Matemáticas existenciales (1)

El mayor testamento matemático de la historia surgió hace 190 años de un duelo de pistolas

En una noche, Évariste Galois revolucionó las matemáticas, impulsó la mecánica cuántica y descifró las partículas fundamentales del universo

Las matemáticas de Galois revolucionaron el pensamiento.

Las matemáticas de Galois revolucionaron el pensamiento. / Artturi Jalli en Unplash.

Eduardo Costas, catedrático de Genética, UCM

El testamento matemático de Évariste Galois, muerto en 1832 tras un duelo con pistolas, fue elaborado la última noche de su vida, llena de coraje porque tenía que asumir su muerte con solo 20 años. Escribió una carta que revolucionó las matemáticas, fue básica para el desarrollo de la mecánica cuántica y ayudó a descubrir la estructura subyacente del universo. Internet, los móviles y el GPS están en deuda con aquel genio adolescente incomprendido.

Hace ahora 190 años, poco antes del amanecer del 30 de mayo de 1832, al joven Évariste Galois se le acabó el tiempo. Había empezado la noche escribiendo 2 cartas. En la primera se despedía de sus amigos. En la segunda hacía una encendida defensa de sus avanzadas convicciones republicanas y progresistas.

Lo más normal es que ambas misivas se hubieran perdido para siempre en el pozo común del olvido. Pero Alejandro Dumas, el gran novelista, admiraba las ideas avanzadas del joven Galois y compiló una crónica de sus últimas horas.

Pasada ya la media noche Évariste Galois empezó a escribir febrilmente una tercera carta dirigida a su conocido Auguste Chevalier.

Galois estaba seguro de que iba a morir al día siguiente. Unas horas antes Pescheux d’Herbinville, campeón de esgrima y tirador de élite con armas cortas del ejército francés, le había retado a un duelo a muerte. El militar d’Herbinville, un hombre extremadamente celoso, monárquico, reaccionario y -según muchos de sus conocidos- corto de entendederas, creía que Galois había cortejado a la hija de un médico que él pretendía.

A la salida del Sol

Acababa de salir el Sol cuando un campesino de camino al mercado del distrito 13 de París oyó un disparo. Al acercarse al lugar de donde provenía el sonido, el campesino encontró al joven Galois desangrándose con un tiro en el vientre. Tenía 20 años cuando d’Herbinville acabó con su vida. Tras el duelo, el militar se presentó orgulloso ante su gran amor. Por lo visto, con muy buen criterio, la hija del galeno no quiso volver a saber nada más de semejante animal.

Días después, el buen Auguste Chevalier recibió la última carta que le escribió Galois antes de morir. Pero fue incapaz de entenderla. No era de extrañar. Estaba llena de símbolos matemáticos que le resultaron totalmente incomprensibles. Tan solo comprendió el último párrafo:

"Todo lo que he anotado aquí está totalmente claro en mi mente y no quisiera quedar expuesto a la sospecha de que proclamo teoremas de los cuales no tengo una prueba completa. Hay algunas cosas que quedan por rematar en esta teoría. Pero ya no tengo el tiempo. Haz una petición pública a los matemáticos para que den su opinión, no sobre la verdad de su contenido, de la que estoy absolutamente seguro, sino sobre la importancia de estos teoremas. Confío en que algún hombre encuentre provecho al organizar todo este embrollo. Ahora necesito de todo mi coraje para morir a los 20 años”.

Évariste Galois, retrato.

Évariste Galois, retrato. / Anónimo. OPENMIND.

Vida fecunda


carta que escribió cambió la Historia. Nos permitió entender bien cuál es la esencia de nuestro mundo e hizo que nuestra vida cotidiana fuese mucho mejor.

La última carta de Galois le aseguró que su memoria jamás se olvidará mientras haya seres humanos que estudien matemáticas.

De hecho, varios científicos han defendido que la última misiva de Galois es quizás la carta más importante escrita jamás por un ser humano. Y no precisamente por la diligencia con que Auguste Chevalier cumplió las instrucciones de su amigo. Chevalier, que por lo visto nunca fue un hombre despierto, esperó más de 20 años (hasta 1843) para entregar la carta póstuma de Évariste Galois al matemático Joseph Liouville.

Nada más leerla, Liouville se dio cuenta de que la aportación póstuma de Évariste Galois a las matemáticas era una de las más originales y revolucionarias de todos los tiempos.

Nueva simetría

Grupo de permutaciones


Partículas ocultas


Hasta los modernos sistemas de navegación por satélite estan inspirados en las matemáticas de Galois.

Hasta los modernos sistemas de navegación por satélite estan inspirados en las matemáticas de Galois. / Dimitri Karastelev en Unsplash.

Numerosas aplicaciones


Matemático joven


Pescheux d’Herbinville -a quien Dumas caracterizó entre otras lindezas de patriota irracional, militar ignorante, fanático, conservador, monárquico atrasado, misógino y patológicamente celoso- no lo hubiese matado en ese aciago amanecer del 30 de mayo de 1832?

En la cumbre del pensamiento

Recordemos a Galois, Agradezcamos su talento. Y abominemos de quienes como d’Herbinville se sienten orgullosos de verse reflejados en los adjetivos del gran Alejandro Dumas.

Y recordemos que los matemáticos como Galois son personas capaces de alcanzar las más altas cumbres del pensamiento.

Una anécdota ilustra muy bien todo esto. Durante la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos estaban muy preocupados por las ingentes pérdidas que los nazis ocasionaban a sus aviones de bombardeo. Reunieron a una comisión para estudiar el problema. Los ingenieros decidieron mejorar el blindaje de los aviones. Pero solo se podía hacer en algunas partes para no aumentar su peso. Comprobaron que la mayoría de los aviones resultaban dañados en determinadas áreas del fuselaje, pero casi nunca en los motores. Concluyeron que había que reforzar esas áreas que sufrían más impactos.

Por suerte, en la comisión estaba un matemático del grupo de Paul Wigner que curiosamente trabajaba desarrollando las ideas originales de Galois. Su solución fue la contraria. No había que blindar las zonas con más impactos, sino las que tenían menos. Los aviones con muchos impactos en el fuselaje conseguían volver a la base. Pero los que sufrían impacto en los motores no, y por eso había tan pocos aviones con impactos en los motores.