El misterioso fotógrafo de la Guerra Civil

Una caja perdida guardaba una colección inédita de la contienda. Buscamos al teniente desconocido de Franco

Jordi Barón abre un cajón blanco de un estante de la pared y saca una caja. Parece una caja de zapatos bien cuidada, de color crema. Dentro hay otra caja más modesta, vieja, con las esquinas redondeadas por el tiempo. 

Jordi es fotógrafo y coleccionista de archivos fotográficos y en su camino, hace unos 10 años, dice que no recuerda exactamente cómo ni dónde, compró una caja. La abre con cuidado y extrae una decena de rollos de película de los años 30 del siglo pasado.

Algunos son metálicos con la marca Agfa en un lado; otros están envueltos en papel con un lugar y un año escrito a lápiz. “Teruel 1937”.

Jordi Barón abre un cajón blanco de un estante de la pared y saca una caja. Parece una caja de zapatos bien cuidada, de color crema. Dentro hay otra caja más modesta, vieja.

Jordi es fotógrafo y coleccionista de archivos fotográficos y en su camino, hace unos 10 años, dice que no recuerda exactamente cómo ni dónde, compró una caja. La abre con cuidado y extrae una decena de rollos de película de los años 30 del siglo pasado.
Algunos son metálicos con la marca Agfa en un lado; otros están envueltos en papel con un lugar y un año escrito a lápiz. “Teruel 1937”.

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Esta caja, arrumbada durante décadas, contiene uno de los últimos archivos de fotos desconocidos de la Guerra Civil española y su autor es un misterio.

Partimos en busca del fotógrafo desconocido

Esta caja, arrumbada durante décadas, contiene uno de los últimos archivos de fotos desconocidos de la Guerra Civil española y su autor es un misterio.

Partimos en busca del fotógrafo desconocido

“Compro todo tipo de fotos, la gente me llama y me ofrece”, explica Barón en su estudio en el Poble Nou, en Barcelona. Es una estancia diáfana llena de álbumes en las estanterías y fotos enmarcadas en las paredes. Su familia compra antigüedades, a menudo cuando los herederos vacían los pisos de los abuelos para venderlos. En esos salones semivacíos, con ropa tirada por el suelo y muebles que ningún familiar reclama, hace unos preciosos bodegones de casas antiguas con las que prepara una exposición. “Son la memoria de la burguesía de Barcelona”, explica mientras enseña dos de las fotos ya enmarcadas en tamaño cuadro. Cada uno sugiere la vida de una familia. Cada una sugiere la vida de una familia.

Barón también compra todo tipo de archivos familiares y hace una década se hizo con una caja con rollos de la Guerra Civil. “No anoté cuando lo compré. Imagino que fue en algún piso que vaciamos o en el mercado de los Encantes. Cada archivo da mucho trabajo”.

Hace unos meses encontró el tiempo suficiente para abordar aquella caja perdida. Usó la máquina con la que puede escanear los negativos y poco a poco comenzó a escudriñar el contenido. Era la primera persona en décadas, quizá 80 años, que les echaba un ojo.

En más de 20 rollos bien conservados hay 800 fotografías inéditas de la Guerra Civil

En más de 20 rollos bien conservados hay 800 fotografías inéditas de la Guerra Civil. “La Guerra Civil es la primera guerra documentada en imágenes, la primera guerra moderna. Robert Capa y otros grandes fotógrafos vinieron aquí pero la mayoría eran fotógrafos profesionales. No era una época para aficionados”.

En los rollos se puede seguir el rastro del autor. Bombardeos en el frente de Teruel, fotos en Marruecos posiblemente tras el golpe de Estado franquista, comidas de mandos del ejército sublevado durante la campaña, un acto solemne con Franco rodeado de la guardia mora recibiendo embajadores aliados extranjeros que van a rendir pleitesía, la entrada en Madrid de las tropas franquistas, la Cibeles protegida de los bombardeos, un desfile por el centro de Barcelona con el brazo en alto celebrando la derrota de la República…

Nuestro fotógrafo recorrió España de punta a punta durante la guerra. Incluso hay imágenes en la nieve en Rusia junto a soldados de la división azul ataviados con el uniforme nazi que se distingue por la bandera española en la manga.

