Círculos concéntricos

La prima de riesgo y el Ibex no se alarman (aún)

España inicia otro periodo de incertidumbre política a la espera de un nuevo Gobierno o la repetición de las elecciones. Los mercados no se alteran.

Archivo - Fachada del Palacio de la Bolsa de Madrid.

Archivo - Fachada del Palacio de la Bolsa de Madrid.

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A lo largo de este año la prima de riesgo española, que define la estabilidad económica y financiera del país respecto al bono del Tesoro a 10 años de Alemania, se ha movido entre mínimos de 90 puntos a mediados de junio y máximos de 110 puntos a principios de mayo. Esta semana, tras las elecciones, se ha estabilizado alrededor de 105 puntos. Hace trece años, España estaba al borde de la quiebra con una prima de riesgo de 650 puntos. En dos días, el Ibex 35 ha caído un 0,6%. Se recuperó tras haber iniciado el lunes con caídas superiores al 1,5%. ¿Significan estos barómetros que los mercados están ya curados ante el devenir de la política nacional?

"El riesgo no es a corto plazo, sino que los mercados pueden empezar a visualizar el estado de las finanzas españolas a partir de 2024», dice Pablo Gil, estratega jefe de XTB. Con una deuda pública de 1,54 billones de euros y un déficit fiscal del 4,8%que debe rebajarse al 3%, el nuevo Gobierno español tendrá que emprender ajustes presupuestarios de 15.600 millones según el economista Javier Santacruz. Esto puede hacerse ajustando gastos pero subiendo aún más los impuestos. "Si se reedita el Gobierno actual, las compañías cotizadas y los ciudadanos sufrirán más presión fiscal", augura Gil.

Es demasiado pronto para especular qué ocurrirá en los próximos meses. Apela Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, la patronal catalana: "Debe imponerse la responsabilidad política que permita pactos mediante el diálogo y el consenso, con el respeto a las instituciones, que haya seguridad jurídica y que se estimulen inversiones y cree empleo de acuerdo con la agenda europea".

"Estábamos preparados para pedir a Vox responsabilidad y apoyo sin contrapartidas a un Gobierno del PP y ahora no sabemos como acabará esto", dice un responsable empresarial catalán, conocedor del mundo independentista, y que solo se atreve a augurar que Junts (y ERC) estarían satisfechos con una amnistía generalizada a los dos centenares de encausados por el procés. Desde Madrid, la posibilidad de que Sánchez pacte con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi, ha vuelto a poner de moda hablar de Gobierno de Concentración.

"Desgraciadamente, un pacto PP-PSOE, que sería lo mejor para España, está descartado", dice el economista Gonzalo Bernardos. "La primera opción -un pacto del PSOE con Sumar y el apoyo, entre otros, de Junts- no asegura la continuidad del Gobierno a medio plazo al estar en manos de Puigdemont ¿Nuevas elecciones? Es la segunda opción más probable. Tendríamos un gobierno en funciones seis meses que haría más electoralismo que gestión", señala.

Para Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, "una gran coalición PP-PSOE al estilo de Alemania daría un periodo de estabildad y permitiría llevar a cabo las grandes reformas que necesita el país en pensiones, educación, creación de empleo, industrialización, energía, política agraria y gestión del agua". El nivel de especulación donde los deseos chocan con la realidad ha llegado a unos niveles donde vuelve a plantearse, como ocurrió en el pasado, que sea un tercero, apoyado por ambos partidos, quien asuma la presidencia del Gobierno.

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Desde el exterior, un informe del banco de inversión Goldman Sachs muestra menos preocupación de la que se observa desde Castellana. El paraguas de la Unión Europea es una garantía ante cualquier veleidad económica que pretenda el nuevo Gobierno. "Las perspectivas de crecimiento para España siguen siendo robustas debido a la limitada exposición a la industria manufacturera y a la generación continuada de demanda del sector servicios", apunta el banco estadounidense. Con una tasa de inflación por debajo del 1,9%, la mejor de la eurozona -la media es del 5,5%-, y las expectativas de que se bata este año un nuevo récord de visitantes extranjeros, España no genera las dudas de hace una década.

¿Y las grandes empresas? Más de la mitad de las compañías del Ibex 35 dependen de las ventas en los mercados exteriores. Su dependencia de España en muchos casos -desde Inditex, Santander e Iberdrola hasta Fluidra y Grifols- representan menos del 25%. En el horizonte, un temor en caso de que haya un Gobierno menos cercano al mundo empresarial. El recuerdo de Ferrovial -15% de su facturación es en España- y su decisión de cambiar la sede fiscal y cotizar en Amsterdam bajo la excusa de menores gastos de financiación, pende de la balanza. En menos de seis meses, España sabrá a que atenerse.