MÚSICA

Entramos en 'la guarida' de Valeria Castro: sabia canaria y médula volcánica

PI STUDIO

Existe una casa a la que sólo pueden acceder determinadas personas. No es que sea un lugar únicamente apto para valientes, pero aquí hay que entrar a pecho descubierto. No se preocupen por el frío: aunque la piedra es oscura, la luz se cuela entre los visillos con suma facilidad. Tiene las paredes blancas y la pulpa turquesa. Huele a mar, a plátano, a lava. Cada vez que alguien la pisa, la empatía se impone de inmediato. Y, por muy pequeñito que uno se perciba, se cuela una brisa capaz de templar cualquier nervio.