“Yo diría que era un oficial franquista porque a menudo aparece comiendo con ellos o en grupo. Por las fotografías se nota que son de un aficionado pero en esa época no cualquiera tenía una cámara así que tuvo que ser alguien instruido, de alto nivel económico”, razona Barón.

El general Emilio Mola, uno de los más próximos a Franco y cabecilla del golpe de Estado, inmortalizó su guerra con una Leica.

Ver a Barón enseñar las imágenes en su ordenador es adictivo. ¿Será el autor ese señor que parece que va a saltar a una piscina? ¿O uno de los militares que sonríen como en una comida? ¿Qué hacía en unas carreras de coches en la posguerra? ¿Qué valle es ese que fotografía desde una colina mientras es bombardeado? ¿Cómo soportaba el frío en Rusia de la Legión Cóndor? ¿Es es que posa a lo lejos en el acueducto de Segovia? Tiene que ser él. ¿Por qué sale en uniforme en esa playa que parece de San Sebastián? ¿En qué frente estaban cuando inmortalizó una misa de las antiguas con el cura de espaldas en mitad del monte? ¿Era nuestro hombre un fanático imbuido del fascismo de los años 30? ¿Ese navío con una bandera a popa con la esvástica está atracado en San Sebastián? En una fotografía se ve a Franco muy de cerca en un acto oficial, así que debía de ser alguien bien conectado. Es como seguir una cuenta de Instagram de hace 80 años.

Algunas fotos son primeros planos pero al final de un cañón, como en el punto de mira, como si estuviera experimentando. “Esa sí es una buena fotografía”, comenta Barón con ojo experto. El archivo llega hasta los años 40, con fotos en la Costa Brava de veraneo o en un coche al alcance de pocos en plena posguerra. Si nuestro hombre no era rico, se movía en esos ambientes.

En 2018, la familia de Antoni Campañà encontró lo que hoy se conoce como “la caja roja”, una colección de fotos inéditas de la Guerra Civil que se han expuesto en el Museo Nacional de Cataluña (MNAC). El autor nunca había mencionado su existencia a sus hijos. "La Guerra Civil fue muy traumática y a veces pasa eso, que los que participaron no ni querían comentarla y algunos archivos quedaron así escondidos". En 1995, fueron descubiertas tres maletas con fotos de Capa y el fotógrafo David Seymour con miles de negativos de la Guerra Civil.


Tres años después la historia se repite. Después de mucho tiempo sin animarse a hacerlo, Barón ha comenzado a mover su propia caja. La puso en el mercado por 10.000 euros. Lo hizo a través de la web todocoleccion, donde uno puede encontrar casi cualquier cosa. “Esto es solo para una institución que quiera investigarlo, no para un particular. El trabajo que hay que hacer para documentarlo es enorme. Lo mejor es airearlo y que alguien diga si reconoce a alguno de los protagonistas”.

Es así como un amigo suyo reconoció a su abuela en la foto de una miliciana republicana cuya imagen se llegó a usar en sellos en Noruega. “Ponlo en el periódico a ver si alguien reconoce”, acepta Barón.

Antes de eso, lo ideal es buscar a un historiador y pocos mejor que Roberto Muñoz Bolaños, experto en historia militar. Este recibe en un VIPS en Madrid (su primera idea era ir a un Burger King, donde escribe sus libros, porque “tiene las mesas amplias”).

