos a ir a votar para escoger a nuestros europarlamentarios. Después se elegirá a los comisarios y empezará una nueva legislatura. En el mandato que termina han cambiado muchas cosas en el mundo y Europa debería cambiar para adaptarse. La pandemia originó fuertes distorsiones en la economía mundial, especialmente en las cadenas de suministro; también ha habido un fuerte impulso de la revolución digital, especialmente de la inteligencia artificial (IA); la política industrial china aprobada en 2015 ha tenido éxito, pues en varios sectores las empresas chinas son líderes mundiales; el proteccionismo económico se ha incrementado y EEUU también está reforzando su política industrial.

Hemos sobrepasando seis de los nueve límites planetarios, el cambio climático se está acelerando y los gobiernos impulsan políticas para revertirlos. China lidera la transición energética mundial con una inversión masiva en renovables, aunque sigue produciendo el 70% de su electricidad con carbón altamente contaminante. También lidera la movilidad eléctrica: en 2023 la mitad de los coches vendidos en China fueron 100% eléctricos.

Además de liderar la demanda, el país asiático también encabeza la oferta mundial en esos sectores. En placas fotovoltaicas, China tiene una cuota de producción mundial próxima al 90%, y en coches eléctricos, al 80%. Europa necesita las placas chinas para avanzar en la transición energética y casi la mitad del valor añadido de una planta fotovoltaica se hace con empleo local del país, por lo que sería contraproducente aplicar medidas proteccionistas en ese sector.

Años de adelanto

En el coche eléctrico, China lleva años de adelanto tecnológico a las empresas europeas, que han sido negacionistas de la revolución eléctrica y siguen arrastrando los pies. El sector del automóvil tiene fuerte efecto sobre el empleo, especialmente en Alemania y Francia, y los partidos populistas aprovecharán la reconversión del sector para incrementar la demagogia y la presión para aplicar medidas proteccionistas, como hizo Donald Trump en EEUU.

Ya sabemos por la experiencia americana que el proteccionismo no ha ayudado a mejorar significativamente el empleo industrial en los sectores que han perdido competitividad y qué buena parte de la caída de importaciones desde China ahora vienen de México o de Europa. Se pueden tomar medidas transitorias y siempre fundamentadas para contrarrestar las ayudas del Estado chino a sus empresas. Pero si no van acompañadas de desarrollo tecnológico que permita reducir la enorme distancia con China, fracasarán. 

El plan Next Generation ha sido un gran avance, los PERTE en España por fin empiezan a funcionar como instrumento de política industrial y ayudarán a muchas empresas a crecer y a ser más competitivas. Era condición necesaria pero no es suficiente. El IRA en EEUU, el plan equivalente al Next Generation, facilita el proceso a través de deducciones en el impuesto de sociedades y tiene dos ventajas: reduce drásticamente la burocracia y solo lo usan las empresas que tienen éxito y beneficios.

La IA es una de las grandes revoluciones tecnológicas que afecta a la relación de las empresas con sus clientes y empleados

En Europa, los Next Generation son principalmente subvenciones y exigen cumplir muchos requisitos legales que obligan a las empresas a dedicar muchas horas y esfuerzo a elaborar licitaciones, a los funcionarios españoles a comprobar toda esa cuantiosa documentación y a los funcionarios de Bruselas a comprobarla de nuevo. Y al ser a fondo perdido, hay incentivos para entrar en proyectos de dudosa viabilidad económica. Tras las elecciones sería deseable mejorar el diseño de los fondos para que sean mucho más eficaces en sus objetivos. 

Recientemente, Larry Fink, presidente de BlackRock (la mayor gestora de fondos de inversión del planeta), mostró en una conferencia en España su optimismo con EEUU y su preocupación con Europa. Europa ha aprobado una regulación muy restrictiva en el uso de datos y ha limitado significativamente el desarrollo de la inteligencia artificial en sus empresas. 

La inteligencia artificial es una de las grandes revoluciones tecnológicas que afecta a la relación de las empresas con sus clientes, con sus proveedores, con sus trabajadores, con la logística, con el estado, etcétera. Las empresas y los países que menos incorporen IA serán menos competitivos, crearán menos empleo y verán deteriorar sus salarios. El nuevo Parlamento, Comisión y Consejo europeos deberán cambiar urgentemente esa regulación protegiendo a los ciudadanos pero sin perjudicar la competitividad de nuestras empresas y del empleo.

Mercados de capitales

El otro motivo de preocupación de Fink con Europa es la debilidad de los mercados de capitales. Las empresas que lideran el cambio tecnológico en los nuevos sectores necesitan captar mucha financiación, tanto en capital como en deuda, y las empresas americanas tienen acceso a bolsas y mercados de bonos mucho más profundos. China, con su intervención en el sistema bancario, también consigue financiar el crecimiento de esas compañías y tiene un amplio abanico de instrumentos de política industrial para apoyarlas. Los Next Generation tienen la mitad de los fondos en deuda que se pueden usar para desarrollar los mercados de capitales.

El Gobierno español podría diseñar fondos de deuda que consigan una financiación próxima al 2% y que pueden financiar a pymes con modelos digitales y sostenibles a tipos muy inferiores a los que lo hacen en la actualidad, y hay mucho dinero de fondos soberanos e institucionales que estarían encantados de coinvertir con el estado en esos fondos.

Noticias relacionadas

Si aumentas la cantidad de financiación a esas empresas con alto potencial de crecimiento y les bajas el tipo de interés, sería equivalente a una política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE); aumentaría la inversión, el empleo, la productividad y los salarios. 

Si quieres puedes y si puedes debes.