El año del

#SeAcabó

Con motivo del 8M, cuatro especialistas pasan revista a qué ha finalizado realmente con el 'se acabó' y qué queda pendiente en la batalla contra la desigualdad

El año del

#SeAcabó

Cuatro especialistas revisan qué discriminaciones han desaparecido y qué retos persisten

Por Patricia Martín

El grito ‘se acabó’ en rechazo al beso no consentido de Luis Rubiales se ha convertido en el revulsivo del feminismo. Las mujeres han dicho alto y claro que ya basta de violencias machistas, incluidas las de menor intensidad, pero también a la brecha laboral y salarial, a los desequilibrios en los cuidados y al patriarcado todavía imperante.
Con motivo del 8M, Día de las Mujeres, exploramos de la mano de cuatro expertos qué ha significado el ‘se acabó’ y qué avances demuestra la denuncia de la futbolista y el apoyo social posterior, el cual ha contribuido a destapar nuevas acusaciones de agresiones sexuales y acoso a famosas y anónimas.
Las cuestiones planteadas son las siguientes:
1. ¿Qué consideran que realmente se ha acabado en la lucha contra el machismo?
2. ¿Qué retos quedan todavía pendientes?

Los expertos apuntan a que existe una mayor concienciación y denuncia de las violencias machistas, pero también una preocupante reacción del neomachismo, que cala con fuerza entre los hombres jóvenes

Dolores Pulido

Activista feminista y miembro de Novembre Feminista y Ca la Dona

"El 'se acabó' identifica una agresión que años atrás no habría provocado respuesta"

🟢 ¿Qué se ha acabado?

La respuesta al beso no consentido ha visibilizado una concienciación generalizada en contra de las violencias machistas. Supone un avance porque evidencia una identificación y una respuesta a una agresión que, años atrás, no se habría producido de esta manera.

Entre otras razones, hemos llegado hasta aquí porque ha habido un movimiento feminista que denuncia las violencias; pide la transformación de las mentalidades y exige a las administraciones que proporcionen recursos en todas las fases, desde la prevención, a la atención y recuperación de las víctimas. Un movimiento que ha conseguido conectar con los malestares de las mujeres y otras identidades disidentes con los mandatos del patriarcado.

🔴 ¿Qué no se ha acabado?

Uno de los principales retos pendientes es la prevención de las violencias en el sistema educativo y en las empresas. Y sigue siendo necesario dotar de más recursos la asistencia jurídica en las comisarías, las herramientas que miden el riesgo, la formación de todo el circuito de atención, la creación de centros referentes en violencias sexuales y la ampliación de las casas de acogida.

En otros ámbitos, todavía persiste una brecha salarial y laboral significativa, que requiere políticas activas y la implementación de planes de igualdad. Y hay que derogar la ley de extranjería que apuntala la discriminación estructural de las mujeres migradas, que tienen más riesgos a la hora de denunciar violencias. Las administraciones deben cumplir con el concepto de diligencia debida, no mirar para otro lado y mantener el lenguaje inclusivo. No nombrar es invisibilizar.

Amanda Mauri

Foto: Xavier Jubierre

Foto: Xavier Jubierre

Escritora, especialista en género y autora de 'Museo de las ausentes'

"Las reacciones colectivas
son como un escape de agua
que lleva a la inundación"

🟢 ¿Qué se ha acabado?

‘Se acabó’ surge en un contexto concreto, pero impulsa una reacción transversal. Muchas y muchos leyeron el beso de Rubiales como un síntoma, la punta del iceberg de una dinámica de poder viciada por el machismo. El valor del ‘se acabó’ fue entender un gesto individual como parte de una coreografía social más amplia.

Las reacciones colectivas y aparentemente espontáneas (pienso también en el ‘Ni una menos’) nacen como revulsivos. No resuelven el problema ni ofrecen un análisis matizado. Son pequeñas fisuras, boquetes que abren el camino a discusiones más ricas y a reflexiones más ponderadas. Como el escape de agua que lleva a la inundación. Esto es la resistencia: una concatenación de gestos espontáneos que nacen fruto de una tensión constante con el poder, que logran asentarse y madurar y, así, alterar la forma en la que el poder opera.

🔴 ¿Qué no se ha acabado?

