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La confesión de Pablo Motos en 'El Hormiguero': "Me pegué un tiro en la cabeza, no me di, por eso estoy aquí"

Esta semana Motos no solo ha contado como se encuentra y las razones tras su operación de urgencias a la que se ha tenido que someter esta última semana

Pablo Motos.

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EPE

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El Hormiguero no cambia: sigue siendo el programa más visto de la televisión, con permiso de Pasapalabra y su éxito brutal cada tarde. Pablo Motos no puede estar más contento con los datos de audiencia, y en parte, el éxito se debe a su presencia magnética cada noche en el plató de Antena 3. 

Además, cada semana el programa tiene el placer de tener a cuatro invitados nuevos que vienen a presentar sus nuevos proyectos o novedades que tengan entre manos. Esta semana Motos no solo ha contado como se encuentra y las razones tras su operación de urgencias a la que se ha tenido que someter esta última semana. Durante uno de los programas, además ha contado una historia que le pasó hace muchos años y que por poco no la cuenta.

La confesión de Motos en 'El Hormiguero'

El presentador aceptó uno de los retos de Trancas y Barrancas, las hormigas más famosas del programa, en el que tenía que contar una historia personal para que su invitado adivinase si era real o no.

Las protagonistas de 'El Hormiguero' le preguntaron si alguna vez había manejado un arma y Motos echó la vista atrás hasta rememorar sus tiempos en la mili y dejar a todo el mundo asombrado con su experiencia más traumática.

Me pegué un tiro en la cabeza, no me di, por eso estoy aquí. Fue en la mili y me dedicaba a guardar las armas, cuidarlas y limpiarlas”, empezó diciendo el presentador. “Había quedado con una chica y, cuando ya estaba recogiendo, un montón de mandos aparecieron con sus pistolas tras unas prácticas de tiro”.

El incidente con la pistola

“Decidí no limpiar ninguna, solo les pasé un aceite por fuera pensando que no había balas. Pero me encontré una pistola que tenía una bala en la recámara”, recordó. “Al montarla se disparó, me rozó una ceja, me quedé sordo de un oído, sin habla. Me llevaron al hospital, donde estuve cinco o seis horas para ver si me recuperaba”, añadió. “Al día siguiente me llevaron al cuartel y me arrestaron por hacer mal mi trabajo”, confesó Pablo Motos.