Vecinos de aldeas ucranianas resisten más de tres meses solos en refugios

Volodímir se emociona al salir del refugio en el que vive como puede desde que comenzó la guerra, hace más de tres meses. Es de los pocos que queda en Tsyrkuny, una aldea cercana a la ciudad ucraniana de Járkov, donde decidió quedarse pese a que pudo ser evacuado de esta zona poco segura. Este hombre de 61 años lleva tanto tiempo sin ver a alguien, más allá de alguno de sus pocos vecinos, que le saltan las lágrimas cuando ve gente que acude a esta localidad durante el reparto de ayuda humanitaria de la organización Mova Life, que significa Lenguaje de Vida en una mezcla entre ucraniano e inglés. En la oscuridad de este sótano, con una tenue luz gracias a una batería de coche, y sobre uno de los sofás que también sirve de cama, relata a varios periodistas lo vivido en estos más de noventa días desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania.