PENSIONES

¿Cómo queda la jubilación tras la nueva reforma?

Cada uno de los últimos inquilinos de la Moncloa han dejado como legado una nueva reforma de las pensiones que debía hacer sostenible el sistema... hasta la llegada del siguiente inquilino. El Gobierno de coalición no ha sido una excepción y, bajo la batuta del ministro José Luis Escrivá, ha dado una vuelta de tuerca al sistema público para tratar de apuntalar su balance de ingresos y gastos, y prepararse para el reto que representará la jubilación de la generación de los 'baby boomers'. Esta semana ha remachado el último clavo de su obra, que ha ido estructurando durante los últimos cuatro años.

Estas son las líneas maestras del nuevo mecanismo de cálculo de las pensiones

¿Cómo afecta a los pensionistas?

  • Pensiones ligadas a la esperanza de vida. Antes de que el ministro Escrivá colocara la primera piedra de su reforma, se encargó de retirar algunas de las que se encontró del anterior Gobierno del PP. Antes incluso de que entrara en vigor, el actual Ejecutivo eliminó el conocido como 'factor de sostenibilidad'. Un mecanismo según el cual el importe de las pensiones, a partir del 2027, hubiera quedado ajustado según la esperanza de vida. A más años, menor importe de la pensión. Según cálculos del actual Gobierno, la pérdida de poder adquisitivo acumulada para los pensionistas sería del 30% en los próximos 30 años.
  • Pensiones contributivas ligadas al IPC. Esta fue la fórmula que pactó Escrivá con patronal y sindicatos. Ya desde el 2022 y de manera indefinida, cada año las prestaciones contributivas subirán lo que suba la inflación, blindando así el poder adquisitivo de los pensionistas. Hasta ahora era el criterio del Ejecutivo del momento el que decidía cuánto subían las prestaciones cada año. Ahora depende de los datos del IPC. Este es el motivo por el cual las cuantías de las prestaciones han subido este año un 8,4%, en la misma proporción que los precios. En caso de que más adelante hubiera algún año con la inflación negativa, la ley blinda que las pensiones no subirían, pero tampoco bajarían.

Pensiones mínimas a criterio del Gobierno. Hasta ahora las pensiones mínimas, tanto contributivas como no contributivas, subían cada año en función de lo que dispusiera el Ejecutivo de turno en su ley de Presupuestos Generales del Estado. Habitualmente se guiaban por la evolución del coste de la vida y de la economía, pero también influía la mayor o menor carestía en las arcas públicas.

Pensiones mínimas blindadas. La nueva reforma de Escrivá pasa a establecer un suelo mínimo para las pensiones, algo que no existía hasta ahora. A partir del 2027, el Gobierno se compromete a que la cuantía de las pensiones contributivas mínimas no pueda ser inferior al 60% de la renta mediana a un hogar compuesto por dos adultos. Dicha referencia es la que se utiliza habitualmente para medir el umbral de la pobreza. Y las mínimas no contributivas deberán alcanzar el 75% de la renta mediana equivalente para un hogar unipersonal para ese mismo año.

El balance para los actuales pensionistas de la nueva reforma del Gobierno es positivo. La nueva estructura introduce una serie de mecanismos automáticos que restan discrecionalidad a los ejecutivos de turno, con la voluntad de blindar la reforma más allá de la actual legislatura. Su poder adquisitivo queda mayoritariamente protegido, mientras las críticas de la oposición se centran en la cantidad de recursos públicos que el Estado deberá comprometer cada año para hacer eso posible.

¿Cómo afecta a los trabajadores?

Jubilación a los 67 años. La nueva reforma de las pensiones no modifica la edad legal a la que pueden jubilarse los trabajadores españoles. Actualmente esta es de 66 años y 4 meses, cifra que irá subiendo progresivamente hasta ubicarse en 2027 en los 67 años. Esta es la edad a la que pueden retirarse los trabajadores si quieren cobrar el 100% de su prestación.

Incentivos para trabajar más años. Una cosa es la edad legal de jubilación y la otra es la edad efectiva. Y es que muchos españoles deciden avanzar su retiro, asumiendo una cierta penalización sobre su futura pensión. Ahora los trabajadores cobrarán un 4% más de pensión por cada año que pospongan su retiro. Antes dicho premio era del 2%. O podrán cobrar un cheque de entre 4.786 y 12.060 euros por cada año más de vida laboral. Por otra parte, ya no es legal obligar a un trabajador a jubilarse.

