El botín inmobiliario de los chavistas en España

Altos cargos venezolanos ocultaron su fortuna con la compra de propiedades elitistas en Madrid y Marbella

Madrid, un día entre semana cualquiera. Doce de la mañana. Por la acera de la calle Alfonso XII apenas pasa gente. No es una vía de mucho tránsito peatonal, ni siquiera hay demasiadas terrazas. La calzada tiene seis carriles para coches y el ruido del tráfico es constante. La localización es privilegiada: a un lado edificios y al otro el parque de El Retiro. Cualquier vivienda de primera línea tiene vistas a este gran pulmón verde. El precio medio de los pisos supera el millón de euros. Aunque no se vea vida, no hay duda de que es una de las zonas más acomodadas de la ciudad.

Discreto, desapercibido para cualquier viandante, sobre la sexta planta del número 24 se alza un enorme dúplex con ático que suma, de acuerdo a su ficha catastral, más de 700 metros cuadrados. El 4 de abril de 2014 se celebró el acto de compraventa y el vendedor (una mercantil llamada Flomar SL) recibió una transferencia bancaria de 4,3 millones de euros. No era el total: unos meses antes había recibido otro pago de dos millones. El precio final de la vivienda fue de 6,2 millones de euros.

Los millones procedían de una cuenta bancaria suiza. La titular de esta cuenta era una empresa constituida en Panamá. Pero la sociedad adquirente, creada meses antes, estaba registrada en Curaçao, una isla caribeña perteneciente a los Países Bajos y considerada paraíso fiscal. El titular real de esta sociedad, tal y como él mismo declaró, era Raúl Gorrín Belisario: empresario venezolano presidente de la cadena televisiva Globovisión.

Gorrín está acusado por Estados Unidos de conspiración para cometer blanqueo de capitales, de haber sobornado a funcionarios venezolanos para beneficiarse de operaciones de cambio de moneda y de ser el centro de una trama para mover ese dinero ilícitamente a nuestro país. En Twitter, donde es activo, él lo niega. En España, fue imputado por la Audiencia Nacional por el presunto saqueo a la compañía estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

Un informe policial de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional describe, entre otras, la operativa de compraventa del ático de Alfonso XII. Considera que existen indicios de blanqueo de capitales y vincula a Gorrín con cargos chavistas. El dinero para la compra de estos inmuebles procedería de fondos desviados desde la petrolera estatal.

En el mismo edificio, en la misma fecha y con una operativa muy similar, Gorrín adquirió otras dos viviendas: el cuarto izquierda y el cuarto derecha, de 170 y 220 metros cuadrados respectivamente. Por ellas pagó un total de 2,8 millones de euros.

Madrid se ha convertido en destino de compradores internacionales de vivienda de lujo en la última década. Las inmobiliarias la sitúan como una de las localizaciones favoritas para estadounidenses, asiáticos y latinoamericanos y apuntan a que el cliente prime ya prefiere a la capital antes que a Barcelona, pese a que la capital es más cara.

Por otro lado, el éxodo venezolano —las familias de clase media y alta que huyen de la crisis económica de su país— es cada vez más notable en el mercado inmobiliario de la ciudad. Entre 2014 y 2018 se duplicaron las compras de vivienda por parte de ciudadanos venezolanos, que copan barrios pudientes como Salamanca o Retiro.

Entre los venezolanos que han adquirido vivienda en Madrid están las superfortunas del chavismo. Los altos cargos del régimen y empresarios afines que se enriquecieron con sobrecostes de obra pública u operaciones de cambio de divisa que controlaba el Estado. Varios de ellos están siendo investigados en España por blanqueo y pertenencia a organizaciones criminales, entre otros delitos.

Los informes policiales y de la Fiscalía Anticorrupción describen los movimientos del dinero. Son sumas millonarias que circulan entre cuentas bancarias y sociedades extranjeras y terminan en las calles más ricas de Madrid.

Mediante el análisis de media docena de informes pertenecientes a tres causas distintas, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha creado un mapa del botín inmobiliario del chavismo en el foco de la justicia. Son al menos 27 inmuebles, todos en zonas prémium, a los que hay que añadir otros 100 de un complejo urbanístico de Marbella. Por ellos se pagó un total de 70 millones de euros.

La información se puede leer o recorrer, como si fuera una ruta turística. Cada punto del mapa es una vivienda que aparece en alguno de los informes junto al dinero que costó y el comprador, que a veces es una persona y otras una sociedad.

