CONFERENCIA DE SEGURIDAD DE MÚNICH

Las lágrimas del presidente de la cumbre de Múnich por la situación diplomática de Europa con Estados Unidos

PI STUDIO

En Múnich ha acabado una Conferencia Internacional de Seguridad que, visto lo visto, da paso a un periodo de una gran inseguridad mundial. Quizás por eso el responsable máximo de esa conferencia lloraba desconsolado al dar por clausurado el evento. "Putin huele la debilidad, sólo entiende la fuerza", decía Christoph Heusgen, presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich. "Después del discurso del vicepresidente Vance tenemos que temer que nuestra base de valores comunes ya no sea tan común", ha añadido. Y justo antes de terminar su discurso de cierre, el veterano diplomático alemán se desplomaba. Lágrimas de decepción ante este nuevo orden mundial que la llegada de Donald Trump ha precipitado, como se ha podido ver estos tres días de imposición de aranceles, cuestionamiento de la democracia en el Continente y ninguneo a Bruselas en las negociaciones de paz para Ucrania. En horas, la Unión Europea ha pasado del estupor a la indignación. Ahora busca una respuesta conjunta. La reunión en Múnich de titulares de Exteriores de la Unión ha sido la antesala de esa reacción que seguirá en París con una cumbre de líderes europeos promovida por Macrón. Han confirmado asistencia, de momento, Alemania, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Polonia y también España. Les acompañarán los presidentes de la Comisión Europea, Von der Leyen, y del Consejo Europeo, Antonio Costa, y el secretario general de la OTAN, Rutte.