La inteligencia artificial, en el centro del foco de la inversión en 'start-ups'

Detectar el cáncer de mama y pulmón a través de la tecnología de aprendizaje automático, identificar las propiedades de inversión adecuadas o recibir publicidad en base a lo que estamos viendo en Internet son algunas de las soluciones tecnológicas generadas en España en los últimos años. Sus creadores son, respectivamente, KeyZell, PropHero y Seedtag, tres start-ups que llevan por bandera el uso de la inteligencia artificial para revolucionar cualquier sector. El mundo emprendedor también espera la vuelta de las inversiones 'a lo grande' con rondas de financiación de entre uno y diez millones de euros, hasta ahora bloqueadas por el incremento del coste de capital. Respecto al volumen de inversión total mejorará, aunque no alcanzará la cifra conseguida en 2022 de 3.300 millones.

Sin duda, la inteligencia artificial será el área con un mayor crecimiento en el 2023. "Hay muchísimo interés por la inteligencia artificial por los grandes anuncios que se están haciendo", manifiesta el Investment Associate del fondo de inversión Samaipata, Íñigo Laucirica. El ejemplo más reciente es la puesta en marcha del sistema ChatGPT que genera lenguaje escrito. "Habrá toda una industria de start-ups para automatizar chats y documentos que antes no existía", señala el CEO de la start-up que ofrece soluciones de financiación a emprendedores Capchase, Miguel Fernández. En el sector laboral, es posible facilitar las conversaciones de los empleados en reuniones virtuales mediante Raddle, y en el de la biotecnología las radiografías dentales son instantáneas gracias a Allisone.

En las apuestas para 2023 también aparece el sector fintech, que revoluciona las finanzas desde 2021: el 25% de las rondas de financiación europeas se destinan a estos proyectos, según Gonzalo García, el Business Analyst de la aceleradora de Juan Roig, Lanzadera. Para quienes empiecen a invertir en Bolsa, StockFinck les ayuda a tomar las mejores decisiones con predicciones diarias. Y hay espacio para las start-ups en el mundo inmobiliario. Laucirica asegura que hay mucho valor "por extraer y les irá muy bien en los próximos meses por el panorama económico" porque "quitan intermediación en el mercado y aportan digitalización en el sector". Las llamadas proptech también se han lanzado a por las hipotecas. Es el caso de Colibid, una plataforma donde bancos y brókers pujan por las hipotecas.

Si hablamos de volumen de inversión, no se espera un boom como el vivido en el 2021, pero sí una recuperación paulatina de las rondas de financiación grandes. "En 2022 las rondas más paradas han sido las grandes", explica Laucirica, "pero en 2023 volverán". Se refiere a aquellas inversiones de entre 1 y 10 millones de euros o incluso superiores, aunque "será complicado que el próximo año supere al 2022", sostiene García.

Expectativas lejanas

Los fondos tienen bastante dinero que no han desplegado en empresas y la razón es porque "aún hay incertidumbre en el mercado y tienen expectativas demasiado lejanas", señala Fernández. Como consecuencia también del incremento del coste de capital, las valoraciones y las rondas tenderán a bajar. "El reto es que los emprendedores sean más eficientes para adaptarse a lo que piden los fondos", apunta García.

Las expectativas para los próximos dos años son positivas en cuanto a creación de compañías porque, según el cofundador del vehículo de inversión First Drop, Manuel Nieto, "hay muchos recortes en empresas tecnológicas". "Hay mucho talento que sale de estas empresas que no se plantea trabajar para otras compañías y prefiere crear la suya propia", expone.

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El 2021 fue el año cumbre para las start-ups, con un volumen de inversión de 4.300 millones de euros, y el 2022 ha sido un período de transición. Fruto de esta transformación, en la que convergen las sucesivas subidas de tipos, la inflación y los conflictos internacionales, los fondos prefirieron aguantar su capital en la última mitad del 2022. "Empezamos el 2023 con muchas incertidumbres que van a lastrar todavía la actividad", apunta Laucirica, "pero a lo largo del año se despejarán y darán más certidumbres a las que busquen financiación".

En los últimos años, la concienciación de los retos medioambientales y sociales han moldeado los hábitos de la juventud, y con ellos se han adaptado los nuevos proyectos impulsados por emprendedores. "Cada vez hay más ayudas públicas desde Europa en todo lo relativo a reducir la huella de carbono y se crean muchos proyectos para temas de movilidad y nuevas energías", apunta Nieto. Las nuevas tendencias empezaron a pisar fuerte en 2022 y se repetirán en el 2023. Según el informe publicado por la aceleradora Aticcolab, los sectores más desarrollados fueron salud y bienestar, deporte y turismo. La inversión en impacto está en auge "porque las nuevas generaciones se alimentan de forma distinta, con proteínas alternativas, consumen de otra manera y utilizan otra movilidad", explica Nieto. "Hay mucho movimiento en el mundo energético sobre todo en las renovables", señala García. Algunos ejemplos son Onyx Solar, una empresa que fabrica vidrio fotovoltaico para edificios desde Ávila, o Sheedo, una iniciativa que fabrica papel a partir de los residuos del textil.