Nullius in verba (2)

Halcones y palomas sobrevuelan la política española, según la ciencia

La Teoría de Juegos descubre cadáveres políticos por comportamientos que se pueden predecir

Congreso de los Diputados, Madrid.

Congreso de los Diputados, Madrid. / Jordi Escuer.

EDUARDO COSTAS (científico) y EDUARDO MARTÍNEZ (periodista científico)

La Teoría de Juegos permite distinguir comportamientos de halcones y palomas en la dinámica parlamentaria: se pueden rastrear en los comportamientos de los partidos como estrategia electoral. A veces, esta estrategia conduce al suicidio. Ya hay cadáveres políticos en el escenario, víctimas de comportamientos que la ciencia puede prevenir.

Ya

hemos visto

que la Teoría de Juegos es una poderosa herramienta matemática que permite evaluar las decisiones de los dirigentes: ha puesto de manifiesto que hay personas más propicias que otras para escoger las mejores opciones. Y que, estadísticamente, los políticos son los menos dotados de sabiduría a la hora de decidir sobre el bien común.  

La Teoría de Juegos también ha establecido que, cuanto más inteligentes son los jugadores, más cooperan. También que cuanto mayores son sus niveles de conocimiento y formación académica, mayor es la cooperación.

La Teoría de Juegos ha analizado asimismo cómo los comportamientos políticos a lo largo de la historia han asumido planteamientos opuestos, que pueden calificarse como de halcones o palomas, según su estrategia.

En un conflicto, quienes luchan agresivamente sin parar en ningún momento hasta que ganan o son derrotados, se dice que siguen una estrategia de halcón. Por el contrario, quienes siempre negocian hasta llegar a un acuerdo, y si su oponente se empecina en luchar prefieren retirarse, siguen estrategias de paloma.

Muchas variables

En un conflicto entre halcones y palomas, los halcones pueden enfrentarse a palomas, pero también a otros halcones, mientras que las palomas pueden enfrentarse a halcones, pero también a otras palomas.

Son muchas las variables que pueden surgir combinando ambos comportamientos, cuyos desenlaces dependen de la intensidad de los enfrentamientos entre halcones y palomas, y de si son halcones los que se enfrentan a otros halcones, o de si son palomas contra palomas.

Los mayores daños siempre resultan de los enfrentamientos entre halcones, que pueden terminar amenazando a la existencia de una población. Las matemáticas de la Teoría de Juegos permiten calcular cuál es la máxima proporción de halcones que pude soportar una población. Este límite está en el 61.5%. Cuando los halcones superan esta proporción, los encuentros halcón-halcón se vuelven tan frecuentes que causan un daño significativo a la población.

Pero existe otro factor de la máxima importancia que recogen los modelos de la Teoría de Juegos: la reputación. Carl Sagan decía que, a partir de las matemáticas de la Teoría de Juegos, se infería una regla de oro: no hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti, y si lo haces, hazlo tan pocas veces que tu reputación no se vea amenazada.

Cuando se introduce la reputación en estos modelos de Teoría de Juegos, las cosas cambian: seguir estrategias de halcón compensa mucho menos, hasta el punto de que, en estos casos, adoptar estrategias de halcón más de un 38% de las veces es prácticamente un suicidio.

Estrategias mixtas

La Teoría de Juegos ha demostrado también que seguir estrategias puras (esto es hacer siempre de paloma o hacer siempre de halcón) es una mala opción. Ante los conflictos, lo mejor es adoptar estrategias mixtas, comportándose a veces como paloma y otras como halcón. E incluso sugiere que seguir estrategias mixtas de solo dos opciones (por ejemplo, halcón-paloma) tampoco es lo más acertado.

Podemos maximizar mucho nuestro beneficio en los conflictos simplemente introduciendo una alternativa más conocida en Teoría de Juegos como la opción del burgués. Seguir una estrategia mixta halcón-paloma-burgués es lo mejor, según la Teoría de Juegos.

Pero la clave de la Teoría de Juegos es que trabaja a nivel cuantitativo. Puede que no nos guste, pero las reglas que explican cómo funciona el mundo son matemáticas.

Utilizando modelos relativamente sencillos como los de halcón-paloma-burgués, en el que se tiene también en cuenta la reputación, la Teoría de Juegos es capaz de establecer predicciones muy acertadas. Los comportamientos políticos son, por tanto, matemáticamente predecibles.

Las cuentas políticas

Del análisis que hemos realizado usando la Teoría de Juegos, podemos distinguir claramente comportamientos de halcones y palomas en la dinámica parlamentaria: se pueden rastrear en los comportamientos de los partidos como estrategia electoral.