El feminismo es un movimiento social, un lenguaje, una mirada más justa. Pero, ante todo, debería ser una utopía colectiva. Cometemos un error si olvidamos el potencial aglutinador del feminismo, su capacidad de servir como base desde la que articular demandas y proyectar avances. Avances que no queden reducidos a una concepción errónea del feminismo como un ‘asunto de mujeres’ ni excluyan a otras mujeres y expresiones de género.

Quiénes somos depende de quiénes somos para los demás, qué formas de existencia son reconocidas, qué vidas son más o menos dignas. Un marco social feminista da espacio a que surjan modelos de conducta y formas de expresión más justas, libres, éticas y vinculadas entre sí. El movimiento feminista puede y debe ocuparse del conjunto de la sociedad. Puede y debe ampliar las fronteras del imaginario social y construir alianzas en favor de un horizonte más justo y libre.

Octavio Salazar

Jurista, miembro de la red feminista de Derecho Constitucional y experto en nuevas masculinidades

"Es urgente adoptar políticas en
contra de las posiciones neomachistas de los jóvenes"

🟢 ¿Qué se ha acabado?

El grito 'se acabó' ha supuesto dar visibilidad a unas violencias estructurales que durante siglos han estado ocultas y es fruto de un proceso progresivo de concienciación sobre una de las consecuencias más brutales de la cultura machista. El que las violencias se hayan incorporado al debate público ha generado una cierta presión sobre las instituciones y ha empezado a marcar una línea roja antes inexistente sobre comportamientos hasta hace poco tolerados.

Entiendo que este cambio progresivo está permitiendo que las mujeres se sientan más respaldadas y acompañadas ante la tesitura de denunciar los abusos y de perder el miedo a plantar cara a situaciones insoportables.

🔴 ¿Qué no se ha acabado?

Señalaría dos carencias esenciales. A pesar de tener en vigor una ley más que positiva, la conocida como la 'ley del sí es sí', sigue sin ejecutarse buena parte de lo previsto por ella en materia de prevención y muy singularmente en lo relativo a la atención a las víctimas. De la misma manera que sigue estando pendiente la obligada educación sexual desde la igualdad.

La segunda carencia tiene que ver con el limitado efecto que de momento está teniendo el movimiento en la transformación de los hombres, en que nos sintamos interpelados y asumamos la responsabilidad en el cambio de un orden cultural que nos privilegia. Por el contrario, parecen consolidarse posiciones reactivas y neomachistas, sobre todo entre los más jóvenes. Es urgente que se adoptan políticas educativas y socializadoras que pongan el foco en los chicos.

Isabel Muntané

Foto: Carlos Valbuena

Foto: Carlos Valbuena

Codirectora del Máster de Género y Comunicación de la UAB

"Los eslóganes no sirven
para cambiar las condiciones
de desigualdad"

🟢 ¿Qué se ha acabado?

El 'se acabó' se ha convertido en un himno feminista pero tenemos que ir con cuidado porque a veces nos quedamos con los eslóganes y esto no sirve para cambiar radicalmente las condiciones de desigualdad y de discriminación. 'Se acabó' ha conseguido unirnos a las mujeres en un desafío al silencio al que nos tenían sometidas y ha dado pie a los relatos de mujeres famosas y anónimas explicando las agresiones sexuales que han sufrido.

Pero, ¿realmente hay un cambio de conciencia? Creo que el 'se acabó' molesta, al igual que molesta el feminismo. Hemos avanzado pero debemos preguntarnos hasta dónde, porque hay un ataque de los grupos antigénero y de extrema derecha.

🔴 ¿Qué no se ha acabado?

Uno de los retos fundamentales es poder contrarrestar los mensajes misóginos, LGTBIfóbicos y de extrema derecha, que inundan las redes y lamentablemente son seguidos por la juventud, que se informa con youtubers y ticktokers y da valor a sus discursos, lo que supone un gran peligro. Tenemos que mirar a la gente joven porque son los que vienen detrás. Tenemos que escucharlos, saber qué necesitan, conseguir que sean nuestros aliados.

Es fundamental poner atención en los chicos, no puede ser que vean el feminismo como una amenaza, porque es lo que interesa a la extrema derecha. El feminismo ha de poder llegar a ellos, con una pedagogía amable, que sea inclusiva y que llegue a la gente joven, o vamos a perder la lucha feminista.