Muñoz Bolaños se abalanza sobre la pantalla del ordenador a ver las fotos y empieza a disparar pistas. “Esto son las brigadas navarras. Se nota por los capotes”. “Esto es la ciudad universitaria”. “Eso es la guardia mora. Diría que es Salamanca porque Franco estaba allí pero hay que chequearlo. Diría que ese es un embajador que va a saludar a Franco. Coño, si está Aranda con el fajín de general. Lleva una estrella de general de brigada. Esos son generales pero están de espaldas. Es una pena”. Aranda es Antonio Aranda, uno de los más destacados generales franquistas.

“Esto son las brigadas navarras. Se nota por los capotes”, comenta Muñoz Bolaños.

"Eso es la guardia mora. Diría que es Salamanca porque Franco estaba allí"

"Diría que ese es un embajador que va a saludar a Franco"

"¡Si está Aranda con el fajín de general! Lleva una estrella de general de brigada”

Aranda es Antonio Aranda, uno de los más destacados generales franquistas.

Pronto queda claro que nuestro fotógrafo es un oficial franquista porque está muy cerca de la élite militar golpista. “Este es un alemán. Se nota en la pajarita. Mira, mira, mira: este es Raimundo Fernández Cuesta, el albacea de José Antonio”.

Muñoz Bolaños da detalles del armamento. Una pequeña tanqueta que lleva a unos militares es “una de esas Fiat italianas que eran una mierda”. El cañón que bombardea un frente imposible de identificar es un “cañón alemán de 88 o 105 milímetros”.

El historiador ve detalles interesantes: “Estos son soldados españoles. Se ve que cada uno viste de una manera. Están junto a unos alemanes que van impecables y a los que eso les ponía muy nerviosos”.

En una de las fotos se observa un militar de alta graduación en mitad del campo al lado de unos planos en un atril.


Ahí ya no hay duda

“Este es Orgaz, el general Orgaz, Luis Orgaz Yoldi”

Luis Orgaz (1881-1946) fue un militar español, jefe del Alto Estado Mayor. Fue desterrado por el gobierno de Manuel Azaña a Canarias, cuya sublevación dirigió. Fue jefe de la División Reforzada de Madrid y creador de las eficaces academias de oficiales provisionales durante la Guerra Civil

Nuestro fotógrafo era próximo a Orgaz y las siguientes fotos lo confirman. Hay imágenes tomadas en Burgos, San Sebastián, la entrada en Barcelona con los franquistas desfilando con el brazo en alto, en Madrid ante la Cibeles protegida con sacos terreros, en el frente de Teruel, incluso en Rusia con la división azul… Recorrió como nadie los frentes de la Guerra Civil.

(Pinche sobre las imágenes para ampliarlas)

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En una de las imágenes se ve lo que parecen unos hombres con chilabas

Una señal en un rincón de la foto de un pueblo señala que es Segangane, un pueblo cerca de Melilla.

Orgaz fue nombrado por Franco “Alto Comisario Español en Marruecos”. El fotógrafo desconocido ya estaba allí con él al principio de la guerra.

Muñoz Bolaños cree que el dato es clave. “Diría que estuvo en la academia militar de Zaragoza entre 1928 y 1931. Es uno de los tenientes de Franco, de los que preparó él”. Lo más probable es que sea ese hombre fino pero fuerte que sale en varias fotos posando.

Primero en el acueducto de Segovia, luego en la posguerra junto a un auto cerca del Retiro. “Es alguien de mucho dinero sin duda”. No es solo que tuviera una cámara cuando muy pocos lo hacían, sino que lleva botas relucientes, monta a caballo, viajó a París y hay fotos en carreras de coches, lujos al alcance de muy pocos en esa época.

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El siguiente paso es ir al museo de la División Azul. Es lo que toca. Muñoz Bolaños insistió en que seguro que allí darían pistas pero antes de llegar por teléfono rebajan las expectativas. “Eso es buscar una aguja en un pajar. Con una foto no podemos identificarlo. Lo que tiene que hacer es publicarlo y ver si alguien lo reconoce”. Pues eso. Si sabe algo, que silbe.

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