INNOVACIÓN

Arranca la carrera para conectar la Luna a internet

Javier Ventura-Traveset dirige el programa Moonlight de la ESA, clave en el nacimiento de la economía lunar 

Javier Ventura-Traveset (primero por la derecha), con el primer receptor de navegación por satélite que funcionará en órbita lunar.

Javier Ventura-Traveset (primero por la derecha), con el primer receptor de navegación por satélite que funcionará en órbita lunar.

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El desarrollo industrial de la infraestructura de Moonlight acaba de arrancar. El objetivo es suministrar un servicio inicial de comunicación y navegación lunar en 2028, y tener en 2030 la constelación ya completa. "Estamos desarrollando lo que podría significar la primera infraestructura de este tipo fuera de nuestro planeta. De alguna forma, recuerda a los tiempos de Cristóbal Colón", afirma Javier Ventura-Traveset, el ingeniero español que dirige el programa Moonlight Navigation de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Gracias a Moonlight, las misiones dispondrán de banda ancha y sistemas de navegación como el GPS y el Galileo. La ESA contribuirá significativamente y se beneficiará en sus programas institucionales, pero la provisión de servicios se llevará a cabo gracias al sector privado. El informe Luna Market de Northern Sky Research (NSR) prevé ya más de 400 misiones a nuestro satélite hasta el año 2032. La economía asociada a ellas ronda los 136.000 millones de dólares. Para finales de la actual década se estima que en torno al 50% serán privadas.

Moonlight permitirá alunizar con precisiones de unos 20 metros y "abrirá la puerta a posibles misiones en las regiones con iluminación solar permanente en el polo sur lunar [los picos de luz eterna], que precisan de sistema de navegación muy precisos". Será un catalizador del desarrollo de la economía lunar. Así, facilitará la construcción de hábitats, el establecimiento de rutas, el transporte tanto de vehículos como de personas, la ubicación de plataformas de despegue y alunizaje, y el acceso a servicios de telemedicina para los astronautas.

Para ello habrá que movilizar una enorme energía innovadora dirigida a resolver problemas concretos como la generación y la distribución de esta; la utilización de los recursos disponibles en construcciones, frente a la radiación y para obtener oxígeno y combustible de las reservas de agua helada, y también el despliegue de sistemas autónomos y de soporte vital, capaces de proporcionar estabilidad térmica y fuentes de alimentos sostenibles.

La NASA decidió promover una industria privada llamada CLPS (servicios comerciales de carga útil lunar), cofinanciar y convertirse en cliente. Ese modelo "cambia totalmente el paradigma: el primero que sea capaz de ofrecer una infraestructura facilitará la exploración", explica Ventura-Traveset. Desde la perspectiva de la ESA, "la idea es ayudar a las industrias para que creen esa economía lunar y utilizar sus servicios en misiones como la Argonaut, vamos a ser lo que se conoce como un cliente ancla". Astronautas europeos visitarán la estación espacial Gateway durante esta década.

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Europa, EEUU y Japón trabajan en el desarrollo de unos estándares internacionales llamados LunaNet. "Ya hemos hablado con China y está abierta también a utilizarlos", apunta el directivo.

Tras Italia y el Reino Unido

España es el tercer contribuyente neto al programa Moonlight, tras Italia y el Reino Unido. En la fase de diseño, la ESA adjudicó dos contratos paralelos de evaluación de todos los escenarios en los que participaron GMV e Hispasat. Aunque no está vinculada necesariamente con la Luna, PLD Space estima un interés comercial por sus servicios de lanzamiento de unos 470 millones de euros. ¿Puede ir cualquiera a la Luna a capturar recursos, explotarlos y llevarlos a la Tierra? La normativa al respecto es confusa. "Luxemburgo prepara una legislación que permitirá a sus empresas hacerlo".