Bebidas alcohólicas

Hacer frente a las grandes multinacionales

En medio de la competencia entre los enormes conglomerados del sector, las compañías locales logran plantarles cara y mantener su ambición para crecer

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Copas de brandy junto a las botellas y las barricas en una bodega

Copas de brandy junto a las botellas y las barricas en una bodega / 'activos'

Kweichow Moutai es el primer grupo fabricante de bebidas alcohólicas del mundo por valor de mercado. Vale en bolsa 332.000 millones de dólares y ocupa la 26ª posición por capitalización. Aunque la mayoría del capital está controlado por el Estado chino (que es comunista para lo que le interesa), sus raíces son familiares, al ser fundado en 1928 por el señor Takizo Kubo. Esta empresa produce la bebida alcohólica por excelencia que toman los chinos: el moutai es un derivado del baijiu, un licor formado a base de sorgo y otros cereales que aspira a competir con los grandes licores de origen europeo y americanos. Desde el vodka y la ginebra hasta el whisky, el burbon, el ron y el tequila. También el coñac y el brandi.

El negocio del alcohol es amplio y lleno de matices. Detrás se encuentran grandes conglomerados internacionales y boutiques locales especializadas capaces de producir algunas de las bebidas más excelsas de la tierra.

Grupos como Diageo (con marcas señaladas como Johnnie Walker, Guinness, Tanqueray, Baileys, Gordon’s, Don Julio, Captain Morgan...); Pernod Ricard (Absolut, Beefeater, Ballentine’s, Chivas, Havana Club, Martell y los vinos Campo Viejo, entre una treintena de marcas más); Constellation (Svedka, Nelson, Casa Noble... más las cervezas Corona y Modelo), Brown-Forman (Jack Daniel’s, Herradura, Gin Mare, Edrington...) y LVMH comparten sus marcas en lugares tan diversos como grandes restaurantes, tiendas especializadas y supermercados de barrio. Solo el grupo francés, primera empresa de lujo del mundo, cuenta con 25 bodegas/casas/châteaus (entre ellas Hennesy, Dom Pérignon, Krug, Moët & Chandon, Volcán de Mi Tierra, Eminente y los vinos de Toro Numanthia) en su amplia lista del negocio de bebidas con trazos de alcohol.

En este sector, cuyos ingresos se calculan en 1,5 billones de euros a nivel global, con aspiración a llegar a dos billones en 2032 según consultoras especializadas, también se incluyen los vinos (espumosos y tranquilos) y la cerveza, que sigue siendo la bebida alcohólicas más consumida. La compañía estadounidense Anheuser-Busch, cuyo origen se remonta a 1860, es el primer cervecero mundial.

Eurostat calcula que un tercio de los europeos de más de 15 años consumen alcohol, por lo menos, una vez por semana. Tal como describimos en el barómetro de esta semana, el consumo de alcohol per cápita al año supera los 10 litros en la mayoría de los países europeos, según las últimas cifras recogidas de 2019. Aunque en Europa se diferencian tres grandes regiones: los países del norte y el este, donde abunda el consumo de espirituosos; el centro, con liderazgo de la cerveza, y el sur (de Lyon hacia abajo), en manos del vino.

Desde los ibéricos Cinco Jotas hasta la ginebra Nordés, Osborne seguirá diversificando más allá de sus clásicos

En España no existe una gran multinacional del sector productor de bebidas alcohólicas. El negocio está en manos de las multinacionales -en espirituosos y cerveza, fundamentalmente, aunque los cavas como Freixenet y Codorníu cayeron en manos foráneas- y de empresas que a nivel mundial serían pequeñas, pero que en este país han sobrevivido por dos conjunciones: producto más familia.

Una de estas compañías fue fundada en Jerez de la Frontera en 1772 por James Duff y Juan Haurie. Adoptó su nombre actual tras la llegada como socio de Thomas Osborne Mann. Nacido en 1781 en Exeter (Reino Unido), se dedicaba a la actividad comercial y bancaria entre su país y España, donde decidió establecerse. Y hasta la actualidad han mantenido su apellido las siguientes generaciones. Una marca, Osborne, que ha logrado captar el imaginario popular por uno de los símbolos más reconocidos de las carreteras de media España: el toro negro. 

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Es uno de los objetivos de ‘activos’ mostrar quién hay detrás de las empresas españolas, de dónde vienen y cuáles son sus desafíos. Esta semana es Juan Carlos Lozano quien descubre Osborne, la compañía jerezana que ha ido convirtiéndose en una sociedad con intereses en subsectores distintos de la alimentación y las bebidas. Ahí se unen desde la reconocida marca de ibéricos Cinco Jotas hasta la ginebra Nordés y el caviar Riofrío, productos que no son fácilmente asociados a Osborne, como sí lo son las más populares Veterano, Magno, Anís del Mono y Licor 103.

Osborne, con tres centenares de accionistas, quiere seguir creciendo, ampliando su presencia internacional y analizando posibles adquisiciones. Pero también quiere mantener sus raíces y valores tradicionales donde no ven necesaria la salida a bolsa. Buen brindis a la espera de si un día, quien sabe, los chinos también irrumpen con su Moutai.