Los cuervos son capaces de reconocer formas geométricas

Los científicos descubrieron que al menos una especie de cuervo tiene la capacidad de reconocer la regularidad geométrica: las pruebas continuas mostraron que las aves tenían cierta comprensión de los ángulos rectos, las líneas paralelas e incluso algún grado de simetría.

Una investigación realizada en la Universidad de Tübingen, en Alemania, muestra que los córvidos, específicamente los cuervos negros (Corvus corone), poseen la capacidad de reconocer la “regularidad geométrica”, una habilidad hasta ahora atribuida únicamente a los seres humanos. El nuevo estudio fue publicado recientemente en la revista Science Advances.

En los experimentos realizados, los investigadores mostraron a dos cuervos seis figuras geométricas simultáneamente en una pantalla digital, y les enseñaron a picotear un elemento que se diferenciaba del grupo, recibiendo una recompensa alimentaria por cada respuesta correcta. 

A pesar de incrementar progresivamente la dificultad, los pájaros mantuvieron un alto nivel de precisión al identificar variaciones sutiles en ángulos, líneas paralelas y simetrías. Según un artículo publicado en Phys.org, estos hallazgos sugieren que el entendimiento de conceptos básicos de geometría no es exclusivo de las especies con corteza cerebral similar a la humana, y abren nuevas vías para explorar los mecanismos neuronales en aves y la evolución de la cognición animal.

Habilidades sorprendentes

Se sabe que los cuervos son considerados entre las especies más inteligentes del reino animal, equiparables en ciertas pruebas a niños de entre cinco y siete años de edad. Ahora, han demostrado habilidades de reconocimiento geométrico que confirman que estas capacidades no dependen de un córtex cerebral similar al humano, sino que pueden surgir mediante distintas estructuras neuronales en las aves.

Para examinar el razonamiento geométrico en cuervos, los investigadores colocaron a dos machos de cuervo negro frente a una pantalla digital. En cada prueba aparecían seis figuras: cinco compartían un rasgo geométrico común y una era la “intrusa”, por su forma diferente. 

En las pruebas iniciales las diferencias eran evidentes, facilitando el aprendizaje del criterio de selección, según informa Smithsonian Magazine. Con el progreso del experimento, los científicos reemplazaron las figuras por cuadrados, paralelogramos y otros cuadriláteros irregulares, exigiendo un discernimiento más fino de elementos geométricos. Cada elección correcta era premiada con un gusano de la harina o un gránulo de semilla, para reforzar el comportamiento deseado.

Para la navegación y la orientación

Incluso al aumentar la complejidad de las pruebas, los cuervos mantuvieron una tasa de acierto claramente por encima del azar, demostrando comprensión de conceptos como el tamaño de los lados, ángulos y paralelismo. Incluso después de retirar las recompensas, los individuos continuaron identificando correctamente el elemento atípico, un dato que indica un aprendizaje contundente y una representación mental de las propiedades geométricas.

Los autores del estudio sugieren que la capacidad para distinguir formas geométricas podría ayudar a los cuervos en tareas como la navegación y la orientación durante el vuelo. Además, esta habilidad podría facilitar la búsqueda de alimento y el reconocimiento de otros congéneres por rasgos faciales específicos.

Desde una perspectiva evolutiva, la aparición de esta competencia en aves y primates plantea que ciertas habilidades cognitivas complejas pueden evolucionar de manera similar en linajes muy distintos, incluso requiriendo estructuras cerebrales y neuronales diferentes.