Mariana Enríquez

Una pequeña compañía de teatro interpreta los relatos de Mariana Enriquez en un cementerio de Buenos Aires cada viernes y los convierte, sin querer, en otra cosa, ¿o no puede vivirse, también, dentro de un cuento?.

Esta experiencia inmersiva, un teatro íntimo sepulcral, toma el yo de relatos clásicos de la escritora argentina como La casa de Adela, esa casa fantasma traganiños que aparece también en Nuestra parte de noche, y los convierte en una escena de un único actor, o actriz, que es a la vez la narradora de la historia y todos sus, a menudo ferozmente poseídos, personajes.

Angela Carter

En la novela 'Noches en el circo', la autora rinde homenaje a la mítica Anna Rice al emular la fórmula que usó en 'Entrevista con un vampiro. La historia relata una entrevista que transcurre durante una noche fantasmagórica -¿cuántas veces da la medianoche el Big Ben?- en la que el periodista, como en el caso de la novela de Rice, trata de desenmascarar al supuesto monstruo y acaba maravillado por el mismo.

Charlotte Perkins Gilman

Sus relatos no se parecían a ningún otro porque se alejaban hacia un futuro utópico en el que todo era, por fin, posible.

La autora escribió el gótico y terrorífico relato 'El papel pintado amarillo' , donde una mujer sin nombre acaba perdiendo la cabeza -en plena depresión posparto, la propia Gilman dijo que la maternidad nunca encajó con ella, que su bebé sólo le provocaba sufrimiento-, encerrada como ha sido en un cuarto de paredes forradas de un monstruoso papel pintado amarillo.