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Fabbric, la industria de la moda se revoluciona con los costureros de ‘influencers’

La start-up catalana digitaliza toda la creación de una marca de ropa, sin necesidad de saber de patronaje. Y se abre paso a través de las redes

Alba Rocafort y Hugo Cuesta, fundadores de Fabbric

Alba Rocafort y Hugo Cuesta, fundadores de Fabbric / 'activos'

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Tan sencillo como jugar con muñecas recortables, en las que se superponen prendas sobre su silueta de cartón. Pero a lo grande. De manera digital, con diseños que toman forma de patrones 3D y que pueden trasladarse a la realidad. La start-up catalana Fabbric ofrece la posibilidad de crear colecciones de ropa sin necesidad de tener conocimientos sobre patronaje o costura. De momento, se reserva a los populares creadores de contenido en redes sociales. Pero su uso se abrirá al público general a finales de año, y la lista de espera de personas que quieren usarla ya supera los 4.000 nombres: marcas, emprendedores, diseñadores...

El sueño de Alba Rocafort y Hugo Cuesta, dos amigos de 28 años, siempre fue crear una marca de ropa. Se conocieron en el colegio, con 10 años, y ya entonces elucubraban sobre el mundo de la moda. Pero la realidad de la industria les hizo apartarse de ella. "Era abrumador pensar en todos los recursos que se necesitaban para crear una marca", cuenta Rocafort. "Era un proceso demasiado largo y complejo", añade Cuesta. Así que cada uno tomó su camino. Ella se dedicó a la inversión y la consultoría. Estuvo en Simon Kutcher. Y él se especializó en márketing y trabajó en Glovo y L’Oréal. Fue el confinamiento por el covid lo que les empujó a dejar sus trabajos y lanzarse a la aventura.

Un cambio de rumbo en el negocio les hizo pasar de facturar 1.000 euros al mes a 30.000. Cerrarán este año con 360.000 euros

Pero Fabbric no nació con su forma actual. Al principio se centraba en ayudar a las empresas a vender su estoc. Con ello los dos barceloneses facturaban 1.000 euros al mes. Había que reenfocarse. Crearon una plataforma que usa una especie de módulos predefinidos con los que cualquier persona puede diseñar una prenda de ropa. Y dieron en el clavo. La lanzaron en mayo de este año y ese mes ya facturaron 30.000 euros. Ahora se sitúan en los 360.000 euros y pretenden estar facturando dos millones de euros en 2024.

El usuario de Fabbric solo tiene que escoger el cuello, el largo, las mangas, los puños... También el material y el color o el estampado. Luego añadir detalles como la etiqueta, los botones, los bordados. Las combinaciones son casi infinitas y no se requieren conocimientos técnicos. La plataforma calcula el precio que va a costar producir la prenda, en base a la estructura y el tejido. Por cada producción, la compañía se queda con un margen. "Queremos digitalizar totalmente una industria que ha sido y sigue siendo manual", explica Rocafort.

El usuario de Fabbric puede crear su marca y dar vida a sus modelos con uno de los nueve partners que la compañía tiene en España y Asia. La compañía ofrece también la posibilidad de guardar el material en su almacén de Barcelona, y tiene previsto abrir uno en Latinoamérica. Además, trabajan con venta on-line. Y utilizan la inteligencia artificial (IA) para crear modelos y hacer las sesiones de fotos con ellos. "Tiene sentido que también esta parte sea totalmente digital", comentan los fundadores.

"Democratizar" la creación

La principal idea que estos jóvenes trasladan al hablar de Fabbric es la de "democratizar la creación de marca, que actualmente es inalcanzable para mucha gente". Trabajan con un mínimo de producción de 50 unidades, "cuando la media de la industria es de 2.000", asegura Rocafort. Calculan que para lanzar una marca con el sistema convencional se necesita una inversión inicial de 100.000 euros. "Mientras que aquí solo pagas por tu producción". La media de gasto con Fabbric es de unos 10.000 euros por colección.

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El modelo de negocio de esta start-up es particular. No necesita invertir en márketing, al menos actualmente. "Hay un mercado de cinco millones de creadores de contenido que buscan no depender económicamente de las colaboraciones comerciales", subrayan. "Con su propia marca pueden conectar con sus seguidores de una forma más física. La ropa tiene un componente emocional muy fuerte", argumentan. "Muchos lo habían intentado antes, pero requiere un equipo técnico y una inversión muy grande". Por eso su estrategia pasa por abordar a ese público, ofrecerles sus servicios, "trabajar con los creadores más grandes para lanzar marcas superconsolidadas y tener difusión a coste cero", relata Rocafort. Los creadores pagan por la producción y Fabbric se aprovecha de la visibilidad de los influencers para seguir creciendo.

La mayor colaboración que han cerrado este año es con la agencia de creadores Youplanet, que cuenta con el streamer Auronplay entre sus insignias más conocidas (29 millones de suscriptores en Youtube). Además, acaban de lanzar una ronda de financiación de dos millones de euros que esperan que les catapulte en 2024.