ECONOMÍA

El Nobel de Economía aleja el temor a una pérdida masiva de empleo por la automatización de tareas

Christophe Pissarides asegura que los servicios sociales, la sanidad, el turismo o el medio ambiente serán algunos de los grandes focos de ocupación del futuro durante su intervención en el Foro + Europa

Las oficinas de Red Points, una de las empresas que opta a convertirse en ’unicornio’, en una imagen de archivo.

Las oficinas de Red Points, una de las empresas que opta a convertirse en ’unicornio’, en una imagen de archivo.

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David Navarro

El Premio Nobel de Economía de 2010 Christopher Pissarides ha rechazado este lunes los augurios más pesimistas y ha asegurado que "no es real" que la automatización vaya a destruir la mayor parte de los empleos actuales, como se deduce de algunos estudios, sino que, a su juicio, en la mayoría de los casos se producirá una adaptación de tareas. Además, el avance de sectores como los relacionados con la asistencia social a una población cada vez más envejecida, la sanidad, la educación, el medio ambiente o el turismo generarán nuevos puestos de trabajo capaces de compensar los que se pierdan. 

Así lo ha asegurado el economista chipriota durante su participación en el Foro + Europa, que este lunes han organizado INFORMACIÓN, diario que pertenece a este mismo grupo, Prensa Ibérica, y Casa Mediterráneo, con el patrocinio de la Cámara de Comercio de Alicante, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), la Universidad Miguel Hernández, la Fundación Premios Rei Jaume I y la Generalitat Valenciana.

Un acto que ha contado con la introducción de la catedrática de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alicante y Premio Jaume I, Carmen Herrero, y del director de Casa Mediterráneo, Andrés Perelló, mientras que el director del Club INFORMACIÓN, Toni Cabot, ha ejercido de moderador.

Considerado como uno de los máximos expertos mundiales en materia de desempleo y en las fricciones que se producen en el mercado laboral para casar oferta y demanda -un trabajo que le valió el Premio Nobel en 2010 junto a los investigadores Peter Diamond (del Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT) y Dale Mortensen (de la Universidad Northwestern)-, Pissarides ha dedicado buena parte de los últimos años a analizar los efectos de la robotización y la automatización en el mercado de trabajo. Así, ha asegurado situarse a medio camino entre aquellos que creen que las nuevas tecnologías solucionarán todos los problemas y los que vaticinas que la automatización acabará destruyendo la mayor parte del empleo.

A este respecto, el economista ha recordado el estudio de los profesores de Oxford Carl Frey y Michael Osborne, que hace unos años alertó al mundo al asegurar que la robotización y la Inteligencia Artificial podrían sustituir gran parte de las tareas que ejecutan actualmente los humanos, lo que, a su juicio, ha dado pie a temores infundados. "Mucha gente dice ‘madre mía un 70% de las tareas que podemos hacer las van a hacer los robots’ ¿Eso quiere decir que vamos a perder el 70% de los trabajos que tenemos hasta ahora? No, eso no es real, porque no es que lo vayan a sustituir por completo, sino más bien que se van a adaptar", ha asegurado el también profesor de la London School of Economics. Además, se ha mostrado convencido de que se generarán nuevos puestos de trabajo en otros sectores, que permitirán compensar los que destruyan las nuevas tecnologías.

Así ha recordado que en los años 30 se pensaba que sería muy difícil seguir creciendo, una vez que se hubiera satisfecho toda la demanda de determinados bienes industriales, como electrodomésticos. Sin embargo, la economía ha seguido creciendo, en gran parte gracias a nuevos servicios en los que entonces ni se pensaba, como el turismo de masas.

Y eso mismo es lo que el economista prevé que sucederá ahora. "Lo que tenemos que hacer es crear nuevos empleos y preguntarnos cómo podemos hacer para asegurarnos de que van a ser buenos empleos", ha apuntado Pissarides.

