Arqueología genética

El ADN revela los secretos del padre de la genética moderna 200 años después de su nacimiento

Gregor Mendel tenía variantes genéticas relacionadas con la diabetes, problemas cardíacos y enfermedades renales

Estatua de GJ Mendel en los terrenos de la Abadía de los Agustinos en Brno (Chequia).

Estatua de GJ Mendel en los terrenos de la Abadía de los Agustinos en Brno (Chequia). / Martín Indruch/Universidad de Masaryk.

Redacción T21

Mendel sufrió toda su vida un trastorno psicológico o neurológico que le provocó crisis nerviosas muy graves, revela el análisis de ADN del padre de la genética moderna, obtenido de su tumba en el 200 aniversario de su nacimiento.

Doscientos años después de su nacimiento, los científicos han secuenciado el ADN del que fuera el padre de la genética moderna y descubierto que Johann Gregor Mendel, fallecido el 6 de enero de 1884 en Brno, una ciudad de la actual República de Chequia, había sufrido durante toda su vida algún tipo de trastorno psicológico o neurológico que le provocó crisis nerviosas muy graves.

La secuenciación de su ADN reveló variantes genéticas relacionadas con la diabetes, problemas cardíacos y enfermedades renales. La variante que más intrigó a los investigadores se encontró en un gen que se ha asociado con epilepsia y problemas neurológicos, informó la Universidad checa de Masaryk, que ha liderado esta investigación.

Los científicos descubrieron también que Mendel tenía un volumen cerebral superior a la media de 1.580 centímetros cúbicos y que, aunque había muerto a la edad de 62 años, su edad biológica era de 65 años. Comprobaron asimismo que medía 167 centímetros de alto y que su talla de zapatos era de 27 centímetros.

Un fraile para la historia

Gregor Mendel fue un fraile agustino, profesor y científico aficionado que describió los principios de la herencia basándose únicamente en el trabajo que realizó en el jardín de su monasterio durante las décadas de 1850 y 1860.

Aunque Mendel no sabía nada de genes, cromosomas o genomas, sentó con su trabajo las bases de la genética moderna.

Su trabajo se inició con 22 plantas de guisantes de jardín (Pisum sativum) que polinizó él mismo. Mendel cruzó esos especímenes y su progenie muchas veces, produciendo más de 10.000 plantas durante ocho años.

Clasificó las plantas de cada ciclo de polinización según diversas características, como el color y la forma de las semillas y la posición de las flores.

Al analizar estos datos, Mendel descubrió que ciertos rasgos (por ejemplo, la forma y el color) pasan de una generación a la siguiente, explica al respecto la revista Investigación y Ciencia con motivo del aniversario de su nacimiento.

Consentimiento vaticano

Para llevar a el análisis de ADN del científico, el grupo de médicos que acometió la tarea tuvo que obtener previamente la aprobación de los agustinos, nombre de la orden religiosa a la que pertenecía Mendel. La solicitud fue de Brno a Praga, luego de Praga a Roma, desde donde finalmente se emitió la autorización para la exhumación y análisis genético.

“Mendel fue una personalidad renacentista absolutamente excepcional, multidisciplinar y con ideas adelantadas a su tiempo. Por eso también hemos dado nuestro consentimiento a la exhumación y la investigación científica, para que su legado siga vivo y sea conocido por el público. La República Checa, la humanidad, pero especialmente el mismo Mendel, claramente lo merecen. Sobre todo porque no recibió reconocimiento científico durante su vida”, declaró al respecto Paul Graham, elegido en 2019 Asistente General del Consejo General de la Curia General Agustiniana.

Una vez concedida la autorización se procedió a la excavación y se sacaron cinco ataúdes de un sepulcro que, además, según las inscripciones grabadas en la lápida, debía contener sólo cuatro.

En el ataúd de GJ Mendel se encontró un periódico de octubre de 1883.

En el ataúd de GJ Mendel se encontró un periódico de octubre de 1883. / Šárka Pospíšilová/Universidad de Masaryk.

Tumba agustina

El ataúd, en el que se identificaron los restos del propio GJ Mendel mediante análisis posteriores, se extendía bajo los cimientos de la tumba, por lo que los arqueólogos tuvieron que excavar hasta 2,5 metros de profundidad.

Los investigadores necesitaron asegurarse de que el ataúd de metal ubicado en la parte inferior fuera efectivamente el de Gregor Mendel: un cabello encontrado en uno de sus viejos libros de astronomía permitió hacer una comparación decisiva.

Estaría feliz

Según Daniel Fairbanks, genetista y biógrafo del científico, Mendel sin duda hubiera apreciado mucho que lo sacaran de su sueño eterno para ser analizado de esta manera.

"Por lo que sé de él, podría haber estado muy feliz por eso, pero no podemos preguntarle directamente".

“Creemos que sería muy feliz”, añade Šárka Pospíšilová, vicerrectora de la Universidad de Masaryk, señalando que justo antes de su muerte Mendel había pedido que le hicieran una autopsia detallada de su cuerpo, por lo que no tenía nada en contra de que él mismo se sometiera a un análisis genético.

Casi dos docenas de científicos han estado involucrados en la investigación relacionada con Gregor Johann Mendel. Participaron expertos de las facultades de Artes, Ciencias y Medicina de la Universidad de Masaryk, así como científicos del Instituto Tecnológico de Europa Central (CEITEC).