JUEGO DE SERIES

Todos contra Netflix

La decisión de la empresa de acabar con las cuentas compartidas ha desatado la indignación de sus usuarios que amenazan con irse a otras plataformas, olvidando que el panorama allí está lejos de ser idílico

Fotograma de 'La casa de papel'.

Fotograma de 'La casa de papel'.

José Antonio Martínez Perallón

De la noche a la mañana, Netflix se ha convertido en el enemigo público número uno. No es que haya decidido hacer una serie basada en Sonrisas y Lágrimas con actores de color. Tampoco es que haya cancelado ese título que adaptaba uno de los cómics de moda tras una temporada y dejándola con un final sin cerrar. Ha anunciado el fin de las cuentas compartidas. Llevábamos casi un año viendo las orejas al lobo, pero siempre pensábamos que no se atreverían y la sangre no llegaría al río. El momento ha llegado y las oleadas de ira no se han hecho esperar. La decisión de la plataforma llega en un momento muy delicado y afecta de lleno a los bolsillos. Mientras la ciudadanía se ahoga por las subidas de la luz, la gasolina, la cesta de la compra... y ahora solo faltaba también la televisión.

Las redes sociales se han llenado durante los últimos días de mensajes de desamor, pataletas y berrinches, que bien podrían formar parte de las letras que Shakira le dedica a Piqué en sus últimas canciones. No sabemos ni quién era el Twingo, ni el Rolex. Una nueva ola de indignados se ha adueñado de la ciberesfera, como si estuviéramos en un episodio de 'La casa de papel', convencida de que la ola de bajas podrá frenar la medida. #AdiósNetflix fue trending topic. Aplicaciones con la que hasta hace no muy poco los usuarios se descargaban películas y series como eMule y Torrent, también. Hace más de quince años que la cadena de videoclubs Blockbuster cerró todos sus establecimientos en España, culpando a la piratería de la caída de sus ingresos. Fue precisamente Netflix y los precios que ofrecía los que ayudaron a desincentivar las descargas ilegales. Era una iniciativa barata de ocio que convertía en poco menos que miserables aquellos que se negaban a pagar la suscripción para tenerlo gratis por otras vías alternativas.

Tras años fomentando eso de que compartir las contraseñas era lo más parecido al amor y a pocos días de San Valentín, las tornas han cambiado. Netflix ya no es la rescatadora de series, no aquel lugar idílico en el que primos, sobrinos, cuñados, vecinos y hasta la mascota de la profesora particular de inglés... y así hasta cien millones de hogares compartían las claves, para abaratar aun más el precio y disfrutar de sus contenidos. La situación económica ha cambiado, el sector ha tocado techo y ahora toca pasar por caja. Sobre todo ahora que parece que eso del pack con anuncios no termina de cuajar. Concretamente, el fin de las contraseñas compartidas se traduce en casi seis euros más por cuenta que se conecte desde fuera del hogar principal. Las pataletas no se han hecho esperar. En este diario una de las noticias más leídas tenía el explícito titular de "Cómo darse baja de Netflix desde el móvil en tres pasos". Algunos de estos usuarios indignados se apresuraban a anunciar que se iban a otras plataformas, como HBO, Disney, Amazon o Apple porque eran mucho más baratas.

Pero parece que se les olvida que en esas empresas también tienen sus propios problemas y que el panorama fuera de la gran N está muy lejos de ser idílico. Todo lo que ha pasado en Netflix ha sido el anuncio de lo que luego se les ha venido encima a ellos. Sin ir más lejos, la polémica decisión de Netflix de entrar a matar con las cuentas compartidas, casi eclipsaba esta semana otra noticia que nos da una idea de cómo están de revueltas las aguas: Disney anunciaba el despido de más de 7.000 empleados, un tres por ciento de la plantilla. Aunque el gran emporio tuvo beneficios, es precisamente con el streaming donde las cuentas reflejaban pérdidas operativas de 1.100 millones de dólares, pese a que tuvieron ingresos de 5.300 millones. Esta misma mañana mi móvil me sugería entre los contenidos publicitarios una oferta para pagar un año de suscripción a Disney pagando una cuota de diez meses.

En HBO, las cosas llevan meses bastante revueltas con el plan de ajustes emprendido a mediados del año pasado, donde la conclusión era que había que recortar 3.000 millones de dólares. Una situación que provocó que la plataforma se cargara de un plumazo la práctica totalidad de su factoría de producción propia en Europa (España más o menos pudo resistir) y la cancelaciones y desapariciones repentinas de series de su catálogo. Una de las alternativas que se estaba barajando desde la compañía era la fusión entre HBO y Discovery, decisión que iba a obligar a subir el precio de la suscripción. Casualmente, parece que justamente este viernes se ha renunciado a unir las dos plataformas. 

Tampoco en Amazon Prime las cosas pitan tan bien. El año pasado la compañía Amazon declaraba pérdidas en global de más de 3.000 millones. Los vendedores externos que usan la plataforma en Estados Unidos y Canadá para llegar a sus clientes denunciaban que la multinacional estaba tratando de compensar las pérdidas en el streaming subiéndoles las tarifas a ellos. A nadie se le escapa que 'El señor de los Anillos' es una serie muy cara, pero que al final no ha tenido la repercusión que sí obtuvieron otros de los grandes estrenos de sus competidoras. Y Starzplay, que podía verse a través de esta plataforma y que se rebautizó como Lionsgate murió antes de poder llegar a nuestro país tras declarar pérdidas de 1.700 millones. En cuanto a Apple, todavía los nubarrones no han oscurecido su cielo y parece que está sabiendo dar una continuidad a sus series, sin cancelaciones abruptas. Pero hoy por hoy, su catálogo dista mucho de poder hacer sombra al de sus rivales.

Justo en este mes tan convulso llega a España una nueva plataforma, Sky-Showtime. Un aterrizaje que se produce tras muchos retrasos y que ha mantenido bloqueado el estreno de algunos títulos muy esperados, como pueden ser las nuevas series de 'Star Trek', las últimas temporadas de Yellowstone y sus precuelas, entre otros títulos. Estando los ánimos como están, su desembarco puede ser un pelotazo o un naufragio. Las reacciones contra Netflix han demostrado que en esto del streaming, se puede pasar del amor al odio en muy poco tiempo. Y sobre todo si te tocan el bolsillo.