En otro gráfico de este artículo aparecen las fechas en las que fueron adquiridas, en forma de línea temporal.

Aunque no son muy conocidas, las cuatro calles que hay entre la estación de Príncipe Pío, los Jardines de Sabatini y el Templo de Debod forman un enclave extraordinario. Rodeadas de vegetación, en línea con el Palacio Real, a ras de suelo no es notable el nivel económico de la zona porque los comercios aún son de lo más corriente.

Un estanco, una tienda de alimentación, una pequeña peluquería, un bar de desayunos, tostas y raciones lleno de obreros a media mañana. Son apenas tres manzanas pero el ladrillo bulle: hay un hotel en obras y una nueva megapromoción de lujo con terrazas que miran al parque llamada Park & Palace.

Nervis Gerardo Villalobos Cárdenas, que fue viceministro de Energía Eléctrica durante la presidencia de Hugo Chávez, tuvo ojo.

La investigación de la UDEF le considera la cabeza de una presunta trama de blanqueo de capitales mediante la cual habría traído a España y Malta dinero de una sociedad suiza. Entre otras propiedades, ese dinero habría terminado en cuatro edificios de la calle Ilustración, en mitad del triángulo dorado entre Sabatini y Debod.

Los números 3, 5, 7 y 9 de dicha calle, edificios con varios pisos pequeños cada uno, de fachadas deterioradas y construidos a principios del siglo XX, fueron adquiridos por un total de 2,5 millones de euros en febrero de 2016.

Las sociedades adquirentes —Inmohaus European Group, Autumn Leaves e Investment Center Haus— estaban a nombre de la misma persona, Ignacio Sánchez Cumba. Los pagos se realizaron mediante cheque bancario y sin hipoteca.


"Si has robado una fortuna en un país corrupto, tu principal prioridad será llevártelo a algún lugar seguro y divertido. Una vez hecho eso, querrás gastártelo en algo grande, de mucho valor y que te dé seguridad. Y no hay nada que reúna esas características mejor que una propiedad inmobiliaria", valora el periodista y escritor Oliver Bullough, autor de Moneyland: por qué los tramposos y ladrones controlan el mundo.

En este libro, Bullough describe lo que él llama "el país del dinero": un país metafórico formado por trocitos de jurisdicciones de otros países en el que los superricos ocultan sus fortunas.

Los edificios de la calle Ilustración pueden estar físicamente en Madrid, pero conceptualmente pertenecen al país del dinero.

De acuerdo a las pesquisas policiales, Villalobos habría blanqueado dinero procedente del saqueo de la petrolera estatal venezolana mediante su compra. Este dinero habría pasado primero por el grupo Swissinvest, domiciliado en las Islas Caimán y con filiales en varios países.

El complejo urbanístico Azata-Montebello de Marbella —un conjunto de villas blancas a las afueras de la ciudad— aparece en la misma causa. La empresa Colombus One Properties compró cien inmuebles por valor de 25 millones de euros a la compañía Domo Marbella.

En este caso sí solicitó un crédito hipotecario (de 15 millones al Banco Sabadell), pero del análisis de las causas se desprende que no es lo habitual.

"Las agencias inmobiliarias son sujetos obligados, como los joyeros, los bancos y los notarios", indica Laura Viloria, responsable del departamento legal de Lucas Fox, una agencia inmobiliaria especializada en el sector lujo. "Eso significa que tienen la obligación de cumplir todos los mecanismos previstos por la Ley de Blanqueo de Capitales para denunciar cualquier sospecha. Hay unos canales para hacerlo".

La adquisición de viviendas para ocultar dinero ilícito no es, ni de lejos, algo que solo suceda en Madrid. Grandes capitales internacionales como Londres, Nueva York o París tienen el mismo problema. El periodista Bullough organizó, de hecho, los 'tours de la cleptocracia' en Londres para visitar las propiedades del ex viceprimer ministro ruso o del oligarca ucraniano Dmytro Firtash.

La pregunta es hasta qué punto son las inmobiliarias cómplices. Viloria explica que, en España, los agentes deben informar al Sepblac (el servicio estatal de inteligencia financiera) ante cualquier mínimo indicio de que sea un caso de blanqueo.

"Tenemos un protocolo que se sigue a rajatabla. Dentro de nuestras capacidades, debemos averiguar el titular real. Lo mínimo es pedir a las partes el DNI o pasaporte, incluso si se hace una visita online. A partir de ahí, prestar mucha atención: si el comprador es menor de edad, si es una sociedad, una persona que no trabaja o un jubilado, te pueden saltar las alarmas", cuenta. "Si la sociedad es extranjera lo investigamos. Y si pagan sin financiación hipotecaria también es un claro indicio en el que se busca justificación: que hayas recibido una herencia, vendido otra propiedad o que tengas fondos propios".