La dinámica depredador presa en la naturaleza.

La dinámica depredador presa en la naturaleza. / J_Blueberry en Pixabay.

Halcones y palomas en Madrid

Isabel Díaz Ayuso

Las estrategias extremas de halcón a las que juega Ayuso explican por qué con tanta frecuencia hace declaraciones tan irracionales como las que pronunció tras la manifestación multitudinaria en defensa de la sanidad pública que se celebró en Madrid el domingo 13 de noviembre. Dijo, literalmente, que “Sanchez quiere acabar con Occidente, con la Hispanidad, con la Unión Europea como garante de la democracia liberal y con la OTAN. No duda en aliarse con regímenes totalitarios, grupos terroristas y narcotraficantes de todo el mundo”. Declaraciones así son un buen ejemplo de lucha a muerte sin reglas, según la Teoría de Juegos.

En el otro extremo, el que fuera candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, sería una paloma. En sus 2 años y medio como ministro de Educación, impulsó el que en opinión muy mayoritaria de los profesionales fue el mejor y más ambicioso plan de educación de la democracia, un pacto social por la educación a base de diálogo y negociación, llegando a consensuar un documento que incluía 12 objetivos educativos para una década y que se concretaba en 148 medidas, así como un compromiso de financiación estable para llevarlo a cabo.

Las palomas pierden ante los halcones. Como era de esperar, Gabilondo fue barrido por Ayuso en las elecciones a la Comunidad de Madrid en mayo de 2021. Pero los halcones luchan siempre. Ayuso ya se enfrentó a Casado y ganó. Hay una probabilidad elevada de que se enfrente a Feijóo por el liderazgo del PP.

Las palomas no son así. ¿Alguien se imagina a Gabilondo peleando con Sanchez por el control del PSOE?

Halcones en expansión

La Teoría de Juegos también indica que, inicialmente, es fácil que los halcones se expandan en una población donde abundan las palomas. Cuando la crisis financiera de 2008, su solución se afrontó en toda Europa desde la ortodoxia de la austeridad.

En España, Mariano Rajoy, que asumió la presidencia del Gobierno en 2011, tuvo poca oposición a la que enfrentarse. Esta estrategia mayoritaria de palomas en el parlamento propició la rápida proliferación de los nuevos comportamientos de halcones, tanto en el seno de Vox como de Podemos, perfectamente rastreables por la Teoría de Juegos.

Tal y como predice la Teoría de Juegos, estos nuevos comportamientos de halcones se expandieron inicialmente con facilidad. Pero, donde abundan las estrategias de halcones, los conflictos son frecuentes. En Podemos, cuanto más agresiva fue su política, las luchas internas acabaron con la salida de líderes tan significados como Iñigo Errejón. En Vox, la más reciente salida de Macarena Olona y el cese de Ortega Smith, pueden interpretarse también en clave de daños por enfrentamiento entre halcones.

Especular resulta atractivo y sin duda una especulación con cierta base científica se aproxima mejor a la realidad que una especulación en base a ideologías viscerales.

El mundo es matemático

Como pretendemos analizar a los políticos desde un punto de vista científico, y la ciencia funciona “pensando en números”, lo primero que podemos intentar es ver si en el Congreso, el Senado, los Parlamentos Autonómicos, los municipios, etc., el número de políticos que siguen estrategias de halcón supera el límite máximo del 61.5%, a partir del cual la Teoría de Juegos demuestra que los conflictos son tan frecuentes que esas instituciones serían poco eficientes.

Es interesante tener en cuenta que, en vez de esta estrategia, también podrían adoptar la que maximice su propio beneficio. En el peor de los casos seguirán una estrategia que ni maximice nuestros beneficios ni los suyos. Sería una estrategia suicida.

En la siguiente entrega echaremos cuentas. Pero veremos también que no solo los políticos pueden hacer mal su trabajo. Nosotros, como votantes, también podemos caer en la misma trampa.

LOS PODERES, BAJO LA MIRADA CIENTÍFICA

 

•    Artículos para entender lo que nos pasa desde una óptica rigurosa

 

Nuestra vida cotidiana transcurre en un mundo extremadamente complejo. Entenderlo nos plantea un extraordinario reto intelectual. Los análisis dialécticos clásicos, por más elaborados que resulten, no parecen ser suficientemente capaces de explicarlo.

