Baleares

Ruido, furia y caos de tráfico en Ibiza para ver la puesta de sol en es Vedrà

Irene Vila

El día en el que acudimos al mirador de es Vedrà para este reportaje -el pasado martes 9 de agosto- el sol se ponía en la línea del horizonte a las 20.57 horas. Una hora y media antes, el aparcamiento habilitado cerca del mirador principal, con capacidad para cincuenta turismos y veinte motocicletas, ya está completo y los coches empiezan a acumularse en los accesos. «Parece que he llegado tarde», se lamenta Zoe, una catalana que trabaja en la isla y que ha aprovechado su único día libre para acercarse al mirador: «El parking es muy pequeño y no hay nadie organizándolo. La gente aparca en doble y triple fila y se acabará liando». Y nos pide si nos podemos adelantar hasta el descampado que sirve como aparcamiento para ver si «todavía hay algún espacio vacío o si mejor doy media vuelta».