Tres historias de éxito muestran que los ensayos contra el cáncer salvan vidas

Un reportaje de Patricia Martín (textos)
y Elisenda Pons (imágenes)

Tres historias de éxito muestran que los ensayos contra el cáncer salvan vidas

Un reportaje de Patricia Martín (textos)
y Elisenda Pons (imágenes)

Eleonora Rohner fue diagnosticada de cáncer de mama con metástasis en el hígado y, tras participar en un ensayo, está "libre de la enfermedad".

Silvia Regàs fue diagnosticada de cáncer de mama en 2022. No ha pasado por la quimioterapia y el tumor ha remitido.

Verónica Rius fue operada en 2022, recibió quimio, radioterapia y ahora participa en un estudio contra las recaídas y los efectos secundarios.

Las tres forman parte de alguno de los más de 2.200 ensayos clínicos contra el cáncer que hay en España, donde las terapias experimentales, sobre todo en los hospitales grandes, están integradas en la estrategia terapéutica.

Eleonora Rohner : "El tumor se redujo desde el minuto uno"

Eleonora Rohner (49 años, Barcelona) fue diagnosticada de un tumor HER2+, en el pecho derecho, con metástasis en el hígado, en 2021. En el centro IBCC (International Breast Cancer Center) -dirigido por Javier Cortés, que lidera el ensayo internacional de un fármaco que ha logrado frenar el cáncer de mama metastásico en el 76% de los casos- le ofrecieron participar en el estudio que analiza si esa misma terapia -denominada coloquialmente "caballo de Troya"- conviene darla como primera opción antes de operar. Eleonora no se lo pensó dos veces.

Su experiencia ha sido positiva. "El tumor se redujo desde el minuto uno", hasta el punto de que, tras recibir durante nueve meses los medicamentos experimentales, de forma intravenosa y cada tres semanas, le propusieron salirse del ensayo dado que ya no había rastro del tumor, ni en la mama ni en el hígado.

A continuación, le operaron para limpiar la zona, le dieron radio y ahora recibe anticuerpos, de manera preventiva, porque clínicamente está "libre de la enfermedad". "Estoy muy satisfecha", relata.

Silvia Regàs: "Pedí entrar porque no quería recibir quimioterapia"

Silvia Regás (51 años, Barcelona) también fue diagnosticada de un cáncer de mama HER2+, pero en su caso sin metástasis y en un estado inicial. Como la mayoría de la gente, dada la gran incidencia del cáncer, conoce de cerca la enfermedad y los duros efectos de la quimioterapia. Además, sabía de la existencia del ensayo PHERGain-2, que busca si tumores como el suyo se pueden curar sin quimioterapia, solo con anticuerpos, y solicitó entrar porque para ella "marcaba una diferencia" someterse o no a la quimio y sus indeseables efectos. Empezando por la caída del pelo y continuando por los vómitos o los intensos dolores.

Asimismo, "tenía muchas esperanzas de que fuera a funcionar" y, efectivamente, a la segunda inyección del tratamiento experimental, que se administra de manera subcutánea, el tumor "se redujo mucho" y en la operación "había desaparecido". "Yo me siento curada, solo hay que acabar el protocolo del ensayo", comenta, aunque sin echar las campanas al vuelo. Es consciente que puede haber recaídas.

Además, no ha tenido apenas efectos secundarios. "He pasado todo el tratamiento físicamente muy bien, con un poco de cansancio, pero no tengo derecho a la queja".

Verónica Rius: "No lo dudé por mí y por ayudar a otros"

Verónica Rius (51 años, Lleida) se llevó el "pack completo", según ironiza. Le descubrieron el cáncer de mama, en su caso hormonal, en 2021, cuando ya tenía cinco focos. La operaron, le extirparon 15 ganglios y recibió quimio y radioterapia. En la última sesión, le ofrecieron entrar en el estudio lidERA, que analiza un tratamiento hormonal nuevo, en pacientes con riesgo de recaídas, con el fin precisamente de que no se vuelva a reproducir. También se busca reducir los efectos secundarios del tratamiento convencional, que en cánceres hormonales provoca "como una menopausia avanzada", con sofocos, dolores en las articulaciones, pérdida de memoria...

Verónica "no dudó un minuto" a la hora de decidirse a participar. "Si no se prestan personas voluntarias, no se avanza", reflexiona. Además ha ganado en "tranquilidad".

Al participar en el ensayo, tiene que acudir al IBCC, en el Centro Médico Teknon de Barcelona, cada tres meses, donde le realizan varias pruebas, con lo que si "tuviera una recaída", se lo detectarían "antes".

Vive en Lleida pero el laboratorio que impulsa el ensayo le paga los desplazamientos y los gastos, dado que, aunque no sea un aspecto muy conocido, la participación en ensayos es gratuita para el paciente.

En la estrategia terapéutica

Javier Cortés, director del IBBC y reconocido como experto número 1 del mundo en el cáncer HER2+, es un firme convencido de que los ensayos clínicos "deben de ser una parte fundamental de la estrategia terapéutica", junto con los métodos tradicionales, y "no deberían entender de fronteras". "Los investigadores debemos ofrecer los mejores estudios, estén disponibles o no en el hospital donde trabajamos, favoreciendo la dinámica de colaboración entre médicos y pacientes".

Las tres pacientes que han relatado su experiencia a EL PERIÓDICO representan los contextos más frecuentes en la investigación contra el cáncer de mama, según su oncóloga, la doctora Laia Garrigós. Silvia ha sido tratada con una terapia experimental antes de ser operada; Eleonora padecía un cáncer en estado metastásico, y Verónica ha formado parte del ensayo después de ser intervenida quirúrgicamente.

A su vez, las tres facetas de la investigación contra el cáncer de mama que más éxito está teniendo son, en primer lugar, los tratamientos llamados "caballos de Troya" porque sueltan la quimioterapia donde se encuentra el 'enemigo', de forma localizada. En uno de ellos ha participado Eleonora. En segundo lugar, están los estudios que buscan alteraciones concretas, para mejorar el diagnóstico y el tratamiento. Y, en tercer lugar, los que tratan de disminuir los duros efectos secundarios de la radio o la quimioterapia.

España es uno de los países con más ensayos clínicos gracias a que la mayoría de los pacientes que cumplen los requisitos de acceso -a veces muy estrictos- aceptan a participar.

Aunque, lógicamente y dada la gravedad de la enfermedad, tienen sus miedos: "¿Eso significa que no tengo más alternativas?, ¿soy un conejillo de indias?, ¿tendré que venir mucho al hospital?, ¿empeoraré?, son sus principales dudas. El doctor Cortés subraya que los sanitarios deben despejar sus dudas y "empoderar" a los pacientes para que, "bajo su criterio, tomen la decisión más razonable".

El Periódico de España

Textos:
Patricia Martín
Imágenes:
Elisenda Pons
Coordinación:
Rafa Julve
Agradecimientos:
International Breast Cancer Center