Círculos concéntricos

Cambio de guardia en Endesa

Los cambios en Enel, principal accionista de la eléctrica española, tendrán sus consecuencias.

Archivo - Logo de Endesa

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El futuro de Endesa, su estrategia y su equipo directivo, están en la encrucijada. ¿La causa? Está participada en un 70,14% por la empresa italiana Enel. La llegada al poder de Giorgia Meloni en Italia ha generado esperados cambios en las cúpulas de las empresas participadas por el Estado de ese país. Enel, la eléctrica italiana, donde el ministerio de Economía italiano controla el 23,6%, está inmerso en un cambio en su cúpula y en su consejo de Administración. El primero en caer ha sido su CEO, Francesco Starace, también vicepresidente de Endesa.

En la junta de accionistas de Endesa del próximo 28 de abril no está previsto ningún cambio más de relevancia en su consejo. Desde la compañía niegan la mayor. Entre ellas, especulaciones de que Enel ya ha encargado a un cazatalentos italiano la búsqueda del sustituto de José Damián Bogas (Madrid, 1955) como consejero delegado de la eléctrica, que está preparando su discurso ante la junta. Sin poder ejecutivo ninguno, también se desconoce el futuro del presidente de Endesa, Juan Sánchez-Calero

Al final, cualquier decisión que afecte a España, se decidirá en Roma. Como hombres fuertes de la nueva Enel estará un histórico empresario, Paolo Scaroni , actual presidente del club de fútbol Milán, que ya fue CEO de Enel a comienzos de década y ex primer ejecutivo de la petrolera Eni. El CEO será Flavio Cattaneo, ex responsable de la distribuidora eléctrica italiana Terna, de Telecom y director de la RAI. «No sería el fin del mundo», señaló Bogas en la reciente presentación de resultados al ser preguntado por el relevo de Starace, su valedor y quien lo impulsó hasta su cargo actual.

La historia de Endesa en manos de Enel ha sido la crónica de un ajustado y discreto desmantelamiento. Bajo la presidencia de Borja Prado, el hombre fuerte puesto por los italianos en España en 2010, Endesa fue desprendiéndose, pasando directamente a Enel, del negocio latinoamericano que habían impulsado su expresidente Rodolfo Martín Villa y el anterior consejero delegado Rafael Miranda desde su privatización total por parte del Gobierno de José María Aznar a finales de siglo pasado.

Endesa ha estado en el centro de la historia empresarial español desde su creación como unión de diversas eléctricas regionales. En 2000, los requerimientos gubernamentales impidieron su fusión con Iberdrola, y de septiembre de 2005 a abril de 2007 fue objeto de una de las luchas corporativas más intensas de la historia de España. La OPA hostil lanzada por Gas Natural -hoy Naturgy- a un precio de 21,3 euros por acción, no prosperó. En aquel entonces, el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, se lanzó a una defensa numantina de la compañía, Constitución en mano. Apoyado por altos cargos del PP, como la presidenta de la comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, consideraba que Gas era un instrumento del gobierno Zapatero y de la Generalitat para reforzar el poder del grupo Caixa, principal accionista de la gasística. Irrumpen en la lucha por el control de Endesa tanto la alemana E.On, que ofreció 27,5 euros por acción, la española Acciona y la italiana Enel, que acaba uniéndose a la empresa controlada por la familia Entrecanales.

El 11 de abril de 2007, Acciona y Enel compran el 92% de Endesa por 41,35 euros. Valoran la eléctrica española en 43.726 millones. Aquel mes, Iberdrola valía 45.000 millones. Hoy, Endesa vale en bolsa 20.700 millones, Iberdrola 74.200 y Naturgy 27.100. Enel acabó comprando la participación de Acciona quedándose con el 92%, porcentaje que reduciría al 70,14% en 2014. La italiana vale en Bolsa 60.000 millones.

En 2022 Endesa aportó un 23% (32.896 millones) de las ventas de Enel (140.000 millones) y un 26% (5.565 millones) de su resultado operativo (19.900 millones). Latinoamérica representa en Enel un 15% de su facturación y un 33% de sus resultados. Ha anunciado desinversiones en América de 12.000 millones para reducir su deuda, 60.000 millones. En 2022, Endesa repartió 1.532 millones en dividendos.

Esta semana, el fondo británico Covalis, controla cerca del 3% de la italiana, ha pedido una revolución en su gobernanza. Ha propuesto nuevos consejeros entre los que están la española Paulina Beato, veterana representante empresarial en los gobiernos de Felipe González, y el economista Daniel Lacalle, cercano al PP. Actualmente, en el consejo de Enel se sienta una de las economistas italianas más reconocidas, cercana a los postulados socialdemócratas: Mariana Mazzucato.

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Endesa, 9.200 empleados y 10,5 millones de clientes en la Península Ibérica, sigue siendo marca líder en distribución eléctrica en España. En su consejo, formado por doce personas, hay cinco representantes de Enel. La eléctrica está en plena transformación al reducir la dependencia en generación tradicional, entre las que se cuenta la energía nuclear, y apostar a través de Enel Green Power, donde tiene el 60%, en renovables. Otro de sus desafíos es la inversión en movilidad eléctrica. En febrero, como símbolo, voló con 265 kilos de explosivos la chimenea de Andorra (Teruel).

El futuro de Enel en Endesa también pasa por la política. Las relaciones empresariales entre los dos países se han estrechado en los últimos años y hay piezas en juego. En Abertis, la gestora de servicios de infraestructuras, se reparten el capital Atlantia (familia Benetton) con una acción más, y ACS, controlada por Florentino Pérez; y en Cellnex, los Benetton tienen el 8,2%. Pedro Sánchez y Giorgia Meloni ya se han reunido.