Marihuana y adolescentes:

por qué el consumo a esta edad es aún más perjudicial

Las intoxicaciones de marihuana en jóvenes se han disparado en los últimos años. También han aumentado los brotes psicóticos. Los traficantes manipulan los componentes del cannabis para aumentar su poder adictivo. Los efectos nocivos en los cerebros en formación de los menores de 25 años son aún mayores que en la población adulta.

Son varios los motivos por los que los jóvenes se acercan a la marihuana. Por un lado, hay una "cierta facilidad de acceso". Por otro, existe una "baja percepción" del riesgo. "La adolescencia te hace buscar más sensaciones, hay una mayor impulsividad", explica Naia Sáez, coordinadora de salud mental de adultos de la Fundación Hospitalarias Barcelona, antiguo Hospital San Rafael. "Pero hay jóvenes con malestar, con un rendimiento académico bajo... Y a menudo estos factores son la puerta de entrada a la sustancia", añade.

Los porros son la droga más consumida por los adolescentes, como atestigua el centro Spott, de la Diputación de Barcelona y especializado en la prevención y atención a las adicciones en menores de 12 a 21 años. "El cannabis se mantiene como la droga principal. Entre el 92% y el 94% de nuestros pacientes sufren adicción a la marihuana. Pero normalmente existe policonsumo, con alcohol y tabaco", explica Gemma García, jefa de la Subsección de Intervención en Drogodependencias de Spott.

Más visitas a urgencias:
Aumentan las intoxicaciones
y los brotes psicóticos

Las intoxicaciones por cannabis son el segundo motivo de consulta
en Urgencias por sustancias ilegales

Pero esta realidad también tiene un impacto hospitalario. "Han aumentado las visitas a urgencias por intoxicación de cannabis. Y esto puede ser porque las concentraciones de THC [el componente de la marihuana que provoca el 'colocón'] son mayores y porque hay más consumidores", asegura la psiquiatra Francina Fonseca, jefa del Servicio de Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona). Se entiende por "intoxicación" palpitaciones, náuseas, vómitos o malestar general. "Las intoxicaciones por cannabis son el segundo motivo de consulta en Urgencias por sustancias ilegales. El primero es la cocaína, pero la marihuana ha ido aumentando en los últimos años y prácticamente se ha igualado a la cocaína. Hay más consumo y ha aumentado su potencia", señala por su parte August Supervia, coordinador de la Unidad Funcional de Toxicología del Mar.

En este hospital, las intoxicaciones por cannabis se sitúan entre el 20% y el 30% del total de intoxicaciones por drogas. Supervia avisa de que hay derivados del THC que se consumen en forma de gominolas y que "también están provocando problemas psiquiátricos y crisis de agitación".

Un cannabis más peligroso:
Más THC para enganchar más

Aunque el cannabis contiene centenares de componentes, los más importantes son dos: el cannabidiol y el tetrahidrocannabinol (THC). Los peligros están asociados al THC: el ingrediente psicoactivo principal de la marihuana. "Los inconvenientes del THC superan en mucho a sus ventajas. Genera adicción y, aunque de entrada su efecto es sedante y placentero, la gente que se engancha acaba viendo cómo afecta a sus relaciones familiares, amistades y estudios", señala el jefe de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona, Eduard Vieta.

Uno de los problemas actuales es que la marihuana es "mucho peor que antes", según Vieta. Como la gente que se dedica al tráfico de esta sustancia sabe que lo que realmente engancha es el THC, cada vez el cannabis tiene mayores concentraciones de su componente más adictivo y peligroso. "La ingeniería biológica puede hacer que la marihuana tenga más THC. Es por eso que la cantidad de este componente que tiene cualquier producto que se vende en la calle ha ido aumentando", dice este psiquiatra. Con el paso de los años, el THC se ha vuelto más puro y adictivo.

Además, los traficantes usan cada vez semillas híbridas más potentes (si antes las muestras analizadas en el laboratorio presentaban entre un 8% y un 12% de THC, ahora es entre un 20% y un 25%, según los Mossos) de las que crecen plantas que consumen menos recursos y florecen antes.

Menores de 25 años, los más vulnerables:
La falsa sensación de bienestar

El cuerpo humano produce naturalmente sustancias químicas similares al THC, que son los receptores endocannabinoides, los cuales regulan las emociones. Con el consumo del THC, se altera el equilibrio natural dando a lugar a una serie de respuestas en el organismo. "De entrada nos produce efectos agradables: bienestar, ganas de hablar, sociabilidad...", señala Naia Sáez, de la Fundación Hospitalarias Barcelona. Pero el cannabis también conlleva otros efectos: desde un punto de vista cognitivo, hay una disminución en la coordinación motora, en el procesamiento de las operaciones temporales y en el aprendizaje asociativo.

"También afecta a los circuitos de la recompensa y la motivación, y puede generar cuadros amotivacionales, así como síntomas psiquiátricos como brotes psicóticos", apunta Sáez. "Genera adicción y cada vez necesitas más dosis para generar el mismo efecto", añade.

