Caso Marta Calvo

"El acusado de matar a Marta Calvo está hoy en el banquillo gracias a una madre coraje que salió a buscar a su hija y peleó por ella"

"Les recuerdo que el acusado tiene derecho a mentir y a callar. Es un delincuente, que no les engañe"

El acusado de la muerte de tres mujeres, entre ellas, Marta Calvo, y el intento de otras 8, Jorge Ignacio.

El acusado de la muerte de tres mujeres, entre ellas, Marta Calvo, y el intento de otras 8, Jorge Ignacio. / M.A. Montesinos

Brillante, intenso y certero. Así fue el alegato que dirigió ayer la fiscal del

 caso Marta Calvo

 a los nueve miembros del jurado, integrado por siete mujeres y dos hombres –más otras dos mujeres suplentes– elegidos en un tiempo casi récord de solo dos horas, en el inicio del juicio contra el presunto asesino en serie Jorge Ignacio P. J. Tal como ha venido informando Levante-EMV, medio de Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, el inculpado se enfrenta al menos a tres condenas de prisión permanente revisable por presuntamente matar o causar lesiones a once mujeres administrándoles cocaína de altísima pureza bajo engaño y por vía genital. Tres de ellas, Arliene Ramos, Lady Marcela y Marta Calvo, murieron como consecuencia de esos actos y otras ochos sobrevivieron de milagro.

"Hoy estamos aquí y este señor está en el banquillo de los acusados gracias a una madre coraje, la de Marta Calvo, que peleó, luchó e investigó para encontrar a su hija a partir de la ubicación que ella le mandó. Sin esa madre coraje, sin ese incordio que para el acusado fue la actitud de esa madre, igual no estaríamos hoy aquí, porque la muerte de Arliene y de Lady Marcela habían pasado desapercibidas y nuestras ocho víctimas vivas no habrían dado el paso de denunciar lo que les pasó con este señor, algo que hicieron tras reconocerlo en la fotos que publicaron los medios de comunicación. De no haber sido por esta madre, habría seguido haciendo lo mismo durante no sabemos cuánto tiempo.

Discutir el anonimato de las mujeres

Socorro Zaragozá, experta en violencia de género, arrancó su exposición teniendo que recordarle a la abogada del acusado, pero también a la jueza, el Estatuto de las Víctimas de 2015, después de que la defensa se negara a mantener ocultas las identidades de las supervivientes, como pedía una acusación particular, y a que la magistrada presidente transigiera justificándolo en que no era necesario proteger sus identidades porque "son mujeres bravas y valientes que denunciaron voluntariamente".

"Si ellas quieren ser personas anónimas", repuso la fiscal, "tienen todo el derecho. Pueden pedir un parabán para declarar, pueden pedir una persona que las apoye y esté a su lado o hacerlo por videoconferencia, si quieren. Y en este caso, además, son víctimas especialmente vulnerables". La fiscal, que tranquilizó al jurado –"estamos aquí para ayudarles en todo: no dejen de tomar notas, de preguntar lo que quieran cuantas veces quieran, pero no se vayan con una sola duda a casa– y les pidió "sentido común y responsabilidad", además de un veredicto de culpabilidad, recordó que todas las mujeres "eran prostitutas porque este señor buscó las piezas de caza perfectas".

En ese sentido, recordó que "es muy complicado que esas mujeres denuncien, aunque gracias al estatuto de la víctima ese concepto ha cambiado" y de eso se valía, de su extrema vulnerabilidad. Elogió no solo la tenacidad de la madre de Marta, sino también la desprotección de Marcela, la segunda víctima mortal, madre de dos niños pequeños, o la generosidad de la primera, de Arliene, que, tras nueve angustiosos días de agonía en el hospital, "donó su gran corazón, sus dos pulmones, su riñón y su hígado".

Hacer justicia a las víctimas

"Vamos a probar cómo contactaba con las víctimas, cómo seguía siempre el mismo modus operandi, cómo les introducía y embadurnaba de cocaína de una pureza tan alta que solo alguien que trafica con drogas dentro de una mafia, y les recuerdo que este señor ha sido condenado dos veces por narcotráfico, puede conseguir. Vamos a hablar de la confesión a medias y preparada que contó cuando se entregó tras estar tres semanas huido. Va a a ser muy fácil desvirtuar la veracidad de esa confesión", garantizó Socorro Zaragozá.

En este sentido, la fiscal incidió en que "se darán cuenta de que no está ni deprimido, ni arrepentido y de que lo único que le preocupa es que le hagan algo en prisión", le afeó. Les conminó a que escuchen a los guardias civiles y a que se queden con una frase: "Vamos a probar la autoría del acusado tanto por lo que se ha encontrado como por lo que no se ha encontrado".

"Y tengan presente que es un delincuente, con dos condenas por tráfico de drogas, que no intente engañarles. Les advierto que como acusado puede decir lo que le dé la gana, puede callar y mentir, mientras que los guardias civiles, los policías, los testigos y los peritos que van a escuchar tienen obligación de decir la verdad".

Y concluyó convirtiendo a las once víctimas en las protagonistas de este juicio: "Vienen ustedes a hacer justicia a las víctimas, no a este señor. Porque pese a su especial vulnerabilidad están hoy aquí. Por todo ello, solicito el veredicto de culpabilidad".