Así, ha destacado la importancia que cobrarán los servicios de asistencia social o el servicio doméstico, con una población cada vez más envejecida, además de ámbitos como la sanidad o la educación. También ha hecho hincapié en las oportunidades que surgen alrededor del mercado del lujo, "con un 8% de la población que gasta mucho dinero".

Igualmente, Pissarides ha señalado la protección del medio ambiente y la gestión de residuos como otro de los focos de empleo del futuro, especialmente en los países del sur de Europa, que van bastante más retrasados en este terreno con respecto a los del norte. Así, ha asegurado que, según la OCDE y otras instituciones, la sustitución de empleos contaminantes por empleo verde eleva el volumen total de ocupados en una determinada economía

Sobre el turismo, el Premio Nobel de Economía ha señalado que va a seguir en aumento en los próximos años, ligado a la reducción de los tiempos de trabajo y al citado envejecimiento de la población. Un crecimiento que no será bueno desde el punto de vista medioambiental, según ha reconocido, aunque considera que la innovación y las nuevas tecnologías también pueden ayudar a buscar un desarrollo más sostenible de este sector.

Falta mano de obra

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Con todo lo anterior, Christopher Pissarides se ha mostrado segudo de que habrá empleos de sobra en un futuro y, de hecho, ha recordado que en algunos de estos sectores -como el de la asistencia personal o también en algunos oficios más mecánicos, como los servicios de reparación- ya cuesta encontrar suficiente personal en muchas partes del mundo. "Si necesitan reparar algo en Londres, les deseo suerte", ha bromeado el economista.

Eso sí, también ha admitido que durante el periodo de transición hasta que el cambio hacia la automatización se asiente habrá que realizar un esfuerzo para ayudar a aquellos trabajadores que pierdan sus empleos por esta causa. Sobre todo en el caso de aquellos trabajadores menos cualificados. Así, ha señalado la experiencia de países como Dinamarca en el reciclaje de trabajadores hacia nuevos sectores. Unas políticas que, eso sí, tienen un importante coste económico para las arcas públicas, por lo que ha apuntado la posibilidad de gravar temporalmente a las rentas más altas o las compañías tecnológicas para sufragar este gasto, y evitar un aumento de la desigualdad durante este periodo de transición.

"Antes o después llegaremos a la jornada de 32 horas semanales"


El Nobel de Economía Christopher Pissarides se ha mostrado convencido de que «antes o después» acabará por llegar la jornada laboral de 32 horas semanales, algo que considera positivo ya que dejará más tiempo libre para el ocio y para viajar, lo que generará nuevas demandas. "Hace 40 años trabajábamos más de 40 horas semanales, ahora son entre 36 y 37 horas, y va a ir bajando", ha asegurado el experto, al ser preguntado por la cuestión en el Foro + Europa. Sin embargo, lo que ya no tiene tan claro el también profesor universitario es si esta jornada debería implantarse mediante una reducción de las horas trabajadas diariamente, o mediante la concentración de la jornada en cuatro días, como propugnan, por ejemplo, desde la Generalitat y como parece que apunta la tendencia más extendida.

Así, ha señalado los problemas que puede ocasionar esta última opción a los padres y se ha preguntado si también debería implantarse en los centros educativos, lo que a su vez podrían generar inconvenientes para el importante porcentaje de la población que trabaja el fin de semana.

Por otro lado, se ha mostrado absolutamente partidario de que se siga potenciando el teletrabajo, una vez superada la pandemia, ya que considera que facilitaría la conciliación de la vida familiar y personal -algo que beneficiaría especialmente a las mujeres, que siguen siendo las que más tareas ejecutan en el hogar-, pero también facilitaría el trabajo de aquellas personas de más edad. Y es que, según ha recordado, con el aumento de la esperanza de vida un porcentaje cada vez mayor de trabajadores prolongará su vida laboral más allá de los 65 años y hacerlo desde casa pondría las cosas más fáciles.

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