SOSTENIBILIDAD

La apuesta por las energías renovables de España se topa con la escasez de agua

Los especialistas advierten de que el país padece una falta estructural de este recurso natural que se verá agravada por los efectos del cambio climático, pese a lo cual España aspira a convertirse en una referencia internacional en la industria renovable en las próximas décadas

Un terreno afectado por la sequía.

Un terreno afectado por la sequía.

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La fiebre del hidrógeno verde y las energías renovables ha llegado a España con fuerza y mucho dinero detrás. El Gobierno aprobó el pasado mes de diciembre un PERTE de Energías Renovables e Hidrógeno Renovable que movilizará hasta 16.300 millones de euros en los próximos años para impulsar esta industria. El objetivo de estos planes, financiados con fondos europeos, es ser una palanca para la reindustrialización de la economía española. Algunos ejemplos de este despliegue son la inversión de 2.000 millones de BP para producir hidrógeno verde en su refinería de Castellón, el Valle andaluz del hidrógeno verde de Cepsa con una inversión de 3.000 millones o el Valle del hidrógeno verde de Cataluña, donde hay inversiones por valor de 1.200 millones. Otra de las grandes apuestas de futuro es el coche eléctrico. Sagunto, en la Comunidad Valenciana, ha conseguido hacerse con una inversión de 4.500 millones para levantar una gigafactoría de baterías. Pero todos estos planes pueden verse limitados por la escasez de agua, un sempiterno problema de los territorios al sur de Europa que se acentúa con el cambio climático, según aseguran los especialistas.

Para generar un kilogramo de hidrógeno verde, dependiendo de la instalación y la calidad del agua, pueden ser necesarios desde 16 litros a más de 100. El productor de hidrógeno verde Lhyfe España estima que con 3.000 litros de agua se podría producir hidrógeno verde para que 750 coches recorrieran 40 kilómetros. "Generar hidrógeno verde a través de electrólisis implica un importante gasto de agua, las empresas lo tienen que tener muy presente a la hora de realizar esta actividad en España", señala Charles Kirby, socio de Sostenibilidad de EY España, que apuesta por racionalizar el uso del agua y mejorar las infraestructuras para hacer frente a la escasez de agua estructural que sufre España. "Tenemos siete de las diez cuencas con más estrés hídrico que hay en Europa", indica Gonzalo Delacámara, investigador y director del Centro para el Agua y la Adaptación Climática de IE University.

Algunos proyectos industriales ya han chocado con este problema. La única alegación en contra de la planta de hidrógeno verde que se está construyendo en los antiguos terrenos de Cemex en Mallorca es el elevado consumo de agua de la misma. El colectivo Reviure Tofla denuncia que la instalación consumirá anualmente 15.000.000 millones de litros de agua, la misma cantidad que se utiliza para abastecer mensualmente a la Lloseta, un municipio de unos 5.000 habitantes. Según el Portal del Agua de las Islas Baleares, el casco urbano de Lloseta consumió en 2019 una media de 18.000.000 millones litros de agua cada mes.

Riesgo de falta de agua en 2040. Fuente: World Resources Institute

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Otro ejemplo es la gigafacoría del fabricante de coches eléctricos Tesla en Grüenheide (Alemania). La compañía norteamericana había solicitado el suministro de 3,6 millones de metros cúbicos de agua para su producción anual, es decir, el equivalente a unas 1.400 piscinas olímpicas. Además, la instalación acapararía el 30% del agua potable disponible para los 40.000 habitantes de la región. Las autoridades le han ofrecido 1,4 millones de metros cúbicos. Para la fabricación del coche eléctrico se necesita, al menos, el triple de agua que uno convencional. La fábrica de Seat de Martorell produjo 480.000 coches en 2018, la mayoría de combustión, y para ello se emplearon 1,2 millones de metros cúbicos de agua. Un problema similar se ha encontrado Tesla para la instalación de una fábrica en Nuevo León (México), una zona que sufre escasez de agua.

