Narcotráfico

La banda de narcos desarticulada en Córdoba camuflaba en tomates hachís por valor de 45 millones de euros

El cabecilla y otros seis detenidos estaban afincados en la provincia, centro logístico desde el que se pretendía enviar la droga a Francia | La investigación sigue en curso y se centra en el blanqueo de capitales

Incautación récord de droga en Córdoba y Málaga

A. J. González

Manuel Á. Larrea

Podrían haber sido los tomates más caros del mundo si la pericia policial no hubiera dado sus frutos. Las 22 toneladas de hachís

 intervenidas recientemente en la macrooperación conjunta de la Guardia Civil

 y la Policía Nacional

 eran camufladas como tomates. Los responsables de la operación Califa Trucks desarrollada la semana pasada han ofrecido este viernes muchos de los detalles de este importante golpe al narcotráfico.

La droga, dividida, se enfundaba en celofán rojo, se etiquetaba y se colocaba en cajas de fruta. Y, en este negocio tan lucrativo como ilegalCórdoba 

jugaba un papel fundamental como centro logístico de la organización criminal desarticulada, tanto es así que hasta siete de los diez detenidos estaban afincados en la provincia. Entre ellos, el cabecilla.

Se trata del operativo más importante registrado en territorio cordobés y, como han informado este viernes Juan Carretero, coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil,Carlos Serra, comisario jefe provincial de la Policía Nacional, la investigación sigue en curso, ya que no descartan posibles ramificaciones internacionales.

Rafaela Valenzuela, Juan Carretero y Carlos Serra, junto a otros altos cargos de la Guardia Civil y la Policía Nacional, exponen parte de la droga intervenida.

Rafaela Valenzuela, Juan Carretero y Carlos Serra, junto a otros altos cargos de la Guardia Civil y la Policía Nacional, exponen parte de la droga intervenida. / A. J. GONZÁLEZ

La prioridad, tras este primer golpe, se centra en el patrimonio de la organización, por lo que se investiga también el blanqueo de capitales. En la comparecencia conjunta de los altos cargos de las fuerzas de seguridad en la provincia, ha participado también la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, que ha felicitado a los cuerpos por esta y su labor diaria contra el narcotráfico.

Concretamente, han formado parte de la operación agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Córdoba, el grupo I de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional y unidades de las provincias donde actuaban los delincuentes. Después de unos cinco meses de investigación, los cuerpos, coordinados, decidieron asestar un rotundo golpe al detectar a varios miembros de la organización realizar un cargamento.

Los hombres de paja

La aparente legalidad de las empresas que la red utilizaba para ejercer el narcotráfico eran más que un escudo contra posibles indagaciones. Una barrera que no fue suficiente para evitar la caída. Para establecer ese escaparate legal, la banda se valía de unos actores secundarios, no menos importantes que los máximos responsables. Los hombres de paja, como se denomina en el argot policial, figuraban como titulares de entidades, inmuebles o vehículos.

Una vez destapada la tapadera, una importante organización jerarquizada y perdurable desarrollaba toda una compleja actividad criminal con estructuras económicas complejasdiversas rutas de transporte internacional y una gran cantidad de recursos humanos, técnicos y materiales. Con miembros estables y otros que, esporádicamente, llevaban a cabo las tareas de mayor riesgo, como la custodia de la droga, la seguridad y la carga y descarga. Fue una de esas arriesgadas actividades la que terminó desencadenando la intervención policial.

El detonante

Mollina apenas cuenta con una 5.000 habitantes. Esta pequeña localidad, al norte de Málaga, pasando Antequera y cerca de la provincia de Córdoba, era escenario, en un rol de almacén, del contrabando de la banda criminal desarticulada. En buena parte, como ha precisado Carretero, por estar en una situación privilegiada en la conexión de salidas por tierra. En varias naves del polígono industrial, la organización guardaba parte de los 22.390 kilogramos de hachís incautados.

El 11 de enero, durante una carga de mercancías que los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional vigilaban, se tomó la decisión de explotar la macrooperación. Una detonación que comenzó parando a la furgoneta con la que uno de los miembros se disponía a mover la droga. De ella, se extrajeron 2.600 kilos de hachís. El encargado del transporte fue detenido y, en la misma intervención, localizaron a dos personas escondidas bajo un camión. Al momento, se inspeccionaron las naves en las que apareció el grueso de la mercancía, colocada en 18 palés de grandes dimensiones.

Las actuaciones se desarrollaron durante esa jornada y la siguiente. En la provincia de Córdoba, cuatro registros simultáneos concluyeron con el arresto del líder de la organización y de los principales integrantes. El pasado 17 de enero, otros tres implicados fueron detenidos y, todavía, no se descartan nuevos arrestosOcho de los detenidos, además, se encuentran ya en prisión, después de que el Juzgado de Instrucción número 8 de Córdoba decretara su ingreso.

Un gran golpe

"Es un éxito en la lucha contra el narcotráfico", ha concluido Juan Carretero. Pero, el trabajo "ejemplar" y "excepcional", como lo ha definido Serra, requirió y requiere de una increíble coordinación entre fuerzas, al nivel de realizar cuatro registros simultáneos en Córdoba, tanto por tierra como por aire (también se emplearon drones, por ejemplo).

Como indicó la subdelegada, "no es fácil una operación de este tipo, la más importante que ha tenido lugar en nuestra provincia", ya que los narcos utilizaban una "ingeniosa manera" de transportar y, en estos casos, los agentes tienen que tratar con "redes criminales peligrosas". Requiere, ha subrayado Valenzuela, de "capacidad, discreción, inteligencia y constancia". Y, en este último punto, la subdelegada ha recordado que los cuerpos de seguridad hacen un "gran esfuerzo para luchar contra el tráfico a diario", al margen de la repercusión mediática de este caso.

Con la investigación aún en marcha, el jefe provincial de la

Policía Nacional

ha insistido en la importancia de atacar a la organización, ahora, por el flanco del patrimonio, indagando en el delito de blanqueo de capitales, que es los que realmente hace "daño" a este tipo de estructuras criminales. Aunque también ha advertido de que "la presión les hace idear otras alternativas".