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La cita de 'First Dates' que se resume en pullitas de mal gusto: "Deja mucho que desear"

Uno de los dos dejaba claro desde el principio algo que parecía incompatible con la forma de ser del otro

First Dates

First Dates / Mediaset

A. V.

El programa de Cuatro, 'First Dates', es uno de los preferidos por los españoles para las últimas horas de la tarde. Las citas suelen dejar momentos muy divertidos y comentados en redes sociales, y es que acude tanta cantidad de gente, que las escenas graciosas no son pocas.

En esta ocasión, era el turno de la cita de Arturo y Esmeralda, que comenzaba bastante mal desde el momento en el que se conocían en la barra del restaurante. Sus personalidades, notablemente diferentes, salían rápidamente a la luz y la final decisión de los dos era bastante obvia desde el principio, aunque por el camino se dedicaron bastantes pullitas.

Para Esmeralda resultaba algo evidente que Arturo, que se encontraba recién separado de la madre de su hijo apenas hacía tres meses, y para colmo, aún no la había superado: "No lo ha superado y creo que busca curar su despecho con otra persona". Ella, sin embargo, está soltera y sin hijos y "quiere seguir viviendo la vida", aunque tenga una relación sentimental con otra persona.

Malas primeras impresiones

A primera vista, Esmeralda explicaba: "Me gustan más altos, tipo deportivos y quizá más jóvenes, este lo veo muy mayor". Arturo, por su parte, reconoció que es "un pibón" y que entra dentro de sus patrones de belleza. Sin embargo, la soltera parecía desencantarse a medida que él revelaba datos de su vida, como, por ejemplo, que no practique deporte. 

Durante la cena, también observo que la boca y la dentadura, según ella, "deja mucho que desear". Esmeralda tuvo tan poco 'feeling' con Arturo que no supo salir del incómodo momento en el que él le preguntaba qué le había parecido al verlo. Ella decía entonces: "¿Qué me has parecido? Un chico normal", respondió, intentando parecer cordial.

De mal en peor

Arturo, finalmente, harto de las constantes pullas, se mostró molesto en el momento en el que hablaron sobre sus aficiones en el fin de semana. Él prefiere planes más tranquilos y de estar en casa y ella fiesta. El soltero dejó claro que no soporta quedarse en una discoteca hasta altas horas de la madrugada, todo lo contrario a Esmeralda: "¡Yo hasta las seis! Hasta que se acabe la fiesta". 

Esta respuesta cambiaba inmediatamente el gesto de Arturo, pues, según él, a su edad, con 45 años, esos planes no corresponden. Ella le propuso, mitad en broma, mitad en serio, que, mientras él se queda durmiendo, ella iría a pasarselo bien. Y él se plantaba definitivamente ante la situación, reaccionando algo contrariado: "¿Eso es una pullita? Eso queda muy feo...".

"Es un hombre bastante egoísta con sus relaciones, bastante posesivo y es muy anticuado", resumió Esmeralda antes de rechazarlo para una segunda cita. Misma decisión que tomó el soltero, precisamente por ser extremadamente distintos, no sin antes rebatirle y afearle que lo haya llamado "anticuado" por su estilo de vida o la responsabilidad de sus hijos.