Jubilación anticipada. Hasta ahora cuando una persona se decidía a anticipar su jubilación la Seguridad Social aplicaba una serie de coeficientes reductores que calculaban cuanto bajaba la pensión. Estos coeficientes se calculaban de manera trimestral.

Penalización por retirarse antes. Ahora los coeficientes reductores se calculan mes a mes y son más altos al principio. Lo que empuja a retrasar, como mínimo unos meses, la prejubilación. También suben ostensiblemente las penalizaciones para las prejubilaciones entre los trabajadores con salarios más altos, pero estas no entrarán en vigor hasta el 2024 y lo harán gradualmente.

La pensión, en función de los últimos 25 años cotizados. Hasta ahora la cuantía de las pensiones se calculaba en base al sueldo que haya tenido el trabajador durante los últimos 25 años de su vida laboral. Esta cifra ha ido ampliándose en los últimos años. La última reforma de pensiones del PSOE, aprobada en 2011 en los últimos coletazos del segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, se amplió de 15 a 25 años el periodo de cómputo, lo que representó un recorte de pensión para gran parte del colectivo.

Escoger entre 25 y 29 años. Ahora los futuros jubilados podrán escoger entre mantener el actual periodo de cómputo de 25 años o ampliarlo a 29 años y descontarlos los peores 24 meses de cotización para calcular su pensión. Este último punto puede beneficiar a aquellos empleados con carreras laborales más discontinuas. No obstante, a partir del 2040 todo el mundo deberá calcular su futura pensión en función de los últimos 29 años cotizados, descontando dos.

Menos dinero en el bolsillo. La nueva reforma de las pensiones supone un leve aumento de las cotizaciones sociales para los trabajadores. Para un salario de 2.000 euros brutos al mes, deberá pagar 10 euros más cada mes a la Seguridad Social. A partir del 2029 esta cuota se duplicará y ese mismo salario cotizará 20 euros más al mes.

Mayores pensiones máximas. Más cotizaciones hoy representan más pensiones mañana. Si bien el Gobierno rebaja el principio de contributividad para las prestaciones más altas. Es decir, subirá más el dinero que deberán aportar empresa y trabajador que el que luego pondrá el Estado para aumentar su pensión máxima. Estas subirán cada año, como todas, según el IPC. Y a ello deberá sumarse un 0,115% adicional cada año (10 veces menos que las bases máximas) sobre la pensión máxima que hoy es de 3.058,81 euros al mes.

La nueva reforma de las pensiones es negativa para aquellos trabajadores que pretendieran jubilarse antes de la edad legal. Especialmente para aquellos más prematuros y que el retiro obedezca a causas voluntarias. Por el otro lado, aquellos profesionales que quisieran alargar su vida laboral ahora tienen más incentivos y les quedará una mejor pensión cuando finalmente se retiren. Y, en general, supone una leve 'mordida' en el bolsillo de todos los trabajadores.

¿Cómo afecta a las empresas?

La nueva reforma de las pensiones introduce una serie de nuevas obligaciones para las empresas, que aumentan su contribución al erario público. Principalmente para las grandes compañías, donde hay una mayor proporción de sueldos altos. A partir de ahora se introducen nuevas cotizaciones para alrededor de 1,2 millones de empleados, que correrán a cargo de sus empleadores.

  • Subida de bases máximas. Actualmente no todos los salarios cotizan por su integridad. A partir de los 4.495 euros brutos al mes el empresario deja de cotizar por ellos. Ahora Escrivá, de forma progresiva y hasta el 2050, subirá dichas bases a tenor de 1,2 puntos cada año, además de lo que suba el IPC.
  • Tasa de "solidaridad". A ese aumento de bases, el Gobierno añadirá una tasa sobre la parte restante del salario que se queda sin cotizar. A partir del 2025 impondrá un tipo del 1%, que luego irá creciendo en un 0,25% cada año hasta 2045, hasta llegar al 6%. Este recargo no generará ningún derecho, como una mayor pensión.
  • Subida del MEI. De la misma manera que a los trabajadores se les subirá la cotización que hasta ahora pagaban del Mecanismo de Equidad Intergeneracional, esta también repercutirá en las empresas. De hecho, del incremento planteado de 1,2 puntos, 0,2 puntos corren a cargo del trabajador y 1 punto a cargo de la empresa.
  • El Periódico de España

    Textos: Gabriel Ubieto
    Coordinación: Rafa Julve