Mientras aumenta enormemente la dificultad de los desafíos a los que se enfrenta la humanidad, cada vez hay más adeptos incondicionales de las ideologías simples polarizadas en extremo. Numerosos bulos y fake news, teorías de la conspiración, a cuál más irracional, se abren paso atrayendo a decenas de millones de personas. Algunas de estas creencias son simplemente ridículas (por ejemplo, el terraplanismo). Pero otras (antivacunas, negacionistas del cambio climático, etc.) dificultan sobremanera la solución a retos de los cuales depende el futuro de nuestra especie.

En medio de este panorama debemos plantearnos cuán acertadas son nuestras opiniones, pero -sobretodo- cuán acertadas son nuestras decisiones.

No es una mera curiosidad académica. Interpretar lo mejor posible la realidad que nos rodea nos permite tomar buenas decisiones, algo esencial si queremos construirnos una buena vida y conseguir que la sociedad vaya mejor.

Tal vez sea hora de abordar la realidad desde un enfoque diferente.

Conocimientos para analizar la realidad

La ciencia experimental nos ha proporcionado el conocimiento más completo y fiable del que dispone la humanidad. A base de responder preguntas aplicando rigurosamente el método científico experimental, hemos conseguido proezas tales como desvelar cuál fue el origen de nuestro universo, datar con precisión cuando ocurrió, revelar la naturaleza íntima de la materia y la energía, describir lo que ocurre a velocidades próximas a la de la luz, desentrañar los misterios de la relatividad y de la mecánica cuántica, liberar la energía del átomo…

Hemos podido comprender también la esencia de la vida, descifrando el complejo funcionamiento de su maquinaria molecular y la manera en que evolucionan los organismos, escribiendo una crónica detallada de la biodiversidad durante los últimos 3.500 millones de años. Incluso nos aproximamos a la comprensión de la base material de nuestra propia consciencia y desarrollamos inteligencia artificial sobre soportes materiales no biológicos.

La ciencia triplicó nuestra esperanza de vida y nos permitió unos estándares de bienestar material impensables durante la mayor parte de nuestra existencia como especie. Por primera vez en nuestra historia no vivimos cubiertos de parásitos, tenemos analgésicos y no estamos muchos de nosotros permanentemente hambrientos.

Mejorar nuestras opciones

Si la ciencia experimental consiguió tan gigantescos logros, también podrá explicar certeramente lo que pasa en nuestra vida cotidiana, proporcionar una visión mejor de la política o la economía y ayudarnos a acertar en nuestras previsiones.

Decía Carl Sagan que una buena manera de entendernos a nosotros mismos es realizar un experimento mental imaginando que unos extraterrestres extremadamente inteligentes, tremendamente avanzados a nivel tecnológico, que para adquirir sus conocimientos solo siguen un razonamiento científico-matemático extremadamente riguroso: nos estudian a distancia sin interferir en nada con nosotros.

De hecho, ni siquiera sabríamos que nos están estudiando. Nada saben de nosotros, ni de nuestra historia, ni de nuestras ideologías, creencias o religiones. Simplemente nos analizan sin prejuicios solo en base al método científico. ¿A que conclusiones llegarían?

Eduardo Costas, científico profesional, catedrático y académico, y Eduardo Martinez de la Fe, periodista científico con una larga trayectoria, colaboran desde hace años en diversos proyectos de divulgación científica. Ahora asumen un nuevo reto: analizar, aplicando rigurosamente el método científico, diversos problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad, intentando sacar las consecuencias necesarias que nos ayuden a mejorar la vida.

Es un objetivo ambicioso que afrontamos con total humildad intelectual.

Certezas basadas en evidencias

El nombre elegido para esta nueva sección es Nullius in verba, que puede traducirse del latín como “no confíes en la palabra de nadie” y que tiene un gran significado en la historia de la ciencia. Es el lema de la Royal Society, la sociedad científica que cambió nuestra historia al resultar clave para el desarrollo del mundo moderno. Resume nuestro objetivo con esta serie de artículos de entender la vida cotidiana desde una perspectiva científica. La búsqueda de la verdad debe dejar de lado las presiones políticas, sociales o religiosas y sustentarse en hechos demostrables en vez de en la palabra, la autoridad o la fama de alguien.

Trataremos desde este enfoque temas de actualidad que a todos nos preocupan (políticos, jueces, emigración, economía…). Nos ayudará a entender. Nos ayudará a acertar en nuestras decisiones en estos tiempos de gran incertidumbre.

En los albores del siglo XX, Ortega y Gasset reflejó este momento incertidumbre con una fase célebre: no sabemos lo que nos pasa y eso es lo que pasa. Nosotros añadimos: aunque seguimos sin entender muy bien lo que pasa, queremos entender por qué nos pasa. Como veremos, las herramientas científicas son tremendamente útiles para conseguirlo.

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