Nació con albinismo, una enfermedad que limita su visión a menos del 5% en un ojo y del 8% en el otro. Una condición que no le impidió intentar hacer siempre todo lo que hicieran los demás. Se marcó las metas más altas, estudiar Medicina y participar en unos Juegos Paralímpicos y aprendió pronto el secreto para alcanzarlas: trabajo y disciplina. Hoy es médico en el hospital de Santiago de Compostela y medalla de oro de paratriatlón en Tokio 2020. Es la última proeza de un palmarés que incluye tres campeonatos del mundo y uno de Europa.
Es difícil de explicar, no es nada parecido a lo que hayas podido imaginar. Es un momentazo. Tienes el corazón a cien con ese sentimiento de haber conseguido el mejor final posible para un reto que no es solo el proyecto de los últimos cinco años, sino el sueño de toda una vida. ¡Es una pasada!
“Los patrocinadores hacen posible que tengamos todo lo que necesitamos para el día a día del deporte de alto nivel, que no es nada sencillo”
Un poco de cada. Me agrada porque el hecho de que la revista más prestigiosa del mundo se fije en ti, es un honor. Pero también es una responsabilidad. Es bueno que en los tiempos que corren haya figuras visibles que hagan cosas diferentes a lo más común y que se muestre la cultura del trabajo y del esfuerzo para conseguir las cosas. Yo tuve la suerte de verlo y aprenderlo en mi casa, pero no todo el mundo tiene la suerte de tener un entorno así, así que aunque implique responsabilidad, siempre es bienvenida esta visibilidad.
Sí, siempre he tenido muy claro que tengo estas circunstancias, que cada uno tiene las suyas. Esto es una cualidad más y cierra puertas, está claro, a veces te fastidia más que otras. Pero también algunas abre, estoy segura. Yo siempre pensé que así es como soy, no tengo opción de cambiarme y si pudiera tampoco lo haría, siempre me he aceptado como soy.
Las más importantes son la disciplina y la constancia, no hay otro secreto. Yo he tenido esos valores desde muy pronto y esa es la clave porque puedes tener más medios, mejores cualidades físicas, pero no sirve de nada si no eres constante y trabajas con una disciplina muy grande. Eso es lo que hace que puedas tener algunas carencias importantes y aun así llegar alto. Yo no tengo una biología de las más espectaculares y a ratos me podría rendir y, sin embargo, a base de un trabajo de años, buscando siempre puntos en los que ir mejorando, he podido alcanzar los resultados que he logrado hasta el momento.
“Tengo un vínculo de cariño con Iberdrola porque tienen un programa de apoyo a la carrera académica de los deportistas paralímpicos. Este apoyo es muy importante”
Las dos son cosas que hago porque me apasionan. Durante los meses de la pandemia, como tanta otra gente, hice lo que había que hacer. Cada día iba a trabajar, tanto durante la pandemia como fuera de ella, con la vocación de hacer lo máximo por los pacientes y luego volvía a mi casa a entrenar. Como deportista sabes que para unos Juegos tienes que cumplir todos los días, porque es una carrera de fondo que no puedes descuidar. Además, en mi caso una parte ayudaba a equilibrar la otra. Tener dos objetivos grandes como es preparar unos juegos y mejorar la calidad de vida de las personas requiere una motivación que hace que puedas asumir una carga de trabajo tan grande.
Una parte importante se cultiva. Yo siempre he participado en las cosas que me han apetecido y he recibido apoyo. Nunca me han dicho ‘no, esto no lo intentes porque no va a ser posible para ti’. Aprendí que con trabajo podría hacer lo mismo que los demás. Pero también hay una parte que es intrínseca al propio carácter. Antes de plantearme muchas cosas empecé como todos los niños, jugando. Yo quería era jugar a todo como mi hermana, que es dos años mayor y no tiene discapacidad visual, ya era echada para adelante, así es mi carácter.
Es muy importante. El equipo paralímpico español depende del plan ADOP y sus patrocinadores. Entre ellos Iberdrola, que se unió a este plan en 2005, que fue de las primeras empresas que empezaron y que no han dejado en ningún momento de apoyar este plan. Los patrocinadores son los que hacen posible que podamos dedicarnos a esto de manera profesional y tener todo lo que necesitamos para el día a día del deporte de alto nivel, que no es nada sencillo. En el caso de Iberdrola, tengo además un vínculo de cariño con esta empresa porque tienen un programa de apoyo a la educación, a la carrera académica de los deportistas paralímpicos en universidad y formaciones superiores. Yo tuve esta beca en quinto y sexto de Medicina y durante el año que preparaba el MIR. Cuando estás estudiando una carrera y compitiendo a la vez, tener un impulso como este es una motivación muy grande. Que una empresa apoye que un deportista tenga una carrera dual tanto profesional como deportiva es muy importante.
Límites sí que hay, hay que buscarlos e intentar llegar hasta ellos, pero todos los tenemos. Los juegos de Tokio también fueron especiales por este motivo. Estar en Tokio con Celso Comesaña, mi guía, que es una de las personas que me ayuda a entrenar en Vigo en esa prueba nos hacía muchísima ilusión. Ojalá que en el futuro podemos mejorar nuestra marca y poder estar en una gran final otra vez.
El próximo es el mundial de triatlón de Abu Dabi, en dos semanas. Así que no hay margen para mirar atrás porque cada vez que empieza una carrera todas partimos de la misma línea de salida y lo que hayas hecho hasta entonces no importa. El pasado es para estar orgullosa y seguir viviendo momentos bonitos pero sin perder de vista el presente y el futuro. También tengo el proyecto de crear en Vigo, mi ciudad, un club de atletismo, algo que me hace muchísima ilusión. He tenido muchas oportunidades gracias al deporte y me gustaría que otras personas también puedan tenerlas.