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Diez pueblos y 9.000 vecinos de Toledo, sin agua potable: el grifo no es apto para consumo por una avería

La avería de la bomba y la bajada de nivel de la presa del río Pusa ha provocado grandes contratiempos a los residentes de 10 municipios

Una avería deja sin agua potable a 10 pueblos de Toledo

Una avería deja sin agua potable a 10 pueblos de Toledo / Freepik

Una avería y la alta concentración de hierro han dejado sin agua potable a diez pueblos y 9.000 vecinos de la Mancomunidad del Río Pusa, en la provincia de Toledo. La presa hidráulica abastece a los siguientes municipios: Espinoso del Rey, La Pueblanueva, Los Navalmorales, Malpica de Tajo, Retamoso de la Jara, San Bartolomé de las Abiertas, San Martín de Pusa, Santa Ana de Pusa, Torrecilla de la Jara y Villarejo de Montalbán.

El pasado miércoles, el ayuntamiento de San Bartolomé de las Abiertas emitió un bando para alertar a la población de la situación: "La Alcaldía de este Ayuntamiento hace saber que por parte de la Mancomunidad del Río Pusa se ha comunicado que una vez efectuados análisis del agua potable en la salida de la planta, se ha detectado una cantidad elevada en los valores de hierro, por lo que el agua no es apta para el consumo humano", publicaron.

"Se ruega a los vecinos abstenerse de utilizar el agua del abastecimiento para el consumo humano y otros usos domésticos, como lavar o cocer alimentos", añadieron.

Sin fecha de solución

El presidente de la Mancomunidad y alcalde de San Bartolomé de las Abiertas, Esteban Benito Blázquez, atiende a la CRónica y afirma que "de momento no se ha solucionado el problema".

El contratiempo se debe a dos factores: la bomba que extrae el agua se ha averiado y la bajada de nivel de la presa debido a la falta de lluvia ha concentrado el hierro. Algo que suele ocurrir, ya que, como explica Esteban Benito, se encuentra en una zona "pizarrosa".

El alcalde de San Bartolomé de las Abiertas espera que todo se resuelva "la semana que viene", aunque incide en que "dependemos de la empresa suministradora".

Esteban Benito recalca que "está totalmente prohibido usar agua para beber o cocinar". No obstante, se puede utilizar para ducharse y lavar la ropa, pero, eso sí, el agua del grifo tiene un color marrón "no muy intenso": "La ropa blanca puede que no quede bien", apunta.

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