Del 'bullying' a los porros:
El testimonio del ex-adicto

Joan (nombre ficticio) es uno de los usuarios del centro Spott. Tiene 25 años y comenzó a consumir marihuana a los 15. "Me empecé a juntar con amistades que no eran buenas y me empecé a separar de los estudios", explica. Diez años después, y tras haber pasado por centros de desintoxicación y tener varias recaídas, sigue en tratamiento.

Conexiones rotas:
La peligrosa "poda sináptica"

El mayor estudio del mundo sobre cannabis, que fue publicado en 2023 en 'The British Medical Journal', ya confirmaba que el consumo de esta sustancia tiene efectos muy perjudiciales en personas jóvenes, embarazadas y conductores, principalmente. En concreto, hasta los 25 años, el cerebro de las personas está aún en desarrollo y la marihuana aumenta el riesgo de psicosis. En esto último también juega un papel destacado la predisposición genética.

Uno de estos riesgos es la denominada "poda sináptica", un proceso por el cual se eliminan las conexiones sinápticas entre las neuronas en el cerebro. "Los bebés tienen una neuroplasticidad máxima. En el proceso de aprendizaje, el cerebro va haciendo conexiones. Y hemos visto que es tan importante lo que se hace como lo que se deja de hacer. De los 10 a los 20 años, los cerebros están madurando a base de potenciar unos circuitos y 'despotenciar' otros. El THC interfiere en este proceso", añade el psiquiatra Eduard Vieta.

Según Paola Fuentes, investigadora de FIDMAG Hospitalarias Research Foundation, existen estudios que indagan en los cambios orgánicos que el consumo de marihuana provoca en el cerebro de las personas. "Es algo que se está estudiando ahora. La literatura no acaba de ser consistente en esto aún. Pero sí se sabe que el consumo de cannabis cambia la conectividad entre las diferentes zonas del cerebro", dice Fuentes.

También se han visto afectaciones en el hipocampo y la amígdala del cerebro, que tienen que ver con la memoria y las emociones. "Estas zonas son muy ricas en receptores CB1, que están en las neuronas y pertenecen al sistema endocannabinoide", prosigue Fuentes. Así, el cannabis, al entrar en el cerebro, se "engancha" a estos receptores. La amígdala y el hipocampo, al tener muchos receptores de este tipo, son especialmente vulnerables a esta sustancia. "Hay un estudio que señala que el cannabis podría estar afectando a la maduración de estas regiones al final de la adolescencia. El hipocampo es el área del cerebro adulto donde se generan neuronas nuevas. Y se vio que aquellos que consumían cannabis perdían más deprisa el volumen de estas estructuras". Además, el cannabis también impacta en el volumen de la amígdala, lo que puede aumentar los síntomas depresivos.

Los daños en el cerebro:
¿Cuáles son?

A corto plazo

Algunos de los efectos inmediatos del cannabis son la alteración de la capacidad de reacción ("puede haber accidentes", advierte la psiquiatra del Mar Francina Fonseca), las malas decisiones ("embarazos no deseados, más infecciones de transmisión sexual") o episodios de ansiedad e incluso brotes psicóticos por intoxicación.

A largo plazo

A largo plazo, también se ha observado que el consumo de cannabis afecta a la "memoria". Los jóvenes tienen más dificultades para aprender. "Los adolescentes que consumen cannabis tienen peor rendimiento escolar", advierte Fonseca. Esta psiquiatra señala estudios entre jóvenes de 18 a 35 años que muestran cómo la marihuana también afecta al cociente intelectual (CI). "Quienes consumían cannabis con más intensidad tenían un CI más bajo", dice.

A corto plazo

Algunos de los efectos inmediatos del cannabis son la alteración de la capacidad de reacción ("puede haber accidentes", advierte la psiquiatra del Mar Francina Fonseca), las malas decisiones ("embarazos no deseados, más infecciones de transmisión sexual") o episodios de ansiedad e incluso brotes psicóticos por intoxicación.

A largo plazo

A largo plazo, también se ha observado que el consumo de cannabis afecta a la "memoria". Los jóvenes tienen más dificultades para aprender. "Los adolescentes que consumen cannabis tienen peor rendimiento escolar", advierte Fonseca. Esta psiquiatra señala estudios entre jóvenes de 18 a 35 años que muestran cómo la marihuana también afecta al cociente intelectual (CI). "Quienes consumían cannabis con más intensidad tenían un CI más bajo", dice.

¿Uso terapéutico o recreativo?

Pese a que el THC es el principio activo de la marihuana que 'coloca', hay otro componente, el cannabidiol, que sí puede tener efectos terapéuticos. En septiembre del año pasado, el Ministerio de Sanidad hizo público el borrador del real decreto que regulará la dispensación del cannabis con fines terapéuticos. El macroestudio de 2023 publicado en 'The British Medical Journal' reconocía cierta eficacia de este componente en casos de epilepsia, dolor crónico, esclerosis múltiple, enfermedad inflamatoria intestinal y en la utilización en cuidados paliativos.

Textos de Beatriz Pérez
Diseño de Andrea Hermida-Carro
Coordinación de Rafa Julve