SOSTENIBILIDAD

Las empresas Castrosua y Urovesa impulsan la electrificación de la movilidad urbana desde Santiago de Compostela

Ambas compañías, con sede en la capital gallega, apuestan por el transporte sostenible como el modo de aportar valor añadido a sus modelos de negocio

El camión eléctrico Urovesa que presta servicio en diversas ciudades españolas.

El camión eléctrico Urovesa que presta servicio en diversas ciudades españolas.

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Mateo G. Tiñares

Dos empresas familiares con sede en Santiago de Compostela se han propuesto liderar la electrificación de la movilidad en sus respectivos sectores. Castrosua en el ámbito del transporte urbano e interurbano de pasajeros, y Urovesa, en el mercado de los vehículos especiales, tanto con fines tácticos y militares como para la recogida de residuos. Ambas compañías, junto con la pontevedresa LittleCars, conforman la representación gallega en el proyecto Soluciones a las nuevas necesidades de movilidad eléctrica basadas en criterios de sostenibilidad y conectividad (SoNNMESyC), que se impulsó el pasado marzo en el marco del Programa de Ayudas a la Cadena de Valor del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC).

La carrocera compostelana Castrosua, con una plantilla de alrededor de 500 trabajadores, lanzó al mercado en 2021 la primera carrocería de autobús para bastidor eléctrico 100% personalizable, conocida como Nelec (New Electric Castrosua). Un modelo diseñado íntegramente a través de metodología 3D y que incorpora en sus acabados materiales reciclados que permiten reducir el peso final del vehículo y sus consumos energéticos.

Llamadas de todo el mundo

Su lanzamiento atrajo rápidamente el interés del sector. Con unas instalaciones de 90.000 metros cuadrados entre la sede y la planta de producción compostelana y sus fábricas en Vilagarcía y Canarias, la compañía no ha dejado de recibir llamadas de diferentes empresas automotrices interesadas en revestir con Nelec sus chasis. Este interés cristalizó por primera vez en septiembre de 2022, cuando firmó un acuerdo con BYD, el principal fabricante mundial de vehículos de nueva energía (VNE) y baterías eléctricas para la construcción de autocares eléctricos de cero emisiones para el mercado español que el pasado mayo comenzó a dar sus frutos, con la presentación en sociedad del primero de estos EBuses por las calles de la capital gallega, con una capacidad de hasta 34 butacas y un aforo de hasta 63 personas de pie.

El presidente de Castrosua, José Castro, destacó entonces el marcado carácter innovador de su empresa y su apuesta por la electromovilidad: "Queremos ser algo más que un proveedor de carrocerías para convertirnos en un actor necesario en el escenario de la movilidad sostenible, abriendo nuevos estadios de investigación y desarrollo". Desde entonces, un modelo de este autobús eléctrico ya ha circulado en periodo de pruebas por las ciudades de Zaragoza y Madrid. De hecho, la Empresa Municipal de Transportes de la capital española, satisfecha con el funcionamiento de los vehículos durante la fase de ensayo, realizó un pedido de medio centenar de estos autocares para renovar su flota.

El modelo Nelec llamó también la atención de empresas automovilísticas escandinavas como Volvo y Scania. Con la primera de ellas, Castrosua selló un acuerdo el pasado noviembre para desarrollar, fabricar y comercializar en España ómnibus eléctricos combinando la carrocería santiaguesa con el chasis BZL de Volvo. La previsión es que las primeras unidades de estos nuevos autocares puedan ser entregados a los operadores a finales del próximo año. Además, conjuntamente con Scania, la compañía compostelana entregará a lo largo de los próximos dos años 173 buses híbridos-eléctricos, con carrocería Nelec, a la empresa pública de transporte de la isla de Tenerife.

El buen desempeño de esta carrocería en el mercado permitió a Castrosua abandonar las números rojos en 2022 tras la debacle ocasionada a raíz de la pandemia de covid. Con unas cuentas que arrojan una cifra de negocio de 28 millones, el 10% más que en 2021, alcanzando un beneficio neto de 1,2 millones. Urovesa, con sede en Santiago y planta de producción en el municipio pontevedrés de Valga, lleva ya cuatro años apostando por la electrificación de la movilidad táctica y militar en la que esta empresa es líder. De hecho, fue en 2019 cuando presentó la versión eléctrica del conocido Vamtac, con una configuración basada en dos motores eléctricos alimentados por una batería que le dota de 40 kilómetros de autonomía y que, gracias a un generador eléctrico y a un motor de gasolina que lo mueve, puede recuperar la energía para continuar alimentándolo y sumar una autonomía similar a la de su versión diésel.

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A principios de este noviembre, la compañía compostelana se adjudicó un contrato del Gobierno de casi 700.000 euros para desarrollar un modelo de Vamtac híbrido con pila de hidrógeno que deberá estar listo para finales de 2025. Un movimiento del Ministerio de Defensa que se enmarca en la apuesta por una flota sostenible y no dependiente de combustibles fósiles de terceros países.

No es esta la única apuesta por el vehículo electrificado de la firma que dirige Justo Sierra y en la que trabajan alrededor de 250 empleados, que está llevando a cabo en los últimos años una apuesta por la diversificación de su producción, tratando de llevar su experiencia en la construcción de vehículos tácticos y resistentes a otros ámbitos más allá del militar. En junio del pasado año presentó su nueva gama de camiones eléctricos -Urbatek- especialmente diseñados para aplicaciones urbanas, fundamentalmente para la recogida de residuos y la limpieza viaria. Ya presta servicio en ciudades como Madrid, Barcelona, Castellón, Segovia y Vigo. Su estrategia de diversificación otorgaron a la compañía compostelana una facturación de 102,8 millones en 2022, con un crecimiento del 40%. El beneficio alcanzó un registro récord de 13,9 millones, prácticamente triplicando los 5,5 millones de un año antes.