Microbiología / Ciencias Forenses

Una bacteria podría resolver los crímenes ligados a agresiones sexuales

El microbioma genital único de una pareja sexual podría ser útil para identificar a los autores de agresiones o delitos sexuales

El "sexoma" es la firma microbiana única que identifica a una pareja sexual.

El "sexoma" es la firma microbiana única que identifica a una pareja sexual. / Crédito: D. Bliss/NIH/Flickr/CC BY 2.0.

Redacción T21

Una especie bacteriana única, conocida como “sexoma”, se transfiere entre individuos durante las relaciones sexuales. Estas firmas microbianas podrían servir como evidencia forense, incluso cuando no existan marcadores de ADN tradicionales, transformándose en una herramienta clave para la resolución de delitos que involucren agresiones sexuales.

Una investigación liderada por Brendan Chapman, de la Universidad Murdoch, en Australia, sugiere que la firma microbiana que identifica a una pareja que ha tenido relaciones sexuales, denominada "sexoma", podría transformarse en una prueba concreta para resolver delitos de carácter sexual y determinar con certeza la participación o culpabilidad de una persona.

Según el nuevo estudio, publicado en la revista iScience, es conocido en la ciencia forense que la detección de transferencias de material físico y biológico es un paso fundamental para establecer pruebas de participación criminal. En ese marco, las firmas bacterianas únicas del sistema reproductivo que se transfieren durante una relación sexual brindan una nueva herramienta para la investigación criminal. 

La firma microbiana sexual

Los investigadores pudieron demostrar esta transferencia utilizando la secuenciación completa del gen 16S rRNA, que se emplea para codificar el ARN o ácido ribonucleico con el propósito de identificar y comparar microbios. De esta manera, son capaces de extraer el microorganismo que identifica a la unión sexual entre dos personas o "sexoma", entre una amplia diversidad de especies microbianas que se transfieren durante el contacto sexual.

Además, analizaron diversos aspectos relacionados como el impacto de los anticonceptivos de barrera (preservativos) o la necesidad de que se concrete el coito para producir el sexoma, que no tiene lugar por ejemplo en prácticas como el sexo oral. Las firmas microbianas que identifican al acto sexual pueden ayudar potencialmente en los casos de agresión sexual para la identificación del perpetrador, especialmente cuando no hay ADN masculino humano disponible. 

“Esta investigación se basa en el concepto forense de que todo contacto deja un rastro: hasta ahora, pocos estudios han explorado los microbiomas vaginales y del pene en un contexto forense. Nuestro estudio demuestra que podemos observar rastros microbianos en los microbiomas genitales de las parejas heterosexuales después del sexo”, indicó Chapman en una nota de prensa.

Pruebas de delitos sexuales

En las pruebas realizadas con parejas, los científicos apreciaron que al utilizar preservativo la mayor parte de la transferencia microbiana se produjo de la mujer al hombre. Lograron confirmar que puede tratarse de una herramienta prometedora para realizar pruebas a un agresor después de un hecho violento. 

También confirmaron que pueden existir marcadores microbianos que detecten el contacto sexual, incluso cuando se usa preservativo. En concreto, verificaron que la firma bacteriana única de un participante podía identificarse en la muestra de su pareja sexual después de la relación, más allá del empleo de condones.

A pesar de estos avances, aclararon que la aplicación del sexoma en casos de agresión sexual todavía está en sus inicios. Es imprescindible comprender por completo los factores externos que pueden tener impacto en la diversidad microbiana tanto de hombres como de mujeres, en un conjunto de cuestiones que los especialistas seguirán analizando en futuros estudios.

Referencia

Bacterial transfer during sexual intercourse as a tool for forensic detection. Ruby Dixon, Brendan Chapman et al. iScience (2025). DOI:https://doi.org/10.1016/j.isci.2025.111861