Investigación

Las otras víctimas del asesino de Erika: "Lo denunciamos muchas chicas, sabíamos que era peligroso"

"Algo falla si tenemos que esperar a que nos maten para tomarse en serio nuestros gritos de socorro", llora una ovetense que lo había denunciado en 2019

Capilla ardiente en Oviedo por el asesinato de Erika.

Capilla ardiente en Oviedo por el asesinato de Erika.

D. O. / Ch. N.

El hombre acusado de asesinar a la joven Erika Yunga, de 14 años, en el portal de su casa en Vázquez de Mella. en Vallobín, llevaba años actuando y era conocido entre varias chicas que le habían denunciado, sabían que era peligroso y solo habían logrado condenas por "delito leve". Así lo acaba de denunciar una de estas mujeres al descubrir que el protagonista del trágico suceso del número 69 de Vázquez de Mella era el mismo al que en 2019 denunció tras atacarle en la calle Uría.

Este es su desgarrador testimonio:

"Denuncié a este hombre en 2019 por acorralarme e intentar ponerme una bolsa en la cabeza. Salió absuelto del juicio porque "al no lograr ponerte la bolsa, sólo se le acusa de acoso verbal y es un delito leve'. Cada pocos meses, desde entonces, leo por redes a chicas que se lo cruzaban y a las que acosaba o acorralaba. Nos avisábamos unas a otras porque teníamos miedo, porque sabíamos que era peligroso. Porque la justicia no actuaba. No lo entiendo. Avisamos muchas veces, muchas personas diferentes. 'Delito leve', 'delito leve', 'delito leve'. No entiendo de leyes ni de derecho, pero creo que algo falla si tenemos que esperar a que nos maten para tomarse en serio nuestros gritos de socorro. Qué impotencia. Lo siento mucho Erika. Desde aquí te lloro y abrazo a todos aquellos que te conocen y te querrán siempre Lo siento mucho".

En una publicación en sus redes sociales, cuando sufrió aquel ataque, esta mujer ya había denunciado los hechos: "Hace cuarenta minutos iba por Uría y un chaval intentó arrinconarme y ponerme una bolsa en la cabeza. El peligro no es nuestra ropa, la hora a la que vuelvas a casa, ni tampoco ir por zonas poco transitadas. El peligro es que se creen con derecho a hacerte lo que quieran".

Sus compañeros de instituto, consternados

“Siempre tenía una sonrisa en la boca, siempre estaba feliz”. Un grupo de tres preadolescentes -de la edad de Erika, la niña asesinada violentamente el pasado martes en Oviedo- salían ayer a las dos y media de la tarde del Instituto de Educación Secundaria (IES) de la Ería, rumbo a sus casas, por una ruta muy similar a la que había seguido su compañera de clase, de 2º de la ESO, solo veinticuatro horas antes. Visiblemente emocionada, la que más habla es la del centro del grupo. Es la que pronuncia la primera frase entrecomillada. También de la siguiente. “Coincidí ya con ella en infantil”, asegura, “era muy maja, la verdad”. No les salen más palabras y se alejan del bullicio silencioso que fue ayer la salida de clase de los estudiantes de este instituto. El centro de enseñanza contenía el aliento. Se mostraban sobrecogidos. “Estamos en estado de ‘shock’, esto ha sido un golpe tremendo”. Ahora la que habla es la directora del IES, Emma Álvarez, y con sus palabras resumía el sentir de toda la comunidad escolar. “Esto te hace replantearte hacia dónde está caminando la humanidad…”, decía también muy afectada.