Si una agencia tiene sospechas de blanqueo puede paralizar la operación, pero "no es muy frecuente", concluye Viloria. "Lo normal es comunicar al Sepblac y que sean ellos los que te digan".

Si una vivienda termina en una causa de blanqueo, la agencia no tiene responsabilidad siempre que justifique que ha puesto todos sus medios para detectarlo pero no lo ha hecho.

"Tanto las agencias como los abogados son cómplices en este proceso", considera Bullough. "Es enormemente lucrativo para ellos".

Luis Carlos de León Pérez fue director de finanzas de Electricidad de Caracas, una filial de PDVSA, y Andreína Gámez, su mujer.

En enero de 2011 compraron un dúplex y tres plazas de garaje en la calle Tahona número 4. Pagaron 2,6 millones de euros. La vivienda (en la foto de arriba) está en la zona norte de Madrid, en una tranquila calle del distrito de Chamartín.

Fue intervenida en septiembre de 2021 por la Audiencia Nacional junto a otro puñado de inmuebles incluidos en la misma causa, que investiga las comisiones pagadas por la ingeniería española Duro Felguera a altos cargos chavistas.

Luis Carlos de León y Andreína Gámez compraron el dúplex de Tahona a través de una sociedad, Sansobino 1977. Esta recibió aportaciones de cuentas radicadas en Andorra, una de las cuales estaba, a su vez, controlada por una sociedad panameña.

La causa investiga a otros altos cargos —como Javier Alvarado Ochoa (viceministro de Energía del Gobierno de Hugo Chávez, que colaboró con la Justicia española y se desligó del caso), Luis Jesús Barrios Melean (considerado testaferro) y Julia Van den Brule (exfuncionaria pública y exadiminstradora de PDVSA)— y señala a sus esposas.

"Existió una colaboración activa por parte de las esposas de los referidos, y no solo en el disfrute de los beneficios obtenidos de las comisiones cobradas de forma fraudulenta por sus maridos o parejas, sino también en el organigrama de creación de sociedades (...) cuya finalidad siempre ha estado encaminada a intentar introducir esos beneficios en el circuito económico tanto de España, como EEUU, Andorra, Portugal y Suiza", señala el informe de la UDEF.

Juan Carlos Márquez Cabrera fue secretario general de Entes Corporativos de la petrolera. En julio de 2019 apareció ahorcado en Madrid.

Márquez, que durante el chavismo movió millones de dólares de PDVSA, se había mostrado dispuesto a colaborar con la Justicia española en el caso Morodo. Este caso es una de las ramificaciones del saqueo a PDVSA e implica a Raúl Morodo, el exembajador español en Venezuela.

Un informe de la UDEF repasa toda la información existente sobre él en las bases de datos de la Agencia Tributaria, si bien en este caso no se vincula ninguna de sus propiedades con indicios de blanqueo.

Entre 2010 y 2015, Cabrera compró dos pisos y dos enormes chalés en Madrid por un valor total de dos millones de euros. Los primeros, en Las Tablas (un quinto piso de 75 metros cuadrados) y en la calle Corazón de María, distrito de Chamartín. Los segundos, en ricas urbanizaciones como son El Encinar de los Reyes y Ciudalcampo.

Cartografiar el botín completo de los jerarcas venezolanos, o de cualquier otra fortuna oculta en Madrid, es extremadamente complicado. En este caso ha sido posible gracias a los informes policiales, pero ponerse a indagar sin un punto de partida es como buscar una aguja en un pajar.

"A menudo solo tenemos investigaciones llevadas a cabo por periodistas o activistas en sus lugares de origen. Pero los papeles de Panamá, los del Paraíso y los de Pandora, así como los procesos legales, también han sido muy útiles. Otra forma es el registro de la propiedad. Aunque la mayor parte de la gente pudiente esconde sus propiedades en compañías offshore, no todos lo hacen", señala Bullough.

"Aun así, no debemos engañarnos pensando que vamos a encontrar todas las propiedades", concluye. "Hay decenas de miles de propiedades escondidas tras empresas fantasma y solo conocemos un número mínimo de sus verdaderos dueños".

El Periódico de España


Reportaje: Analía Plaza
Foto: Alba Vigaray
Edición y gráficos: Nacho García e Isabel Martínez