Peligro de desertificación

En el caso de España, hasta el 75% del territorio está en peligro de desertificación. El Centro de Estudios Hidrográficos estima que los recursos hídricos de las cuencas españolas se reducirán entre un 3% y un 7% hasta 2040 y la Agencia Estatal de Meteorología ha señalado en un reciente estudio que hay una progresiva expansión de los climas áridos en España en las últimas tres décadas a consecuencia del cambio climático. En Cataluña, donde los embalses están al 27% de su capacidad, si no llueve en las próximas semanas, las restricciones para consumo humano de agua podrían llegar a Barcelona. Las zonas con mayor estrés hídrico actualmente son Andalucía, Murcia, parte de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, junto con las islas Baleares y Canarias. "Si hoy ya hay un problema de estrés hídrico, dentro de 20 años va a ser mayor, seguro. Cuando haces inversiones a largo plazo, las empresas tienen que tener esto en cuenta", asegura Charles Kirby, de EY España.

Riesgos actuales de falta de agua. Fuente: World Resources Institute

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"La disponibilidad de recursos hídricos en España es muy variada, en comparación con los países del entorno. La industria es consciente de ello y de que la disponibilidad de agua es un factor condicionante de su actividad prácticamente en cualquier zona de España", explica Francisco Sánchez-Miel, jefe del departamento de desarrollo del negocio en Aqualia Indutrial, empresa de gestión de agua participada por FCC y el fondo IFM con proyectos en 17 países.

Creciente interés

Pese a esta circunstancia, el interés de las comunidades autónomas por el hidrógeno verde es creciente. Cuatro de las 17 comunidades autónomas han presentado planes en marzo para poner en marcha ambiciosos proyectos de generación de hidrógeno verde y muchas otras están trabajando en ellos, según el informe La ambición española por el hidrógeno publicado a inicios de abril por el Real Instituto El Cano. Este mismo estudio también destaca uno de los grandes riesgos que conlleva la apuesta por el hidrógeno. "La disponibilidad escasa de este recurso puede ser un factor limitante para la producción. La irregularidad de las lluvias unida al clima mediterráneo significa que el consumo de agua para proyectos de hidrógeno puede entrar en competencia con el consumo agrícola en algunas regiones de España en época de sequía", señala el informe. Cabe destacar que un 70% de los recursos hídricos del país se destinan a las actividades agrícolas. El estudio también apunta a diferencias regionales a la hora de acoger los proyectos de hidrógeno verde. "La ausencia de plantas de tratamiento residuales en el interior del país puede convertirse en una verdadera barrera para los nuevos proyectos electrolíticos renovables", recoge el mismo estudio.

"No creo que una empresa que ya está instalada en España se marche, por ahora. Pero para algunas industrias intensivas en agua, esta circunstancia puede condicionar el lugar en el que se ubiquen. Las compañías tienen que asegurarse de que van a tener este recurso disponible", explica Charles Kirby. Por su parte, Gonzalo Delacámara señala que es necesario tener en cuenta la falta estructural de agua en la apuesta de España por las energías renovables. Desde el Ministerio de Transición Ecológica reconocen que es un problema, aunque no han ofrecido información adicional sobre las medidas en las que están trabajando para hacer frente a esta situación.

“El reúso del agua permite salvar cualquier limitación relativa a los recursos hídricos para proyectos energéticos renovables. Las gigafactorías y otras grandes industrias son cada día más conscientes de esto y aplican tecnología desde hace años”, señala Francisco Sánchez-Miel de Aqualia Indutrial.

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Un ejemplo de esto es el acuerdo al que ha llegado Cepsa con la empresa pública Arcgisa en el Campo de Gibraltar para utilizar aguas residuales para producir hidrógeno verde. "De esta manera reducimos el uso de agua dulce y fomentamos la economía circular", destacan desde la compañía.

Aunque España es uno de los países más afectados por la falta de agua, otros países europeos también están experimentando períodos más intensos de sequía cada año. Un estudio de Water Risk Filter prevé que en la Europa de 2050 el 15% de la población europea esté en un alto riesgo de escasez hídrica. Entre enero y febrero, Francia tuvo 32 días consecutivos sin precipitaciones, algo inaudito en tres décadas, según el servicio meteorológico francés. El verano pasado el país ya experimentó problemas para refrigerar sus reactores nucleares, para lo que dedica hasta el 12% de todos sus recursos hídricos. Italia ha perdido un 20% de sus recursos hídricos entre 1991 y el 2000, según datos para el Instituto Superior para la Protección y la Investigación Medioambiental. Y el verano pasado toda Europa central se vio sumida en una profunda sequía que limitó los cauces del Rin y el Danubio, afectando incluso al transporte de mercancías.