OPINIÓN

De Barcelona al mundo pasando por Estambul

Antes de cumplir 18 años, Isak Andic inició su actividad mercantil. Y 50 años después, tiene más de 2.700 tiendas en los cinco continentes y 15.000 empleados, y produce 180 millones de prendas al año. Constancia, ambición, innovación y rodearse de buenas personas son claves de su éxito.  

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Isak Andic, presidente y fundador de Mango

Isak Andic, presidente y fundador de Mango / 'activos'

Desde 2019, varias asociaciones empresariales, con el respaldo de la Casa Real, conceden el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial a una personalidad que con su empresa haya tenido un alto desempeño en la creación de empleo, inversión, innovación e internacionalización. Los círculos de empresarios vascos, catalanes y madrileños tratan de ir más allá del reconocimiento a una carrera: intentan dar ejemplo para las futuras generaciones a través de figuras empresariales que han promovido el progreso y el bienestar de la sociedad española en su conjunto.

España ha gozado de una clase empresarial de primera, reconocida en sus respectivas industrias e incluso a nivel global, pero en demasiadas ocasiones con poco conocimiento dentro de nuestras propias fronteras, lo que ha lesionado las futuras vocaciones. De hecho, en los últimos tiempos, al necesario dinamismo de estos empresarios se les ha exigido un importante espíritu de sacrificio para adaptarse a las dificultades del mercado y a las trabas promovidas desde el sector público. Crisis, pandemias, regulaciones, nuevos impuestos, aumento de la carga fiscal y sobre todo la sombra de la sospecha sobre la actividad empresarial han desincentivado la creación de firmas en España.

El premio de este año, que ha recaído en el presidente de Mango, Isak Andic, es una oportunidad espléndida para que millones de españoles encuentren la inspiración necesaria para ser emprendedores. Andic nació en Turquía, pero siendo adolescente llegó a Barcelona con su familia. Sin cumplir los 18 años, comenzó su actividad mercantil con unas alegres camisas que importó de su país natal y que arrasaron en la Barcelona gris de la época. Han pasado más de 50 años, Andic ya no vende en mercadillos, sino que tiene más de 2.700 tiendas en los cinco continentes. De tener como empleados a su familia ha pasado a dar trabajo a más de 15.000 personas. De una maleta con 50 camisetas, a más de 180 millones de prendas cada año.

Siendo importante esa evolución, lo relevante son los valores de Andic que lo han hecho posible y que se han acabado convirtiendo en la cultura de Mango y en su mejor legado. Peter Drucker alerta de que la cultura se come a la estrategia de desayuno. Para el profesor de la Universidad de Nueva York no hay plan de éxito sin una cultura potente. Los objetivos, por muy sofisticados y ambiciosos que sean, no resisten un primer asalto si van en contra de la cultura.

Durante los últimos meses he tenido el honor de zambullirme en la cultura de Mango de la mano de sus empleados. Las increíbles anécdotas escuchadas sobre su fundador ratifican lo que el economista Lionel Robbins defendía: las historias son una de las formas más potentes para transmitir los principios de una compañía.

No volver nunca a casa hasta que la maleta de prendas para vender estuviera vacía. Así lo hacía Andik cuando era viajante. Por eso, en 2024, desde el centro logístico de Lliçà se puede servir género a 115 países del mundo. Y esa fuerza de voluntad que ha llevado a este empresario a trabajar durante cerca de medio siglo, todos los días, desde al alba hasta la noche, ha imprimido en los más de 30.000 colaboradores de Mango la ambición de cumplir con la palabra.

Soñar a lo grande. Tras abrir la primera tienda en Barcelona, prometió tener un establecimiento en cada una de las grandes capitales del mundo. Ahora no hay gran ciudad sin una tienda Mango y en breve serán más de un millón de metros cuadrados de superficie de venta en todo el planeta. Siempre desde Barcelona y con una vocación de servir al mundo como marca española.

Andic invirtió, casi a ciegas, en algo desconocido como era internet en los años 90 para acabar siendo la primera marca de moda en ver la oportunidad del on line. Ahora nuevas plataformas con altas capacidades cognitivas permitirán a los colaboradores de Mango tener copilotos para mantener esa obsesión de su fundador, que no es otra que cada cliente se sienta como invitado a nuestra casa.

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Rodearse de los mejores, pero ante todo de buenas personas. Este año se cumplirán 40 años de la creación de Mango y, siguiendo la máxima lampedusiana, todo ha cambiado para que nada cambie. Andic sigue siendo el presidente de la compañía, pero con un equipo directivo de altísimo rendimiento liderado por un consejero delegado, Toni Ruiz, que ha conseguido los mejores resultados de la historia cuidando los equipos y que representa a la perfección el espíritu de los primeros tiempos de la empresa.

Andic es un faro para los españoles, un emprendedor que emigró a nuestro país y encontró el mejor lugar para crear su empresa y por tanto generar riqueza para esa tierra. Constancia, ambición, innovación y generosidad. El premio que recibirá en unos días es una llamada de atención para todos porque sin una clase empresarial fuerte, reconocida y apoyada España no puede pretender ofrecer un futuro esperanzador a sus habitantes y ni mucho menos estar en el grupo de los países más desarrollados del mundo.