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EL PASADO 21 DE SEPTIEMBRE

El arzobispo de Toledo, sobre la detención del cura por posesión de drogas: "Dolor e inmensa tristeza"

En la tarde del pasado lunes tuvo lugar la inauguración del curso académico en los seminarios de la archidiócesis, y el arzobispo aprovechó para mandar un mensaje a los fieles con la polémica todavía en boca de todos

Inauguración del curso académico 2025-2026 en los seminarios de la archidiócesis

Inauguración del curso académico 2025-2026 en los seminarios de la archidiócesis / Archidiócesis de Toledo

Juan Luis Martín

Juan Luis Martín

Las apariencias (en ocasiones), como se suele decir, engañan. Y ello es lo que ocurrió en su máxima expresión el pasado domingo 21 de septiembre cuando fue detenido un sacerdote de la Archidiócesis de Toledo en la localidad malagueña de Torremolinos, por posesión de drogas. El cura era, hasta su reciente detención, el director del Instituto Superior de Estudios Teológicos San Ildefonso, entre otros cargos.

Algo más de una semana más tarde, en la tarde del pasado lunes 29, el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, lanzó un mensaje a los fieles en la inauguración del curso académico 2025-2026 en los seminarios de la archidiócesis.

"Acontecimientos que nos han llenado de dolor y tristeza"

El discurso del arzobispo estuvo marcado por un mensaje humano y de perdón. Apeló a la coherencia evangélica, especialmente tras los "acontecimientos que nos han llenado de dolor y de inmensa tristeza".

Además, añadió que "tenemos muy claro que queremos ser sacerdotes. Pastores bien formados y que sean capaces de vivir en medio de sus dificultades y debilidades, incluso de sus pecados y miserias. Y el objetivo de la formación del seminario no es otro que alcanzar la santidad".

Si un seminario no hace santos, ¿para qué los queremos?

Francisco Cerro Chaves

— Arzobispo de Toledo

"Siempre pedimos perdón. Pero siempre con la esperanza cierta de saber que estamos a vuestro lado, construyendo para que alcancemos la santidad", añadió.

Por último, acabó su discurso detallando que "el Señor nos llama a ser pastores, a entregar nuestra vida a los demás, a vivir con coherencia evangélica, también desde nuestra debilidad, pecado y miseria".

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