SECTOR INMOBILIARIO

Nyesa, el resurgir del ‘ave fénix’: de evitar la liquidación a trazar un plan para salir del concurso de acreedores

Nyesa es una de las últimas cotizadas que siguen vivas tras el estallido de la burbuja de 2008 sin que un inversor la recapitalizase

La nueva fase de crecimiento consiste en el desarrollo de una plataforma de gestión de cooperativas

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Gabriel Santamarina

Nyesa tiene 70 años de historia, aunque la más reciente ha estado oculta tras un agónico concurso de acreedores, como una más de las compañías inmobiliarias que acabaron en esta situación tras el estallido de la burbuja en el año 2008. El origen de esta empresa se remonta a la década de los 50. En aquel momento, Inbesòs (antecesora de Nyesa) se dedicaba a la transformación de productos siderúrgicos. No fue hasta 1989 cuando el grupo rotó su actividad hacia la promoción inmobiliaria, comenzando a cotizar en el Mercado Continuo. Los próximos años fueron de expansión, convirtiéndose en una de las compañías estrella durante los primeros años de los 2000.

En 2011, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en España, Nyesa se vio abocada al concurso de acreedores. “Fue un concurso de 1.300 millones de euros, el mayor de la historia de Aragón”, explica Liberto Campillo, director de desarrollo de negocio de la cotizada. Las compañías que cayeron en concurso acabaron de dos formas: en liquidación, como Martinsa-Fadesa o Reyal Urbis, o recapitalizadas por un inversor, como es el caso de Metrovacesa (Banco Santander y BBVA), Realia (Carlos Slim) o Habitat Inmobiliaria (Bain Capital). En el caso de Nyesa, ninguna de las dos.

“En el 2014, presentamos una propuesta de convenio que fue aprobada; pero, en 2020, con el cambio de la legislación concursal y mercantil, hicimos un reconvenio, que fue aprobado en 2021 por el 61% de los acreedores y sin votos en contra. Este reconvenio es leal con los acreedores, solo planteando una espera adicional, sin quitas en la deuda, aunque con tipos del 0%. Empezamos con los pagos en 2026, con un 10% los dos primeros años, después dos del 15% y, finalmente, los últimos dos del 25% cada uno. Nos queda por pagar unos 16 millones de deuda concursal de un total de 1.300 millones”, relata el directivo de la empresa.

Incorporación de nuevos negocios para crecer

En los últimos años, Nyesa ha reforzado su capital, con la incorporación de nuevos activos. Actualmente, es propietario de un centro deportivo y de ocio en Alcalá de Henares (Madrid), un hotel en Ejido (Almería), las Torres de Hércules en Cádiz, un hotel en Benidorm (Alicante) y varias viviendas y plazas de aparcamiento en alquiler.

Sus planes no pasan por la incorporación de nuevos activos, sino por escalar una compañía que se ha sumado al grupo, Henara Gestora Global. Henara es una gestora de cooperativas fundada en 2018. “Nosotros éramos una pequeña empresa de dos socios y dos empleados. Conocimos a Nyesa porque le compramos un suelo, aunque más tarde acabó siendo un socio, un proceso que ha culminado con la incorporación de Henara a Nyesa. Con este movimiento corporativo, nuestro nivel de trabajo ha crecido, tanto en calidad, como en cantidad”, relata Eduardo Herrezuelo, socio fundador de Henara.

Actualmente, la gestora tiene contratos firmados que supondrán 15 millones de euros en ingresos para Nyesa y está gestionando promociones de viviendas por valor de 151 millones de euros: 134 pisos en Ciudad Real y 98 en Madrid en dos residenciales. “Con Henara podemos desarrollar un plan de negocio escalable: si gestionas diez cooperativas, puedes gestionar también 20 o 50. Nosotros le aportamos a Henara el hecho de poder cotizar y una relación con las principales empresas del mercado inmobiliario, cuando el principal problema de las gestoras de cooperativas es encontrar suelo”, añade Campillo.

“Desde que estamos con Nyesa, en vez de ver un suelo al mes, vemos diez a la semana. El crecimiento ha sido exponencial. Hemos formalizado ya una cooperativa en Las Rozas de 21 viviendas, dos en Ciudad Real y tenemos varias firmadas en Murcia. En total, son diez. Además, estamos estudiando suelos más grandes en Sevilla, en la costa y en Madrid. Queremos crecer en tamaño, volumen y calidad, que se repercutirá sobre nuestra facturación”, concluye Herrezuelo.

Estar en concurso de acreedores no deja margen de maniobra

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Nyesa, al igual que otras compañías en su misma situación concursal, tiene serias dicultades para financiarse porque, en caso de que algún banco estuviese dispuesto a prestarle, tendría que dotar el 100%. Además, cualquier tipo de financiación alternativa elevaría el tipo de interés del crédito al doble dígito.

Los directivos de la compañía descartan vender activos para repagar la deuda existente porque supondría una liquidación encubierta. En cambio, prefieren usarlos como músculo financiero. "Nyesa ha estado luchando por no ir a liquidación. Estamos muy cerca de hacerlo, técnicamente y jurídicamente no está conseguido todavía", concluye Liberto Campillo.

Cifras de Nyesa

Actualmente, Nyesa tiene un valor bursátil de alrededor de seis millones de euros, cotizando a solo 0,006 euros por acción. Durante 2022, últimas cuentas disponibles, la compañía cerró el ejercicio con unos ingresos de 3,9 millones de euros, casi cuatro veces más que en 2021. Sin embargo, la venta de activos inmobiliarios y financieros por debajo de su valor en libros, juntos con los gastos financieros que acarrearon, le llevaron a dar pérdidas por valor de más de 2,8 millones de euros. En sus cuentas enviadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, valora sus inmuebles en 18,9 millones de euros y suma unos pasivos de 44 millones, aunque solo 16 forman parte de la deuda concursal.