OPINIÓN

Las nuevas comisiones y cómo combatirlas

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Archivo - Escritura de compraventa de una hipoteca

Archivo - Escritura de compraventa de una hipoteca

En un entorno de tipos de interés positivos, que la gran banca no remunere el ahorro de sus clientes conlleva el cobro de una comisión implícita. Esta comisión equivale, cómo poco, al importe que el banco cobra por depositar ese ahorro en el BCE (un 4% a junio de 2023). El limitar ese pago de intereses a clientes VIP, nuevos clientes o a aquellos que cumplan una compleja lista de condiciones simplemente indica que esa comisión, además de implícita, tiene vocación de ser oculta.

Los bancos, cómo cualquier otra empresa, tienen un derecho legítimo a cobrar por sus servicios y diseñar su estrategia comercial. Queda en manos del consumidor detectar y beneficiarse de las mejores ofertas que ofrezca el mercado.

Pero la pregunta sigue ahí: ¿por qué los grandes bancos nacionales no ofrecen remuneraciones atractivas por los ahorros de sus clientes? ¿Por qué el coste de las hipotecas ha subido tan rápido y no así el interés por los depósitos, que sigue por debajo de la media europea? Las entidades españolas remuneraron de media un 1,33% a sus clientes por los nuevos depósitos a plazo de un año, muy por debajo de la media del 2,27% de la zona euro, según los datos publicados por el Banco Central Europeo (BCE).

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El Banco de España defiende que esto es en parte debido a la buena situación de liquidez de la banca española, así como a la concentración bancaria que existe en España desde el proceso de fusiones y adquisiciones iniciado con la crisis del 2008. En la misma línea, Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, ha encargado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que identifique si hay posibles factores que están impidiendo a la gran banca remunerar los depósitos a los ahorradores españoles.

Aunque no les falta razón, en una interpretación quizás demasiado técnica del sector bancario, se están olvidando de la otra mitad de un mercado eficiente: el consumidor. Un cliente informado es capaz de cambiar radicalmente un mercado de manera rápida y duradera, como ya ha ocurrido en sectores como las telecomunicaciones, donde WhatsApp y una gran competencia en las tarifas planas de datos se impusieron a los 25 céntimos por SMS. Para intentar acelerar este proceso en el sector bancario, existen cuatro puntos clave para aquellos consumidores informados que quieran combatir esta nueva comisión implícita de la banca:

  1. La subida de tipos de interés ha cambiado el mundo. Tras más de una década con tipos de interés negativos o cercanos a cero, el cliente bancario se ha acostumbrado a que no se remuneren sus depósitos y a ver a la banca como una commodity, un servicio que usa a diario sin pensarlo demasiado. Esto ha cambiado. Hoy somos testigos de un goteo constante de nuevas y cada vez mejores ofertas de remuneración. Si el cliente no se informa activamente, está desaprovechando oportunidades.

  2. El tipo de interés no lo es todo. Una oferta con un tipo de interés alto puede resultar sexy, pero si este aplica sólo de manera temporal, como en promociones para nuevos clientes durante el primer año, es poco útil a largo plazo. Lo mismo ocurre cuando sólo se remuneran cantidades pequeñas o se exigen condiciones como domiciliar múltiples recibos, nómina o contratar servicios adicionales. La simplicidad es la mejor aliada del cliente frente a los intentos de falta de transparencia.

  3. No atarse a largo plazo. Un modelo clásico de depósito remunerado son los depósitos a plazo fijo. Estos implican un compromiso de no poder acceder a ese dinero durante un plazo determinado. Las ofertas están mejorando día a día y aunque el cliente hubiese contratado la mejor oferta del mercado hace seis meses, hoy existiría una mejor que se está ‘perdiendo’ por haberse comprometido a no tocar ese dinero. El consumidor, por lo tanto, debe buscar siempre la flexibilidad y decantarse por aquellos productos que le permitan optar por alternativas más favorables sin complicaciones.

  4. Pagar sólo por lo que se necesite.. Es fundamental que el cliente se haga la siguiente pregunta: “¿Qué quiero/necesito de mi banco?” Si ir a la sucursal de su banco de toda la vida para hacer una gestión que podría llevar a cabo desde su móvil le parece peor que ir al dentista, no tiene por qué pagar comisiones por este servicio. Los nuevos bancos digitales tienen una base de costes muy inferior a la de los bancos tradicionales y, por lo tanto, ofrecen algunas de las mejores propuestas del mercado, también en la remuneración del ahorro.