ANÁLISIS

El Ibex, ¿paganini de Convergència?

Duele leer indicios de que grandes empresas realizaron ingresos a partidos políticos a cambio de adjudicaciones

1
Se lee en minutos
David Madí y Artur Mas, en una rueda de prensa en la sede de CDC.

David Madí y Artur Mas, en una rueda de prensa en la sede de CDC.

Demonizar al capitalismo nunca es una buena idea, por mucho que lo crea una parte de la izquierda en España. Toda sociedad avanzada necesita a las empresas para crear riqueza y empleo, para hacer posible la igualdad de oportunidades a través del crecimiento económico y la fiscalidad justa y para permitir el progreso de las personas sin dañar al planeta. También para, en las crisis, apretarse el cinturón y apoyar a los más vulnerables soportando, si es preciso, una carga fiscal más exigente de modo temporal.

Pero tan erróneo es atacar a las empresas como que estas falten a estos principios generales, que deberían ser de obligado cumplimiento, y adopten malas prácticas que no hacen sino dar la razón a los que las cuestionan.

Imposible no hacer estas reflexiones días después de que EL PERIÓDICO haya revelado que la Audiencia Nacional investiga pagos de empresas del Ibex, como Telefónica, Gas Natural o Repsol, a la Convergència de Artur Mas en los albores del ‘procès’. Entre 2009 y 2011 realizaron ingresos millonarios a una productora de David Madí, el que fuera mano derecha de Artur Mas en la campaña electoral del 2010, por unos servicios que no hay pruebas de que se prestaran. Así lo reflejan tres informes conjuntos de los Mossos y de la Guardia Civil. Las policías tienen indicios de que los pagos realizados por Telefónica (2,9 millones de euros) podrían haber contribuido a que la empresa que entonces presidía César Alierta ganara concursos de telecomunicaciones de la Generalitat por 640 millones de euros.

Noticias relacionadas

Como muy bien decía Albert Sáez hace dos días, estamos ante una investigación bajo tutela judicial y son los tribunales quienes tendrán que dictaminar si esas relaciones entre todas las partes, entre grandes empresas y partidos políticos, son lícitas o ilícitas.

Pero ello no es óbice para que a una le duela leer los hechos sintomáticos y los indicios que la policía tiene de que grandes empresas pudieron realizar pagos a cambio de contratos o adjudicaciones de concursos. Cuesta acostumbrarse a la sensación de impunidad con la que parece que actuaban todos. Que empresas del Ibex puedan ser el paganini de la Convergència de Artur Mas, si así lo confirman los jueces, es insultante y carga de razón a quienes demonizan al capitalismo.