Negocio

El 'caso Grifols' aviva el viejo debate entre familia y negocio

La gobernanza se ha convertido en clave en las firmas controladas por parientes

El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, en la junta general de accionistas. | ‘activos’

El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, en la junta general de accionistas. | ‘activos’ / 'activos'

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Con Grifols ha resucitado el eterno dilema que afecta a las empresas controladas por parientes: la relación entre negocio y familia. La multinacional catalana de hemoderivados se ha visto forzada a apartar de la gestión a los miembros de la familia fundadora después de que Gotham City, a la que ha llevado a los tribunales, denunciara supuestas maniobras contables con la sociedad en la que está la familia, Scranton, para reducir el peso de la deuda de la compañía. 

Como afirmó en una conferencia en el Cercle d’Economia hace un tiempo el actual presidente de la firma de fragancias y cosmética Puig, Marc Puig, que ha acelerdo sus planes para salir a bolsa: "Los genes no siempre se pasan: el hijo de Pablo Picasso no pintaba como su padre". Muchas de estas empresas son conscientes de que en muchos casos es necesario desgajar propiedad y gestión.

Los teóricos utilizan el modelo de los tres círculos superpuestos: propiedad, familia y negocio. También existen siete categorías, que van de los familiares que no están involucrados en el negocio, pero que son descendientes o cónyuges de los propietarios, a los accionistas familiares que trabajan en él. Con el tiempo, muchas de estas compañías, como la propia Puig, han profesionalizado la gestión. Y en especial si cotizan en bolsa o aspiran a hacerlo.

La representación del capital familiar se sitúa en el consejo de administración, que fija las líneas estratégicas de la empresa, así como en estructuras como el consejo familiar y otras que protegen y gestionan el capital entre parientes. La gestión, en cambio, se suele ceder muchas veces a terceros, aunque no siempre. "Una buena solución suele ser optar por directivos internos de confianza", explica Josep Tàpies, profesor emérito del departamento de dirección estratégica del IESE.

En el caso de Grifols, han fichado a un directivo externo de prestigio como consejero delegado, Nacho Abia. Los familiares, los primos Víctor Grífols Deu y Raimon Grífols Roura, que eran consejeros delegados y luego altos directivos, finalmente han pasado a ser consejeros. Y es que la gobernanza es esencial, y más si se cotiza en bolsa o se aspira a hacerlo, porque "hay que trabajar con la máxima transparencia", afirma Jordi Tarragona, asesor de empresas familiares. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su código de buen gobierno recomienda que el número de consejeros independientes represente, al menos, la mitad del total.

Cambio de estrategia 

Recientemente, la firma gallega de energías renovables EiDF tuvo que dar un volantazo a su estrategia de gobernanza después de que la CNMV suspendiera durante cuatro meses su cotización por desavenencias con el auditor en la contabilidad de la empresa. La compañía, que sigue presidida por Fernando Romero, su fundador, situó en el mismo cargo pero con función ejecutiva a Jordi Berini, representante del segundo accionista, y cambió en solo dos meses de consejero delegado: Joaquín Galí fue sustituido por Joan Gelonch y se incorporaron los consejeros independientes Eduard Romeu (Audax) y la abogada Susana Olcina.

Unos ejemplos que permiten ver las distintas estrategias de gobernanza. En Puig, el presidente, Marc Puig Guasch, es miembro de una de las cuatro ramas de la familia fundadora, al igual que su primo, el vicepresidente, Manel Puig Rocha. La presencia de las cuatro ramas familiares se refleja en el consejo de administración, con cinco de un total de 14 vocales. De los otros nueve, ocho son independientes y uno, el presidente de Banc Sabadell, Josep Oliu, es consejero ejecutivo en nombre de una sociedad en la que participan los Puig.

Hay siete categorías, que van de los familiares que no están involucrados en el negocio a los que trabajan en él

En Ferrovial, que trasladó su sede social a Ámsterdam (Países Bajos), en el consejo el presidente es Rafael del Pino, de la saga fundadora. De los 12 vocales solo el presidente y María del Pino son de la familia. En Occident (la antigua Catalana Occident), por su parte, Hugo Serra, de la familia propietaria, es consejero delegado y vicepresidente, y su padre, Josep Maria Serra, presidente. Los consejeros independientes son el 33,33%. Fluidra, uno de los valores del Ibex, tiene a Eloi Planes, que representa a una de las familias propietarias, como presidente ejecutivo. Apenas el 41% de los vocales son independientes. 

Inditex y Borges

En la farmacéutica Almirall, también en bolsa, un miembro de la familia fundadora, Carlos Gallardo, es el presidente y consejero ejecutivo. Solo hay otro vocal representante de la saga en el consejo, Antonio Gallardo Torrededía. Dos tercios de los vocales son independientes.

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En Inditex, la familia tiene cuatro de los 10 consejeros, con Marta Ortega como presidenta. El 45% son independientes. En Acciona, cuatro de los 13 consejeros son de la familia, con José Manuel Entrecanales Domecq como presidente y Juan Ignacio Entrecanales Franco como vicepresidente. 

En Borges optaron, por su parte, en su día por una solución como la de Grifols, con David Prats, un ejecutivo ajeno a la familia, como presidente ejecutivo. Pont Family Holding controla el 100% de Borges International Group que, a su vez, posee el 89,07%, que cotiza en bolsa, Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN). El holding familiar pasó a contar con un representante de la cuarta generación de cada una de las cuatro familias accionariales.